La compañía Apple Inc. cuenta con una cantidad de seguidores desmesurada, cantidad comparable en tamaño únicamente con la cifra de sus detractores. Independientemente de lo que cada uno crea que haya innovado, que haya copiado o incluso que crea que Steve Jobs abrió las aguas del Mar Rojo para llegar a una Apple Store, es innegable que sus productos han revolucionado el mercado. En lo que a nosotros respecta, independientemente de las características que nos puedan parecer más o menos útiles, el iPhone se desmarca como un terminal con enorme potencial para juegos móviles, que si bien ya ha sido bastante explotado, puede contener aún mucho más poder por explotar.
Hasta ahora todo tipo de juegos, desde títulos más simplistas dirigidos a los más pequeños de la casa hasta complejas aventuras dignas de estar en cualquier plataforma de sobremesa (sin olvidar los ‘free-to-play’, juegos sociales, plagios, estafas, etcétera, etcétera) han poblado su tienda de aplicaciones consiguiendo que este dispositivo de Apple se convierta por méritos propios en un dispositivo que desempeña un papel importante en el mundo de los videojuegos. Atrás queda ya el clásico Snake de los antiguos Nokia (que ahora seguro contaría con micropagos para ponerle un pixelado lacito a la serpiente), el mundo de los videojuegos en teléfonos y tabletas, nos guste o no, ha llegado para quedarse durante al menos algunos años, y amenaza con vigilar a sus hermanos mayores desde las oscuras intenciones de arrebatarle su actual trono.
¿Pero cómo se originó este producto? Tras el lanzamiento a mediados de los años 90 del asistente personal digital Newton MessagePad de la compañía, Apple sentía que para ellos había un vacío en ese sector del mercado y comenzaron a experimentar con las nuevas tecnologías en pantallas táctiles, principalmente las multitáctiles que permitiesen interactuar de una manera más intuitiva, y obviamente, trabajar en dispositivos que las aprovechasen. Steve Jobs, el fallecido director ejecutivo de la compañía, explicó que tras comenzar a aplicar esta tecnología a tabletas o ‘tablets PC’, se dio cuenta de que el concepto, y sobre todo, la interfaz, tenía muchísimo más potencial como teléfono móvil. Así comenzó a originarse el iPhone, conocido entonces como el Project Purple 2.
La interfaz ya estaba más o menos perfilada, y si comparamos el iPhone actual con el MessagePad veremos que las razonables diferencias que existen entre ellos no son excesivas teniendo en cuenta el espacio temporal que los separan, sobre todo en lo que respecta al diseño físico del dispositivo en sí. ¿En qué trabajó Apple durante años, entonces? Aunque seguramente en más cosas de las que sabemos, la respuesta que queremos dar es "en los distintos diseños del iPhone". Gracias a la batalla legal disputada entre Samsung y Apple en los últimos días, múltiples documentos internos han salido a la luz en lo que podemos ver la evolución y los diseños descartados de este teléfono, diseños entre los que se mezclan formas muy comunes con otras más sorprendentes.
Bien es cierto que común y sorprendente a la vez es uno de los primeros diseños que se tuvieron en cuenta. En agosto de 2005, casi cinco años antes del lanzamiento del iPhone 4 (y seis de su llegada en color blanco), Apple ya tenía sobre su mesa uno de los primeros prototipos de su teléfono con un diseño muy similar al del recién mencionado dispositivo. Por razones que no han transcendido, la compañía con sede en California decidió dar de lado al diseño que retomaría años después para modificar por primera vez de manera sensible la forma de su teléfono. Pero aun más curioso es el origen del diseño de este iPhone que acabó convirtiéndose en el aspecto físico del iPhone 4 y el iPhone 4S.
Uno de los archivos presentados por Samsung en el juicio para ilustrar que los diseños de Apple no eran del todo originales y por lo que, consecuentemente, no podían inculpar a la gigante, era uno de los primeros conceptos realizados por el equipo liderado por Steve Jobs. Según la defensa de Samsung, inmediatamente después de que comenzase a circular internamente por Apple un artículo en el que Sony hablaba sobre sus diseños sin una excesiva decoración, una pantalla cuadrada, que cupiesen en la mano y con las esquinas redondeadas, aquélla le pidió a su diseñador Shin Nishibori que comenzase a trabajar en un teléfono que encajase con este diseño. Y eso hizo, hasta tal punto que en los archivos internos de la compañía su diseño cuenta con el propio logotipo de Sony grabado en su parte trasera.
Dejando a un los diseños que más o menos conocemos, es posible ver otros que jamás habíamos visto antes, o que muchos ni siquiera podríamos haber imaginado. Tal y como veréis en las siguientes imágenes, uno de los prototipos recuerda a un iPod Classic con una gran pantalla sin botones, otro, es bastante alargado y cono lo que parece el frontal dividido en dos (¿quizá mitad pantalla mitad superficie táctil?), y otros con unas líneas muchos más rectas. Desde luego es palpable que Apple dejó atrás muchos diseños hasta encontrar las líneas que definen el que es uno de sus productos estrella, y para los aficionados de la marca (y seguro que también para sus detractores y competidores) siempre es interesante ver los diseños que ésta descartó. Quién sabe si algún día volverán, tal y como lo hizo uno de los primeros diseños del Project Purple 2 para convertirse en el iPhone 4.
Apéndice:
–Imágenes de algunos de los prototipos de iPhone, como el que recuerda a un iPod Classic o el alargado de frontal aparentemente divido:
–Más imágenes de las patentes: