Durante este mes se han celebrado en Japón unas elecciones que podrían ser el equivalente a las elecciones municipales y autonómicas en España. Hace unas semanas tuvieron lugar las autonómicas (en este caso por prefecturas creo recordar) en la que unos pocos candidatos se presentaban a las mismas.
Mi chica decidió ejercer su derecho democrático por primera vez ante mi rotunda e ineficaz negativa. Ella no sabía nada de ningún candidato, ni idea del programa de cada uno y solo debido a la influencia de su familia se decantó por uno. En fin, le hacía ilusión votar por primera vez, como a todos nos ha pasado al principio (y, como a muchos nos ha pasado, esa ilusión también se evapora rápidamente).
Antes de salir le pregunté: "¿Llevas la documentación?" A lo que ella me respondió: "¿Qué documentación y para qué?" Una vez más mi razón me confunde y creo universal todo lo que ocurre en España. En este caso no se presenta documentación sino que por correo te envían lo necesario para votar, lo que me lleva a la cuestión de que cualquiera puede hacerse pasar por cualquiera. En fin, no es a lo que iba, y tampoco profundicé mucho en ese tema en ese momento.
Sin embargo tras estos comicios llegaron los siguientes, los municipales. En Tokio están divididos por los famosos 23 barrios o distritos de Tokio y el plantel de candidatos ya lo querrían algunos juegos de lucha. En cada distrito se ponen una serie de tablones con unas cuadrículas marcadas y cada candidato planta allí su cartel. Fijaros en la foto que el número de personalidades, personas o individuos es bastante considerable.
Mi cabeza empieza a circular… ¿pero conocerán el programa de cada uno?, ¿pertenecerán a importantes partidos políticos? Y sobre todo, la más importante: ¿Me presento yo?
Durante estas semanas de campaña es un continuo bombardeo de política, y no exagero. Día a día el buzón a reventar de pequeños panfletitos con la foto y el nombre bien claro de quién debes votar. Algunos con pequeñas directrices y un breve currículum, otros a modo de diario presentando en escasas líneas a un grupo nutrido de candidatos. Y yo sentado, tomando un café invadido por pequeños plásticos de colores y mirando las cuartillas como si de un corredor de apuestas se tratase.
Aparte del bombardeo constante de publicidad en el buzón, caminando por las calles de los distritos puedes ver pequeños cochecitos con megafonía que repiten incesantemente el nombre del candidato en cuestión. Si lo multiplicas por el número de candidatos, pues es normal salir cinco minutos y cruzarte con un par de vehículos.
Hasta aquí todo medio normal, pero la anécdota en cuestión ocurrió cuando salía a comprar unas cosas y mientras caminaba divagaba sobre el imperativo categórico de Kant (por ejemplo). A lo lejos veo un vehículo de éstos, con su megafonía solicitando tu valioso voto y con el cartel con la foto del candidato en la baca. El coche pasa y de repente oigo un: Konbanwa (buenas noches). Lo primero que pienso es que estoy en España y alguien amablemente me da las buenas noches. Cuando ya por fin me localizo, instantáneamente pienso que he encontrado a la persona más amable de todo Tokio, que te saluda por el hecho de saludar y ser cortés (algo rarísimo). Sin embargo cuando alzo los ojos lo que veo es al hombre de la foto, el candidato a alcalde (no sería exactamente alcalde, pero bueno, para entendernos), montando en una bicicleta, con una banda como las de los Mr. y Miss con su nombre escrito y el cual va saludando a todo ser viviente que se cruza en su camino.
Este personaje va rodeado de cuatro mujeres con un abrigo de color rojo (el color de su banda, su cartel y en general de su candidatura) que amablemente también saludan y acompañan al posible futuro alcalde. A mi mente viene la imagen del alcalde de mi ciudad/pueblo, Getafe, montado en bicicleta y me parece inaudito. Alguna vez le podía ver caminando de un lado a otro y siempre con mucha prisa. Mi mente vuela un poco más allá pero me es imposible imaginar a Gallardón en algo que no sea un coche de menos de "tropecientos" euros.
Durante los comicios esto ha pasado a menudo. Los candidatos, ya sea a pie, en la entrada a las estaciones, en coches con las ventanillas bajadas, todos parecen estar deseando darte las buenas noches o los buenos días, durante un par de semanas al menos que duran las campañas.
Cuando me convierta en japonés definitivo (japonés 5.0), me voy a enterar de qué requisitos hay para presentarse a alcalde, y el primer punto de mi programa será: "Saludaré a todos, todos los días sin importar si estamos o no en campaña". Además no pienso adoptar el típico cliché de hombre trajeado sino que voy a ir en bañador y pantuflas.
PD: Como ya os comenté en una de las primeras entradas, mirad lo que hay en Tsutaya. Juegos de Nintendo, Super Nintendo, Game boy, Wonderswan y otros. A 200 yenes la unidad (menos de 2 euros). Si bien no hay caja o manual, para quitarte el disgusto te compras diez.