Cuando se anunció Redfall en verano de 2021 hubo cierta desilusión. Parecía que Arkane Austin, conocidos por sus simuladores inmersivos Dishonored y Prey, estaban produciendo una suerte de Left 4 Dead con una capa de hero shooter. Pero poco a poco, a través de vídeos y entrevistas, el equipo de Harvey Smith y Ricardo Bare aclararon la propuesta. Su título más ambicioso hasta la fecha tendrá más acción y será en un mundo abierto, pero ese escenario tendrá tanto de simulador inmersivo como sus predecesores. Y sí, está pensado para jugar en cooperativo, pero también será una experiencia para un jugador clásica. Tras el gameplay en profundidad mostrado en el Developer_Direct de finales de enero, el equipo de Bethesda ha dejado algo más claro lo que podemos esperar cuando llegue el 2 de mayo a PC y Xbox Series (por supuesto, desde el primer día estará en Game Pass).
Un pueblo pintoresco aislado por una invasión vampírica
El equipo de Texas ha creado una obra que mezcla varios géneros. Es un shooter en primera persona centrado en la narrativa que se desarrolla en un mundo abierto diseñado con las ideas que sustentan los inmersive sim, es decir, dar multitud de opciones a los jugadores para abordar los retos como les plazca.
A ello hay que sumar una fina capa de RPG: hay personalización de las habilidades de cada uno de los cuatro héroes, armas personalizables con distinta rareza y calidad, y misiones principales y secundarias.
Con estos mimbres se arma una historia que lleva a los jugadores a Redfall, Massachusetts, un pueblo pintoresco que ha sido invadido y aislado del resto del mundo por los vampiros. Muchos de sus habitantes han muerto, otros han sido convertidos, y los pocos restantes se dividen en dos bandos: los sectarios que están de parte de las criaturas infernales, y los supervivientes que intentan protegerse o combatirlos. En este último grupo están los cuatro protagonistas, quienes deberán poner fin al dominio vampírico en las distintas zonas de la isla: el centro de la urbe, el bosque embrujado, un paseo marítimo que ha visto días mejores…
No todo serán calles repletas de sectarios armados, parques en los que extiende la corrupción demoníaca y hogares expropiados por los vampiros. A lo largo de Redfall los jugadores encontrarán lugares seguros, bases principales donde descansar, reabastecerse y charlar con los supervivientes, algunos de los cuales ofrecerán misiones principales y secundarias.
El gameplay insertado en este artículo muestra una de las primeras: el objetivo es restablecer la luz del faro para evitar que llegue más gente a la isla con el pifostio que hay montado. Eso lleva a una sección con exploración, que demuestra que los escenarios estarán cargados de narrativa ambiental, con algún que otro sobresalto provocado por un vampiro que sale de la nada, y muchos disparos contra sectarios, enemigos que se comportan como minas explosivas que alertan al resto, y chupasangres de distinto tipo. Algunos crean cúpulas que impiden ver más allá, otros tienen escudos, etc. La manera de abordar la situación será diferente según el estilo de juego de cada uno y del personaje que controle, algo en lo que abundamos unas líneas más abajo.
Nidos, mazmorras y dioses vampíricos
En cuanto a las actividades secundarias, el mismo vídeo muestra un puñado de ellas, como rescatar supervivientes de manos de los sectarios que pretenden ofrecerlos a los vampiros, y colarnos en los nidos. Estos son espacios psíquicos sobrenaturales, mazmorras que mezclan elementos decorativos imposibles, y que cambian cada vez que el jugador se adentra en el lugar. El objetivo es romper el corazón gigante que lo alimenta, lo que recompensará con un arma poderosa. Sin embargo, para hacerlo habrá que cortar sus arterias, lo que atraerá a oleadas de vampiros. Y si se consigue, aún no se está a salvo: hay que emprender una huida a toda velocidad mientras todo se desmorona.
El estilo artístico de esos lugares se replica también en las "burbujas de realidad" repartidas por el pueblo, aunque todavía no sabemos qué son esos espacios. Otra parte importante del contenido secundario será liberar los distintos barrios de Redfall de la influencia de los vampiros, lo que conlleva explorar refugios y seguir pistas hasta dar con el cabecilla de la zona, en la práctica un mid boss con habilidades únicas. Si se le derrota, otorga una llave en forma de cráneo que, al utilizarla en un pedestal, abre un camino a las profundidades para acabar con una de las deidades vampíricas, enormes jefes finales que prometen grandes enfrentamientos.
Héroes y habilidades para afrontar cada reto al gusto
Si bien todo lo explicado anteriormente no se distancia demasiado de un FPS en mundo abierto moderno, como pudiera ser un Far Cry, la seña de identidad promete estar en los elementos sistémicos, es decir, en un diseño de niveles y de enemigos que permita afrontar las situaciones de manera distintas (sigilo, entrando con el gatillo pulsado, causando reacciones en cadena…); y en una serie de habilidades que se puedan combinar entre ellas y con los escenarios de manera creativa. Si bien las armas (metralletas, escopetas, pistolas de bengalas, herramientas curiosas que se sustentan con cinta aislante y otras tantas) jugarán un papel importante, pues se podrán personalizar (por supuesto, también con estacas), la clave en este sentido estará en los poderes de cada personaje, cuyas posibilidades se dejan ver simplemente con su descripción.
Los cuatro protagonistas (en cooperativo, por cierto, varios jugadores pueden llevar al mismo personaje) prometen maneras bien distintas de jugar. Jacob puede hacerse invisible, detectar vampiros con su cuervo espectral y concentrarse para disparar con más precisión y potencia. Layla usa sus poderes telequinéticos para saltar por los aires, bloquear ataques con su paraguas mágico, y entre sus habilidades clave hay una llamada "exnovio vampírico" que nos causa mucha curiosidad. Dev utiliza artilugios hechos a mano para electrocutar enemigos, aturdir chupasangres y teletransportarse a una baliza que puede lanzar. Por último, Remi tiene capacidades curativas, para atraer a los adversarios a un punto concreto y para poner explosivos. El relativamente amplio árbol de habilidades permite centrar aún más el estilo de juego.
Una propuesta interesante aún rodeada de dudas
Como ocurrió con Deathloop (este de Arkane Lyon), Redfall probablemente no acalle las dudas de todos aquellos que lo ven como un shooter cooperativo más hasta que puedan ponerse a los mandos (o al ratón y al teclado) y cerciorarse de si tiene, o no, el ADN de Arkane. Pero hasta el momento, estos herederos del legado de System Shock y Deus Ex no han errado el tiro ni una sola vez. El próximo 2 de mayo comprobaremos si este pueblo de Massachusetts está al nivel de la Talos I y de Dunwall.
