Sí, el recién llegado JCC Pokémon Pocket está arrasando y devolviendo a las cartas coleccionables al primera línea de los videojuegos, pero lo cierto es que, si miramos la vista atrás, no es el único juego de cartas de Pokémon en conquistar a los usuarios y seguidores de esta célebre saga protagonizada por monstruos de bolsillo. Mientras los usuarios descubren nuevos combos y mazos, y se comienzan a vislumbrar poderosas estrategias y secretos en JCC Pokémon Pocket, es hora de volver al pasado más nostálgico y dirigirnos al juego que lo empezó todo: Pokémon Trading Card Game para Game Boy.
Pokémon Trading Card Game llegó a Game Boy trasladando con éxito las mecánicas del las cartas coleccionables de Pokémon
No hablamos de un título de relleno o un spinoff de poca monta diseñado para sacar el partido a una saga importante del mundo de los videojuegos. Es uno de los títulos más queridos en líneas generales de la licencia Pokémon, y un punto de inflexión en las cartas coleccionables. Lanzado en Japón en 1998 y en 2000 en Europa, Pokémon Trading Card Game para Game Boy llegó en un momento crucial para la saga en términos generales, pues el fenómeno de Pokémon ya había arrasado en el mundo con la serie de televisión, los juegos para Game Boy y, por supuesto, el juego de cartas coleccionables en formato físico, que llevaba el enfrentamiento entre entrenadores Pokémon al mundo real y que fue obra de Wizards of the Coast, los creadores del mítico Magic: The Gathering, probablemente el juego de cartas intercambiables más famoso que existe.
Unas cartas que, por cierto, nos encantan en Vandal Random y de las que damos buena cuenta en todas y cada una de sus expansiones. Desarrollado por Hudson Soft y distribuido por Nintendo, el cartucho para Game Boy no solo replicaba las mecánicas del juego de cartas coleccionables -que arrasaba en las tiendas-, sino que supo adaptarlas con bastante gracia a la consola portátil de una forma que, a día de hoy, sigue resultando sorprendente.
Era un juego innovador, distinto a lo que se había visto en Pokémon hasta la fecha, porque en lugar de atrapar criaturas, en Pokémon Trading Card Game los jugadores se sumergían en un mundo donde el objetivo es dominar el arte de las cartas de estos monstruos y queridos personajes, trasladándonos a una región inédita en el lore de Pokémon donde los duelos de cartas son la norma. En el videojuego, los jugadores asumían el rol de un entrenador que debe competir en clubes especializados, enfrentarse a rivales cada vez más hábiles y, llegados a un punto en concreto de la profesión, obtener las preciadas medallas. Sí, como es habitual en la saga.
El objetivo final del título no es otro que el enfrentarse a los grandes maestros del juego de cartas, en un viaje que obviamente recuerda a las competiciones de los juegos principales, pero con un toque más táctico y menos enfocado en la exploración. Pokémon Trading Card Game era, básicamente, un juego de cartas adaptado al ocio digital. Lo interesante y destacable de este título es cómo transformó las reglas del juego de cartas coleccionables al lenguaje digital, siendo una suerte de Piedra de Rosetta para los sucesivos juegos que intentarían replicar este tipo de adaptaciones.
Con más de 200 cartas basadas en las primeras expansiones del juego de cartas físico, los jugadores tenían la posibilidad de crear sus propias barajas, experimentar con combinaciones de cartas de energía, Pokémon y objetos, y enfrentarse a oponentes con estilos y estrategias variadas. Puede parecer algo básico o de lógica aplastante a día de hoy, pero en su tiempo fue una auténtica revolución, ya que supo transmitir la sensación de coleccionismo gracias a un sistema de recompensas donde, tras cada victoria, el jugador obtenía sobres de cartas. ¿Os suena, verdad?
Uno de los aspectos más valorados de Pokémon Trading Card Game es el relativo a su interfaz y sus mecánicas, ya que logró hacer accesible un sistema de juego relativamente complejo de entender a primeras. Como sucedía en el juego de mesa, salvando las distancias, en cada partida, los jugadores comenzaban con siete cartas en la mano y tenían que gestionar cuidadosamente sus cartas de energía, decidir cuándo evolucionar a sus Pokémon y usar las cartas de entrenador en el momento oportuno para sacar ventaja del rival.
Sobre el papel hablamos de un juego similar a los títulos de Pokémon más tradicionales, pero en el cartucho no se trataba únicamente de tener el Pokémon más fuerte, sino también de anticiparse a las estrategias del oponente y adaptarse a situaciones únicas de cada duelo.
Pokémon Trading Card Game fue un éxito indiscutible y sorprendió a la mismísima Nintendo, que no esperaba una acogida tan calurosa por parte de la comunidad
A día de hoy, repetimos, puede parecer un juego simple, pero para aquellos que conocían el juego de cartas físico y disfrutaban de él, la adaptación a Game Boy parecía casi como una extensión natural de su experiencia en mesa. Si sabías las reglas o las mecánicas más básicas, era como jugar al mismo formato pero en otro contexto, las limitaciones de Game Boy Color hacían de las suyas, y puede que la aclimatación necesaria hicieran de la experiencia del juego al comienzo una tarea algo confusa, pero todo funcionaba a la perfección y a las pocas horas, estábamos metidos dentro del planteamiento.
Los combates eran muy entretenidos y bastante profundos, por que la planificación que requerían, que veces superaba la complejidad de los RPG clásicos de Pokémon. Además, gracias a la inclusión de múltiples personajes y clubes temáticos, el juego presentaba en un sólo cartucho una variedad de estilos de combate que nos obligaban a replantear constantemente las estrategias.
Con estas premisas, y aunque en Japón el juego fue bien recibido, en Occidente fue donde el juego triunfó, y donde realmente sorprendió a Nintendo en términos de envergadura y éxito comercial. La aceptación por parte del juego fue tal que incluso años después de su lanzamiento, y con versiones más completas o fieles a las mecánicas, muchos seguidores siguen considerando a Pokémon Trading Card Game una de las mejores adaptaciones de un juego de cartas a un videojuego portátil.
El éxito en ventas, sumado a las buenas críticas, consolidó al título como una pieza de culto y, a día de hoy, sigue encandilando a propios y extraños, con una reedición en la consola virtual de Nintendo 3DS en 2014 y ahora, pues recordamos que está disponible en Nintendo Switch Online como parte del catálogo de clásicos disponibles en la máquina de Nintendo. Con gráficos sencillos pero coloridos que aprovechaban el limitado hardware de 8 bit de Game Boy Color, un sistema de juego fluido y la posibilidad de coleccionar cartas sin necesidad de invertir en sobres físicos, la experiencia era redonda.
Pokémon Trading Card Game es un juego muy especial, querido y aplaudido por una gran parte de la comunidad de seguidores de Pokémon, que demuestra que, aún siendo una propuesta arriesgada y experimental para su época, supo trasladar la emoción del coleccionismo y la estrategia del juego de cartas a la pantalla de una consola portátil. Se convirtió, por méritos propios, en una pieza fundamental en la historia de los videojuegos de Pokémon.
