Volvemos de nuevo a abrir el baúl de los recuerdos, para desempolvar una consola que parece bañada en oro. Y no precisamente por su aspecto si no por su precio. Nos referimos por supuesto a la Pioneer LaserActive, la mítica consola capaz de reproducir laserdiscs, compactdiscs, juegos de consolas y además contaba con su propio reproductor de karaoke.
Este inabarcable centro de ocio digital miniaturizado ofrecía tantas posibilidades como caro era su precio, unos 970 dólares en 1993. La Pioneer LaserActive, que así es su nombre completo, fue lanzada en ese año en Japón y Estados Unidos (a Europa no llegó oficialmente), y ofrecía un sinfín de formas de entretenimiento y reproducción de toda clase de discos y formatos.
Una rareza muy difícil de conseguir
Actualmente esta consola no es para nada fácil de encontrar ni de emular, por lo que la única manera de revivir cada uno de sus juegos, es contando con una unidad original de la LaserActive. Y que cuesta, aproximadamente lo mismo que por aquel entonces, alrededor de 1000 dólares. Un precio demasiado alto para la mayoría de los bolsillos, tanto ahora como por aquel entonces. Y es que estamos ante una de las consolas de videojuegos más locas de la historia que hayamos podido llegar a ver. Contaba con un reproductor de CD para música, otro para películas (el formato más avanzado de por aquel entonces), y módulos de hardware para poder jugar tus juegos favoritos de consolas como Mega Drive, Mega-CD y TurboGrafx.
Su precio de salida era desorbitadamente alto, pero debéis saber que esos 970$ eran de la unidad base, que tan solo podía reproducir CD y Laserdiscs. Si querías jugar videojuegos, debías contar con otros 600 $ al menos, para incluir SEGA o el NEC System PAC, así como otros 100 $ como mínimo para un juego LaserActive. Es decir, que en total estaríamos hablando de 1670 $, cuyo equivalente sumándole la inflación e impuestos actuales rozarían los 3000 $ para poder sacarle el máximo partido a nuestra LaserActive.
El catálogo de juegos
Contaba con muy pocos juegos para su salida, lo cual fue una decisión incluso peor para Pioneer cuando decidió sacar los juegos en dos formatos independientes y exclusivos el uno del otro. Los juegos de la LaserActive venían en Mega LD para la Sega PAC o en LD-ROM2 para NEC, y ninguno era compatible con el otro. Tan solo unos pocos juegos fueron compatibles en ambos formatos.
El formato que utilizaba para los juegos en LaserActive era el LD-ROM, con una capacidad de 540 MB, y apenas hubo más de 30 juegos. Entre los más famosos tenemos el mítico Myst y los títulos también de Mega-CD Road Avenger y Time Gal.
Condenada al fracaso
También el momento en que salió jugó una muy mala pasada en su contra: nos encontrábamos en el año 1993, una época muy prolífica, en la que se lanzaron multitud de nuevas consolas. Ya había hasta 15 consolas diferentes en el mercado, mucho más baratas y hasta portátiles. Es decir, que cualquier otra opción era mucho más viable para cualquier familia, que la de gastar de base 1000$ al menos en una consola. De hecho, la consola perdió la batalla por completo en menos de dos años, cuando Pioneer dejó de darle soporte y de fabricarla, de la que se vendieron unas 420.000 unidades en todo el mundo en sus tres años de vida.
Una consola condenada por su propia ambición y un cúmulo de malas decisiones por parte de la compañía Pioneer, que desde entonces ha preferido dedicarse al sonido, aunque si te encuentras con una a un precio económico estás de suerte, ya que es muy cotizada entre los coleccionistas.
