En Internet se puede encontrar un amplio y diverso material de información sobre el país del sol naciente y una de las preguntas más asiduas que hace el personal a los autores es sobre si ser occidental aquí es tener a las chicas locas por tus huesos. Con respecto a esto ya os digo que hay mucha leyenda urbana sobre que los extranjeros somos los reyes del mambo.
En primer lugar hay dos tipos bien diferenciados de japoneses. Una gran mayoría, por mi experiencia, que no está acostumbrada hablar con extranjeros, que apenas conocen otro país que Japón o alrededores y que por supuesto no hablan una pizca de inglés. Intentar comunicarte con una de estas chicas es imposible si no conoces el japonés y si lo conoces es prácticamente imposible que te dedique más que las palabras habituales de cortesía. Es posible que incluso te ignore o algo peor.
Ejemplo anecdótico. Era una fría noche del pasado invierno. Estaba solo en casa de mi chica y bajé al conbini de turno a hacerme con los avituallamientos necesarios para una noche larga (Red Bull y galletitas). Olvidé mis gafas en casa y en la oscura calle una mujer con el mismo peinado que mi pareja y prácticamente la misma altura me hizo confundirme. Al estar a unos 3 metros de ella pronuncié el nombre de mi chica de forma interrogativa. La respuesta que obtuve fue que la desconocida cambiase de acera y saliese literalmente corriendo. Vale que tengo una barba de 4 días perenne, que mi indumentaria no refleja mi caché y que soy extranjero... pero dentro de ti te sientes como si fueses un violador o un asesino en serie. El miedo y la vergüenza que sienten muchas japonesas al hablar con extranjeros, y además desconocidos, es algo patente.
Por otro lado son muchos y cada vez más los jóvenes que están acostumbrados a tratar con extranjeros. Éstos no tienen ningún problema en dedicarte unas palabras o ayudarte, pero el desconocimiento tan grande del inglés y la vergüenza les provoca un rechazo, no hacia el extranjero, sino que el simple hecho de no poder expresarse y no comunicarse les abruma. Aun así quedan reductos donde los extranjeros pueden probar suerte con las japonesas, y para ello el principal barrio es Roppongi.
Roppongi es donde todos los extranjeros se reúnen y salen de fiesta por norma general. El modo de divertirse de los occidentales normalmente se caracteriza por ir a lugares con música alta y beber ingentes cantidades de alcohol. Los japoneses también beben, mucho pero el ambiente utilizado suele ser diferente. A estos clubs donde asisten los extranjeros también asisten chicas japonesas dispuestas a conocer algún occidental. Y es que, a pesar del rechazo, del miedo o de la vergüenza, un forastero está caracterizado mucho por el personaje del "Gentleman".
En una sociedad tan tradicionalmente machista como la japonesa, son muchas las chicas que agradecen encontrar un chico que les abra la puerta o la tenga en cuenta como una parte igual o más importante en una pareja, alguien que también valore su iniciativa.
Así pues, un gran número de los extranjeros que acuden a Roppongi a salir a bailar y beber en los caros locales, lo hacen también con la esperanza de encontrar alguna chica con la que entablar contacto. En mis primeras estancias en Japón visité algunos de estos locales cuando mis amigos eran un puñado de franceses, americanos y un brasileño. El panorama que vislumbré, desde mi experiencia, es este: un local con un 75% varones occidentales buscando ávidos a las féminas japonesas, un 15% de parejas de japoneses y un 10% de chicas japonesas que en ocasiones se sienten cohibidas por el gran número de ojos grandes que las miran con deseo.
Por lo tanto, en conclusión, podemos parecerles más atractivos que sus congéneres masculinos, los cuales se caracterizan normalmente por una cabeza excesivamente grande. También podemos parecerles como unos caballeros, pero la comunicación y el frío carácter japonés entran en conflicto con las posibilidades de conocer a tu alma gemela. Conocer a otras chicas de la mano de otros amigos, o bien de algún japonés, es la manera más efectiva a mi parecer de conocer a las orientales. Recomiendo encarecidamente que si visitáis la capital, no vayáis a Roppongi, o si lo hacéis, hacedlo sólo por la experiencia. Shibuya es un sitio para disfrutar mucho más el ambiente japonés y no un sucedáneo occidental donde apenas veréis ciudadanos nipones.
Nota: Si una japonesa os dice: "Que cabeza más pequeña y que nariz tan grande tienes", como me pasó personalmente, no maldigáis a toda su familia mentalmente como hice yo; esto en Japón es un cumplido. La foto extra que os pongo es del restaurante Gonpachi en Roppongi, donde se rodó la famosa pelea entre O´ren Ishii y la Mamba Negra de Kill Bill.
