En la conferencia que se celebró ayer con motivo de la gamescom 2015, Microsoft ha sacado pecho con el catálogo de juegos que tendrá Xbox One en los próximos meses, y no es para menos. Más o menos exclusivos, lo cierto es que va a tener una serie de títulos muy atractivos, para todos los gustos, y que al menos estas navidades, solo vamos a poder jugar en Xbox One. Uno de ellos es Rise of the Tomb Raider, un juego del que hasta este E3 no habíamos visto casi nada, pero del que nadie dudaba, ya que lo que hizo Crystal Dynamics con el anterior fue realmente bueno.
Tenemos que decir que la demo que se mostró en la conferencia del pasado E3 no acabó de convencernos, muy encorsetada, scriptada y con todos los clichés de las aventuras de acción de los últimos años. Y la que mostraron ayer en la conferencia de la gamescom, centrada en el sigilo, nos presentaba a una Lara Croft que parece más una asesina que una arqueóloga, como si en algún momento se hubieran olvidados los orígenes del personaje y de la saga.
Pero no temáis, ya que aunque las demos escogidas para mostrar el juego personalmente no nos parecen las más afortunadas, después de la conferencia de Microsoft pudimos ver una nueva demo a puerta cerrada que nos dejó un gran sabor de boca, ya que esta vez sí parecía un Tomb Raider, o al menos lo que entendíamos que era esta saga hasta su última transformación.
Argumentalmente parecía un momento del principio del juego, y transcurría en Siria, con Lara en un jeep siendo atacada por un helicóptero, con el vehículo volcando, explotando y con nuestra heroína malherida y a punto de caer al vacío, ya que parece que como en el anterior juego, seguiremos viendo al mítico personaje vulnerable y lleno de heridas, pasándolas canutas constantemente. Cuando tomamos el control del personaje el paisaje que vemos impresiona, ya que a diferencia de las otras demostraciones, en una fuerte tormenta de nieve, o de noche, este nivel transcurre a plena luz del día en el desierto, demostrando el juego todo su poderío gráfico.
Pronto Lara encuentra unos pocos escombros que tapan a duras penas la entrada a una cueva, y dentro hay unas pinturas en las paredes, que funcionan a modo de coleccionables y aportando pistas para dar con otros secretos, como pueden ser tumbas ocultas. Estas fueron uno de los pocos momentos Tomb Raider clásico en el anterior, teniendo que resolver pequeños puzles interactuando con el escenario, con algo de plataformeo, y volverán aquí de manera potenciada, más y mejor.
El juego no deja de impresionarnos en ningún momento, y rompe totalmente esa barrera entre cinemáticas y jugabilidad, lo que vemos en pantalla se ve siempre igual de bien, aunque en ciertas escenas la cámara se recrea, y nos deja apreciar a Lara de cerca, demostrando el evidente salto generacional. Es una pasada el nivel de detalle del personaje, las heridas y las manchas sobre su piel, el movimiento del pelo, todo está cuidadísimo, así como sus animaciones, muy variadas y realistas.
Tras salir de esta cueva vemos un paisaje sobrecogedor, similar a la ciudad de Petra en Jordania, y tras una breve escena de plataformeo, o mejor dicho de escalada, muy guiada y sencilla, nos volvemos a internar en una cueva, esta vez con un aspecto mucho más amenazador, como si estuviéramos llegando a un templo. Aquí nos enseñan que tenemos que tener cuidado con las trampas, y las habrá de diferentes tipos. De las de ir con cuidado y observando el entorno para no caer en ellas, y otras que parece que no son evitables, aunque la acción se ralentizará durante unos segundos en los que podremos reaccionar y disparar al mecanismo o al objeto que nos va a golpear.
Una de las novedades de esta entrega, que fue una de las grandes ausencias del anterior, es que vuelve la acción bajo el agua, podremos nadar y bucear, y viviremos situaciones muy tensas de esta manera, como vimos en la demo. Al igual que el resto de elementos, el agua está recreada de manera muy convincente, gracias a la iluminación, las partículas y todo tipo de efectos, y habrá que tener cuidado de no quedarse embobado con la belleza de algunas escenas, y ponerse manos a la obra si no queremos acabar ahogados.
En un momento en el que estábamos en el agua y no podíamos continuar avanzando, vimos como en la anterior entrega uno de esos puzles basados en las físicas y la interacción con el escenario, teniendo que disparar a una tabla de manera que estaba colgando, para que cayera al agua, nos pudiéramos subir sobre ella, y así salir del lugar en el que estábamos atrapados. Tras esto, llegábamos a un precioso templo dentro de una cueva enorme, pero aquí se detuvo la demo, y dio un salto hasta el final de la escena, cuando ya lo habíamos superado.
Una secuencia realmente espectacular, con el templo derrumbándose e inundándose del agua, teniendo que escapar a toda velocidad mientras combatíamos con algunos enemigos por el camino. Un momento en el que el juego mostraba todo su músculo gráfico, y todos aquellos que lo han tachado de juego intergeneracional, van a tener que retractarse cuando vean escenas tan impresionantes como esta. Aquí terminaba la demo, y aunque os hemos hablado mucho de los gráficos, también queremos destacar otros aspectos, como la cuidada ambientación sonora, el buen gusto en la dirección de arte, y sobre todo, ese aire a los Tomb Raider clásicos que tenía esta demo.
Y no lo decimos por su libertad de acción, dificultad o plataformeo, aspectos de la saga que no parece que vayan a volver en esta reinvención, más accesible y comercial, apta para todo tipo de jugadores, sino más bien por lo que transmitía "emocionalmente", con Lara completamente sola descubriendo lugares misteriosos, amenazantes y de aspecto imponente, sin necesidad de tener que enfrentarnos a enemigos cada pocos segundos.
Parece que siguiendo el hilo argumental sin desviarnos demasiado del camino preestablecido, sí tendremos una trepidante aventura de acción, espectacular y llena de scripts, en la que no habrá que pensar demasiado, simplemente dejarse llevar y disfrutar de su montaña rusa. Pero luego también tendrá otra cara, la de la exploración, el coleccionismo, la supervivencia, los puzles y los templos misteriosos. Todo opcional, pero que ahí estará para ser disfrutado.
Hasta que no tengamos el juego en nuestras manos no saldremos del todo de dudas, pero sí lo que están prometiendo sus creadores es cierto, parece que esta faceta del juego estará muy potenciada respecto a la anterior entrega, y tendremos bastante motivos para perdernos por los escenarios, y hallar esos momentos de Tomb Raider clásico, que tanto, y tantos, anhelamos.
La aventura de estas navidades
Rise of the Tomb Raider se pondrá a la venta el 10 de noviembre en Xbox One, y después de esta última demostración le tenemos todavía más ganas, ya que nos ha demostrado que no todo será acción ni parajes helados, y habrá toques aventureros, tumbas y una gran diversidad de paisajes. También nos ha demostrado que gráficamente es bastante mejor de lo que parecía en un principio, y no hay demasiadas dudas de que a los que nos gustó el anterior, este nos va a encantar, y lo vamos a disfrutar muchísimo.
