Parece impensable, pero hubo un tiempo en que Final Fantasy no era tan popular en Occidente. La saga de rol creada por Square Enix siempre ha gozado de una base de fans envidiable en tierras niponas, sin embargo, no fue hasta el lanzamiento de Final Fantasy VII que la serie empezó a expandir su popularidad en otros territorios. Relacionado con este mismo tema, Hironobu Sakaguchi, creador de la franquicia, ha aparecido recientemente en la Monaco Anime Game International Conferences 2023 para hablar sobre los retos por los que tuvo que pasar Square Enix para popularizar Final Fantasy más allá de Japón.
Sakaguchi comentó durante su intervención que el Dragon Quest de 1986, desarrollado por Chunsoft para NES, fue una gran inspiración para él por su música y sus sistemas, pero sobre todo por su escenario y su historia. Sin embargo, en aquella época la serie seguía luchando por ser popular en Japón. "En aquella época, los occidentales veían el pixel art y los personajes de tres cabezas de altura como algo para niños.
Era frustrante que nuestros juegos tuvieran problemas allí, porque queríamos encontrar una forma de expandir nuestro negocio. Eso ocurrió finalmente cuando pudimos incorporar CGI para Final Fantasy VII". Aquellos que hayáis disfrutado de la obra original, sobre todo en su época, recordaréis con nostalgia lo sorprendente que fueron las escenas CGI en su momento.
Una joya atemporal del rol japonés por turnos
"Su argumento, personajes y jugabilidad no han envejecido lo más mínimo, por lo que sigue siendo un título plenamente disfrutable a día de hoy e imprescindible para cualquier amante del rol japonés, con el atractivo añadido de poder jugar cómodamente desde la nueva consola de Sony, con Trofeos, mejor resolución, tiempos de carga inexistentes y sin tener que cambiar discos. Bienvenidos de vuelta a la séptima fantasía final", dijimos sobre la versión para PlayStation 4.