Shigeru Miyamoto, el creador de Super Mario Bros., The Legend of Zelda y diseñador principal (junto a Genyo Takeda) de la Wii de Nintendo, estaba pensando en la filosofía que definiría la mencionada consola más de un lustro antes de su lanzamiento. El medio Nintendo Life rescata una entrevista en la que el japonés ya muestra preocupación porque los "videojuegos se están volviendo poco amigables para los principiantes".
En el número de noviembre de 1999 (apenas dos años después del lanzamiento de Nintendo 64) de Gamer's Republic el entrevistador preguntó a Miyamoto sobre cuál sería "el próximo paso en la interacción del jugador" y durante cuánto tiempo el ocio interactivo se basaría en "gente simplemente moviendo pequeñas palancas y pulsando botones". El japonés se alegró de recibir la pregunta y apuntó que "los juegos están pensados para que los disfrute todo el mundo".
"Sin embargo, observando el mercado del videojuego actual, los videojuegos se están volviendo poco amigables para los principiantes. Es importante continuar creando algo nuevo para todo el mundo, no solo para los jugadores más dedicados", reflexionaba Miyamoto. "El rol de Nintendo es ofrecer nuevo entretenimiento para todos".
"Aunque, de hecho, es responsabilidad de Nintendo ofrecer también nuevos juegos a los jugadores más acérrimos, deberíamos pensar siempre en nuevas posibilidades de entretenimiento para todos", concluye Miyamoto, siete años antes del lanzamiento de Wii el 9 de diciembre de 2006 en España (cinco días antes en Japón).
Wii vendió más de 100 millones de unidades
Wii era una consola menos potente que la Xbox 360 de Microsoft que se lanzó un año antes y la PlayStation 3 de Sony que llegaría al mercado europeo meses después. Sin embargo, apostó por ofrecer algo distinto sin renunciar al videojuego tradicional: un mando con control por movimiento que, similar a un mando a distancia de la televisión, permitía a familiares y amigos que jamás habían tocado un videojuego jugar a Wii Sports, a Wii Play y muchos otros títulos accesibles. La consola ha vendido 101,63 millones de unidades, convirtiéndose en la máquina de sobremesa más exitosa de Nintendo.