El responsable de un menor estadounidense ha registrado una demanda contra Take-Two Interactive por las loot boxes (cajas de botín, en español) de la franquicia NBA 2K. En la demanda se alega que este sistema de microtransacciones crean una "distancia psicológica" con el impacto real de la compra, haciendo que el dinero invertido parezca menos relevante de lo que es. Desde Take-Two Interactive no han querido emitir declaraciones a Bloomberg, medio que ha publicado la información relacionada con esta demanda.
También se pone el foco en que son especialmente atractivas para menores que, además, pagan con las tarjetas de crédito de sus padres en muchas ocasiones. En este último punto es en el que parece basarse el demandante para solicitar una compensación de cinco millones de dólares en daños a Take-Two Interactive.
En la demanda explica que los jugadores menores de edad no realizan una relación directa entre el gasto de dinero dentro del videojuego y el gasto de dinero en la vida real, y además se apunta a que este tipo de transacciones no suelen poderse devolver. Por todo esto, se define a las cajas de botín como "prácticas desleales, engañosas e ilegales" y "prácticas de juego ilegales, engañosas y que dañan a los consumidores".
Las cajas de botín están muy presentes en la franquicia NBA 2K, tanto que en nuestro análisis de la última entrega, NBA 2K22, decíamos que "este modo [Mi Carrera] sigue sin estar equilibrado y la gente que use micropagos sigue teniendo bastante ventaja".
Regulaciones gubernamentales contra las cajas de botín
Esta no es la primera vez que se pone en duda la legalidad de las cajas de botín en videojuegos, ya que países como Alemania, Australia o Reino Unido han manifestado su intención de regular estas prácticas de consumo, sobre todo de cara a proteger a los menores de edad. El Gobierno de España también está intentando prohibir las loot boxes para menores de edad, algo para lo que ha incluido estos sistemas en la futura Ley del Juego. Precisamente en Australia se ha tomado la decisión de que las portadas de los juegos indiquen si tienen micropagos, algo que también se comenzó a aplicar en el sistema de calificación por edades ESRB.