Hace unos días os publicamos un reportaje especial en el que recordábamos el impacto que tuvo Gears of War 2 sobre parte del género shooter y cómo esa entrega sirvió para asentar las bases de lo que veríamos en títulos posteriores de la saga. El nacimiento de Gears of War no podría haber sido posible sin el Resident Evil 4 original, obra que como bien sabréis ha recibido un remake recientemente cosechando buenas críticas por parte de los amantes de las obras de terror de Capcom. Posicionar la cámara al hombro y seguir al personaje muy de cerca fue una de las principales influencias que recibió Cliff Bleszinski, creador de la historia de Marcus Fénix y el pelotón Delta, a la hora de establecer las bases jugables de su querido Gears of War. Pero supo darle una vuelta con un añadido clave: el sistema de coberturas combinado con acción desenfrenada.
Warhammer 40.000: Space Marine nació gracias a Gears of War, pero tiene su propio estilo
A raíz de la publicación de ese juego estandarte de Xbox 360, empezaron a aparecer clones de todo tipo que buscaban replicar la fórmula que, grosso modo, se fue construyendo entre Shinji Mikami, padre de la cuarta entrega de Resident Evil, y el mencionado Bleszinski. De entre todos esos juegos que fueron llegando, hubo uno que destacó entre el resto, pero, por lo que sea, no logró tener el mismo impacto. Hablamos por supuesto de Warhammer 40.000: Space Marine, el título de Relic Entertainment que llegó al mercado en 2011 para PS3, Xbox 360 y PC. En base al gigantesco lore que posee el bloque de miniaturas futurista de Games Workshop, los desarrolladores optaron por crear un título en el que pudiéramos controlar al mismísimo capitán Titus con unos esquemas jugables muy similares a los de Gears of War pero en el universo de Warhammer 40.000. Como resultado, se dio a luz un juego que ha terminado convirtiéndose en una obra de culto, y que está siendo descubierto a día de hoy gracias al anuncio de su secuela: Warhammer 40.000: Space Marine 2.
Durante la gala de los The Game Awards 2021 la editora Focus Entertainment aprovechó para presentar el primer tráiler oficial de esa ansiada secuela que tiene dando palmas a todos los que en su día disfrutaron del Space Marine original. Aquella entrega de 2011, por si lo desconocéis, nos situaba directamente en plena acción, sin presentaciones ni nada por el estilo. Los que llegasen porque les gustaba Warhammer 40.000 ya sabían lo que iban a encontrar en términos de historia, y los que venían por Gears of War o porque simplemente les gustaba el shooter en tercera persona querían pegar, ante todo, unos cuantos tiros. Y así arrancaba el juego: en pleno conflicto bélico contra los Orkos teniendo que machacar botones desde el mismo instante en el que obteníamos el control del protagonista.
Pocas veces se experimentaron niveles tan frenéticos y con oleadas tan generosas de enemigos
Aunque Relic jamás ocultó los parecidos con Gears of War, sí es cierto que se intentaba diferenciar a sendos juegos con pequeños detalles. Para empezar, el arranque del juego nos equipaba con un cuchillo y una pistola, justo después de un descenso bastante espectacular (de película blockbuster) en jetpack. Si bien lo natural habría sido plantear un tiroteo, los desarrolladores presentaban en su lugar un combate a cuerpo a cuerpo. Esa era la primera toma de contacto; masacrar a goblins (Orkos pequeños) como si se tratase de un hack and slash en vez de un shooter casual. Se nos daba la opción de poder disparar, por supuesto, pero la andanada constante de enemigos no permitía apuntar demasiado y la adrenalina nos hacía sacar el cuchillo a pasear. Desde ese instante, quedaba claro que Space Marine iba a ser un TPS de distancias muy cortas y con combates que te pondrían en apuros constantemente.
Si bien Gears of War apostaba por un sistema de coberturas para dar un punto estratégico a los enfrentamientos, obligando a los jugadores a tener que aprender a flanquear correctamente para ganar las mejores posiciones y así acabar con los Locust, Lambent o Enjambre más fácilmente, en Space Marine no existe esa opción. Aquí se buscaba que los jugadores se sintieran un supersoldado de verdad, con esa armadura azul pesadísima que hacía temblar la pantalla cada vez que esprintábamos, para que atacásemos de frente. Relic no quería que la acción se detuviera en ningún instante. No se permitía a los jugadores recargar con calma para poder pensar qué enemigo era el siguiente. En la obra de Warhammer la acción es pura adrenalina y no da ningún respiro. Mientras unos Orkos te disparaban a media y larga distancia con sus rifles de asalto, otros cargaban armados con hachas y a por ti como si no hubiera un mañana. Había que combinar los disparos con el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, controlando a masas ingentes de enemigos. Y con una salud que no es que sea precisamente elevada en según qué dificultades.
