Dragon Ball: The Breakers acaba de superar su primer año de vida, un hito que honestamente muchos pensábamos que no iba a alcanzar: el multijugador asimétrico de Dragon Ball ya arqueó cejas antes de su estreno y al publicarse confirmó que ni siquiera la curiosidad por ver cómo salía esta mezcla de conceptos podía soportar sus visibles flaquezas. Sin embargo, el proyecto de Bandai Namco y Dimps sigue adelante 13 meses después, con una considerable cantidad de actualizaciones a sus espaldas y cierta comunidad fiel alrededor de todo el mundo.
De hecho, parece que a Dragon Ball: The Breakers le toca ahora una segunda oportunidad después de haber entrado como juego sin coste adicional en los juegos de noviembre de PS Plus Essential. Gracias a su llegada a este catálogo, el multijugador ha experimentado un repunte de usuarios que se han animado a probarlo sin pasar por caja. Muchas personas todavía se lo están pensando, incluso aunque no tengan que pagar por él, ¿merece la pena probarlo?
¿Qué ha cambiado en Dragon Ball: The Breakers desde su lanzamiento?
Aunque no sea un videojuego free-to-play, Dragon Ball: The Breakers se apoya mucho en las estructuras de juego como servicio y marca su evolución por temporadas. Desde su lanzamiento ha habido cuatro temporadas, cada una centrada en introducir nuevos asaltantes (los villanos de la saga que luchan en solitario para dar caza a los supervivientes antes de que se escapen del escenario) y algún que otro contenido extra, como skins de personajes famosos para los supervivientes, algún que otro mapa y nuevas transformaciones reconvertidas en power-ups que siguen alimentando los sistemas de compras y gachapón muy presentes todavía en el juego.
Todo se centra en los asaltantes, eso sí. En la temporada actual (la cuarta) el protagonista es Broly, que tiene tres posibles transformaciones durante la partida a medida que va ganando niveles. Antes llegaron Vegeta, las Fuerzas Especiales Ginew y los villanos principales de la primera temporada (Célula, Freezer y Majin Buu). Y este foco de contenido en los personajes que se controlan en solitario desvela, en parte, uno de los principales problemas de Dragon Ball: The Breakers: sigue estando tan desequilibrado como hace un año.
Volviendo a Dragon Ball: The Breakers un año después
Pese a las múltiples actualizaciones y temporadas, jugar a Dragon Ball: The Breakers ahora no emite ninguna diferencia notable a hacerlo hace un año. El núcleo y ciclo de juego sigue siendo tan lioso como siempre, con multitud de estímulos audiovisuales constantemente intentando guiar la partida para paliar las debilidades de un diseño que no es capaz de transmitir los objetivos a cumplir. Sin ser nuevos en el juego, diríamos que no es una experiencia gratificante para los novatos, y quizás esa sea una de las razones por las que le cuesta encontrar nuevas audiencias.
Por otro lado está el principal error de Dragon Ball: The Breakers, que sigue siendo el mismo que hace un año: es mucho más divertido jugar como asaltante que como superviviente. Esto parece un mal común en los multijugadores asimétricos, aunque hay algunos que han sabido interpretar esa idea de maneras más o menos solventes. Este no es el caso. De hecho, algunas de las mejoras introducidas se centran en poner orden a quienes quieren jugar como asaltantes en cada partida, con nuevos modos que jerarquizan a los participantes en base a su rol preferido; esto ya estaba en la versión original de alguna manera, pero se han añadido novedades y cambios al respecto, de nuevo tratando de paliar un error de diseño desde la superficie en vez de desde la raíz.
Y ese no parece ser el único desequilibrio del juego, ya que una parte de la comunidad considera que el diseño de Dragon Ball: The Breakers se está centrando cada vez más en hacer a los villanos más poderosos tratando de obligar a los supervivientes a que ganen partidas cumpliendo los objetivos en vez de enfrentándose directamente a los asaltantes, algo que se ha agudizado especialmente con la llegada de Broly que, además, ha traído nuevos jugadores menos hábiles y poco familiarizados con el meta.
Más jugadores, menos tiempo de espera
La parte buena de todo esto es que ahora mismo es bastante sencillo encontrar partida, mucho más que hace unos meses y notablemente más que hace un año: con la llegada del juego a PS Plus se ha revitalizado su base de usuarios, notándose también en otras plataformas como PC, Xbox y Switch. En nuestras sesiones apenas hemos tardado entre 2 y 3 minutos en llenar una sala completa de ocho jugadores, lo que en su lanzamiento podía llegar a ascender a los 10 minutos. Es un buen momento para entrar y probar sin perder demasiado tiempo, aunque sea para saciar la curiosidad.
Eso sí, dada la naturaleza caótica de las partidas es recomendable acceder en grupo antes que en solitario. Todas las flaquezas del diseño de Dragon Ball: The Breakers se suavizan cuando hay comunicación entre los participantes, algo difícil de conseguir con desconocidos pero asequible y divertido a poco que los miembros de un equipo de supervivientes controlen las normas del juego y sepan buscarle las vueltas al asaltante. Es la mejor forma de jugar a este título, sin duda alguna.
¿Merece la pena Dragon Ball: The Breakers en 2023?
La gran pregunta después de todo esto es si merece la pena entrar a Dragon Ball: The Breaker tras un año de actualizaciones y ahora que está incluido con la suscripción a PS Plus, lo que ha provocado un efecto llamada en el resto de plataformas. Simplificando mucho os podemos decir que el juego sigue estando muy desequilibrado y requiere una constante atención por parte de sus desarrolladores para afinar sus caóticas estructuras, así que si buscáis un buen multijugador asimétrico creemos que hay mejores opciones. Si sois fans de Dragon Ball, en cambio, y tenéis un grupo de amigos con el que acceder, aquí vais a encontrar una experiencia divertida, curiosa y con constantes referencias a la saga principal.
