La OMS ratifica la adicción a los videojuegos como enfermedad mental y se ha definido como un comportamiento persistente o recurrente en el que el usuario pierde el control sobre aspectos como la frecuencia, intensidad, duración, contexto, etc., del uso de videojuegos, dándole prioridad sobre el resto intereses y actividades diarias de forma continuada pese a que genere consecuencias negativas. El director ejecutivo de Sony, Kenichiro Yoshida, ha hecho comentarios sobre esta decisión.
Preguntado sobre el tema, Yoshida dice que "necesitamos tomárnoslo en serio y adoptar contramedidas", aunque no ha aclarado cuales.
"Hemos implementado sistemas de clasificación -para restringir el acceso al contenido según la edad- y tomamos medidas basadas en nuestros propios estándares".
Sony ofrece control para padres que permiten limitar el tiempo de juego de los menores, pero se desconoce si se van a dar nuevas opciones.
Como os contamos hace unos días, la OMS no tiene impacto directo sobre la legislación, pero la inclusión de la adicción a los videojuegos en el CIE-11, en términos similares a la ludopatía, pueden servir como base para fundamentar medidas legislativas para regular el mercado, incluyendo la creciente preocupación por los micropagos y las cajas de recompensa.