De hecho, Space Marine premiaba a aquellos que se acercaban a los Orkos (cuya elección no fue casual para que los jugadores se sintieran un tanto familiarizados con los Locust si no venían de Warhammer, y hasta había bestias que guardabn relación, por ejemplo, con los Ticker) y acababan con ellos al estilo hack and slash realizando ejecuciones, puesto que se recuperaba la salud. Los tiroteos, por otro lado, eran otro cantar, porque los Orkos son verdaderas esponjas de balas y aquí no teníamos ni recarga activa ni un minijuego para rellenar nuestro Bolter de balas de forma más rápida, lo que te podía poner en más de un aprieto si tenías a varios rivales cerca y no te daban espacio para poder meter el cargador debidamente para escupir balas de nuevo. En cualquier caso, Space Marine tenía una esencia muy propia que no fue del todo valorada en su día por esa fiebre Gear.
Aunque aquí el sistema de coberturas quedase descartado, Relic se las ingenió para trabajar tanto en niveles horizontales como en verticales. Lo que permitía a los jugadores realizar enfrentamientos más épicos surcando los cielos era el famoso jetpack que los marines cargan a sus espaldas. Si bien eso quedaba reservado para algunas zonas, lo cierto es que parecía que estuviéramos jugando a un título totalmente distinto cuando entrábamos en un capítulo en el que podíamos llegar a las azoteas más altas para acabar con los francotiradores rápidamente. Y ya no hablemos de caer en picado contra los Orkos armados con hachas, porque era una fantasía. La combinación de niveles era ideal en ese sentido y aumentaba aun más la sensación de estar jugando a un hack and slash en vez de a un shooter casual. Aquí la motosierra no se usa para ocasiones especiales, se usa de forma habitual.
En lo que quizá cojeaba un poco el Space Marine original era en la diversidad de arsenal y enemigos. No había demasiados tipos de Orkos (los justos y necesarios, todo sea dicho) y el arsenal quedaba un tanto limitado. No es un gran 'pero', porque realmente la mayoría de títulos ofrecen un repertorio similar en lo que a TPS se refiere, pero es una costura a tener en cuenta. Ahora bien, esa habilidad especial que nos permitía recuperar salud en base a obtener más poder (una especie de modo furia clásico que hemos visto mil veces en títulos como God of War) era un verdadero puntazo, ofreciendo tiempo bala cuando apuntábamos y un poder descomunal con nuestra querida motosierra, martillo o lo que fuera.
¿Qué podemos esperar de Warhammer 40.000: Space Marine 2?
Warhammer 40.000: Space Marine 2 tiene la oportunidad de oro, ahora, para retomar todo aquello que hizo grande a la primera entrega para mejorarlo y hacer que llegue a más jugadores. Puede que este año, debido a que no hay ningún Gears of War ni shooter en tercera persona similar cerca, el título pueda brillar por todo lo alto. Las primeras imágenes que hemos podido ver de esta secuela nos han dejado con la boca hecha agua: Titus está de vuelta en la mejor calidad posible, los marines se enfrentan ahora a hordas interminables de Tyranids, los alienígenas posiblemente más representativos de la industria audiovisual que siguen siendo capaces de darnos pesadillas. Pasamos de los Orkos, algo más clásicos, a estas bestias más complejas que pueden recordarnos a los Xenomorfos de Aliens (si no estamos familiarizados) o a los insectos de Starship Troopers, filme que tendrá su propia adaptación a videojuego pero que se ve muy reflejado en las imágenes de esta secuela.
Esa primera toma de contacto con Space Marine 2 nos puso los pelos de punta, porque parece que los combates serán aun más masivos que en la primera entrega (gracias a la potencia de las máquinas actuales) y los escenarios nos transportaran a los tableros y novelas de Warhammer 40.000. La acción seguirá estando muy enfocada al cuerpo a cuerpo y esperemos que se mantenga esa brutalidad tan visceral de 2011. La secuela debería llegar en 2023, pero aun no hay fecha de lanzamiento exacta. Llegará, en principio y si no hay cambios, a PS5, Xbox Series X/S y PC.