Un nuevo estudio, publicado por la revista Nature realizado por los doctores Diankun Gong, Hui He, Dongbo Liu, Weiyi Ma, Li Dong, Cheng Luo y Dezhong Yao de la University of Electronic Science and Technology of China, ha arrojado nuevas pruebas e indicios de que los videojuegos ayudarían a mejorar las habilidades cognitivas y a regenerar materia gris. Según los investigadores y científicos que han firmado este nuevo estudio, los videojuegos tendrían una aplicación aún más beneficiosa de lo que se creía en un principio en nuestro cerebro.
Mejorando conexiones neuronales y haciéndonos más inteligentes
Los resultados muestran cómo un uso continuado y responsable de los videojuegos sería capaz de incrementar la cantidad de materia gris en nuestro cerebro, ayudándonos a realizar procesos complejos de una manera más rápida y eficiente. El estudio publicado en Nature se ha realizado en dos grupos de personas divididos en expertos en videojuegos y en jugadores casuales.
Los expertos han sido todos seleccionados a través de equipos de eSports que han participado en campeonatos nacionales e internacionales de videojuegos como League of Legends y Dota 2, mientras que los usuarios casuales tenían una aproximación habitual aunque menos intensa a los videojuegos.
Ambos grupos, formados por 30 personas, han sido sometidos durante varios meses a pruebas y periodos de control para obtener resultados concretos, y según explican los propios investigadores, se han descubierto efectos más beneficiosos de lo que se esperaba en un principio. El equipo de científicos se ha fijado en una región muy específica del cerebro, la llamada ínsula o córtex insular, una parte muy grande, que está relacionada con los procesos lingüísticos de la persona y de otros elementos muy importantes en nuestro día a día, como las emociones y sentimientos, y otros aspectos relacionados con el olor, el sabor o incluso la necesidad de comida y agua.
Este estudio, y a través de fotografías y escáneres en tres dimensiones de alta resolución, habría probado que la ínsula de un jugador profesional tendría una conectividad neuronal más sólida y mejorada y un mayor índice de materia gris. Esta materia, la que define y controla básicamente cualquier función de nuestro cerebro, sería mucho más densa y mayor en una persona aficionada a los videojuegos que una que no tiene un acercamiento constante a los mismos. Eso sí, no todo es tan fácil. Está también probado que las sesiones excesivas de videojuegos no son beneficiosas y que son capaces de hacernos menos hábiles en otras tareas si no somos capaces de administrar el tiempo que pasamos delante de la pantalla.
En relación a esto, hace un año, la Organización Mundial de la Salud o OMS reconocía la adicción a los videojuegos como un problema mental, algo que se traducía en su momento como la primera medida seria que se da en el ámbito de la salud con respecto a las adicciones digitales. Los mismos autores del estudio confirman que estos jugadores profesionales se someten a tareas y rutinas habituales en deportistas de élite, algo que se podría traducir como un entrenamiento, algo que lo separa del juego habitual y descontrolado o más anárquico al que otros usuarios están acostumbrados. Este nuevo estudio, de gran calado internacional, llega cuando los videojuegos son de nuevo señalados por violentos.