Para calentar motores de cara al nuevo Need for Speed que prepara Criterion Games, Electronic Arts lanzará en noviembre Need for Speed: Hot Pursuit Remastered, una remasterización del juego de la saga mejor valorado de la pasada generación que, aunque nos haga sentirnos viejos, salió hace ya una década. La obra de Criterion vuelve con las esperables mejoras visuales, con todos los contenidos adicionales incluidos y con aquella maravilla adictiva que era el Autolog, pero lo más importante es que diez años después sigue siendo igual de divertido y se siente fresquísimo.
En Vandal hemos jugado durante algo más de cuatro horas a esta remasterización tras acudir a una presentación invitados por Electronic Arts donde nos contaban las novedades Matt Webster de Criterion Games y Chris Roberts de Stellar Entertainment, director creativo de esta versión y fundador de una empresa formada, en parte, por trabajadores del estudio que creó Burnout. Esto os lo contamos porque los detalles que se han añadido y pulido aquí no son cambios que nos vayan a volar la cabeza, sino esas cosas finas que no dejan dormir por las noches a unos especialistas de la conducción arcade.
Gameplay comentado
Trayendo de vuelta un arcade puro
Hot Pursuit es un arcade de conducción muy puro: aquí hay pruebas que superar en distintos circuitos en los que lucharemos siempre por la medalla de oro. No hay mundos abiertos, no hay coches ocultos que encontrar por el escenario ni tampoco carteles que romper con acrobacias. Lo importante, y casi lo único, es la conducción descerebrada para llegar a la meta los primeros, para huir de la policía y para provocar que el coche de los conductores agresivos salga volando, así como el uso inteligente de las habilidades.
Nos explicamos bien para quienes no hayan tocado el juego original. El modo historia nos pone sobre la mesa dos campañas que podemos jugar en paralelo. Por un lado, la de un participante en carreras callejeras. Por otro lado, la de un policía que debe acabar con esas competiciones. Aquí no hay escenas cinematográficas con actores de lujo ni guiones supuestamente emotivos. Se va directo al grano: acción, acción y más acción a 200 kilómetros por hora. Cada una de las campañas van ofreciendo pruebas que al superarlas nos permiten conseguir nuevos vehículos y desbloquear más desafíos.
En el caso de los corredores, esas pruebas son carreras contra la IA, pruebas contrarreloj probando coches de gama alta y carreras donde la policía entra en escena, entre otros. En el caso de la policía también hay pruebas contrarreloj, pero las más interesantes son las que nos piden detener a un corredor que va a velocidades de vértigo por la carretera o esas en las que debemos parar una carrera. Poco a poco vamos desbloqueando deportivos, hipercoches y vehículos de lujo, pero también armamento que añade una parte estratégica a las carreras: PEM para bloquear al coche que tengamos delante, bandas de clavos para inutilizarlos momentáneamente, pedir bloqueos policiales en el caso de jugar como un agente de la ley y un emisor de interferencias que impedirá durante unos segundos que utilicen esa cacharrería contra nosotros.
Pero lo importante evidentemente es la conducción, y Hot Pursuit no decepciona ahí. Habrá quienes le pidan un mayor realismo o que las diferencias entre los vehículos sean más notorias, pero se agradece que sea un juego tan accesible. El pedal del freno no hará falta tocarlo casi nunca, derrapar es casi más fácil que en un Mario Kart y el sistema de turbo nos motiva a conducir de manera temeraria: se recarga al alcanzar la máxima velocidad, pero también al derrapar y al pasar muy cerca del tráfico que nos encontraremos en la carretera.
Con este sistema de conducción ágil y violento y las habilidades que comentábamos, lo que encontramos es un arcade muy, pero que muy divertido. Cuando no estamos controlando a un policía buscando el momento justo para chocar contra un corredor y dejar su coche como un acordeón, estamos huyendo de los agentes de la ley mientras adelantamos a nuestros rivales derrapando a 300 kilómetros por hora y pensando en qué momento usar el nitro o las habilidades para llegar a la meta en primera posición.
Retoques sutiles, juego cruzado y la vuelta de Autolog
Todo esto ya estaba en el original, claro, pero se han añadido novedades para mejorarlo todo. El minimapa a la izquierda de la pantalla, imprescindible para prevenir las curvas cerradas y anticipar caminos alternativos, se ha hecho más legible; el lenguaje visual que se utiliza (árboles colocados de cierto modo, letreros, etc.) para indicar que hay un atajo se ha homogeneizado en todos los circuitos; las zonas de los caminos de arena y barro por las que se va más rápido ahora aparecen más claras, y no solo se han añadido todos los coches, circuitos y actividades de los DLC, sino que se han entremezclado en el modo historia.
También hay otros cambios menores, como retoques a la conducción, nuevos colores para los coches y un amplio abanico de pinturas con los que modificarlos, actualizaciones en la interfaz y un renovado modo foto que lo acerca un poco a los estándares de 2020. Pero lo que es una novedad que realmente recibimos con los brazos abiertos es el juego cruzado, tanto para los modos online como para el renovado Autolog, un multijugador asíncrono revolucionario en su día y al que le sienta de maravilla este juego cruzado.
Autolog está integrado en cada una de las pruebas del juego y nos recuerda tras cada misión e incluso en el menú principal que un amigo ha terminado un desafío en unos segundos menos que nosotros. En la prueba que hemos jugado, obviamente, no estaban nuestros amigos, sino otros periodistas que desconocíamos, y aún así, cada vez que terminábamos una prueba y veíamos que ese amigo lo había hecho mejor que nosotros, lo intentábamos de nuevo. Vaya, que a poco que seáis competitivos os picará mucho, y ahora funcionará sin importar si vuestros amigos están en PC, PS4, Xbox One o Switch. Eso sí, nos hubiera encantado que hubiera guardado cruzado para poder jugar en nuestro ordenador y continuar la partida en Switch, pero no lo habrá. Otro apunte: los datos de Autolog del juego original no se trasladan aquí.
Más nitidez a 60 fotogramas por segundo
Por supuesto, estamos hablando de una remasterización de un juego de hace diez años, así que se esperan mejoras gráficas, y las hay. El juego se ve mucho más nítido, los efectos de iluminación han mejorado, el popping es inexistente, se han remasterizado todas las escenas cinemáticas que aparecen en las pruebas (aunque están bloqueadas a 30 fps)... Obviamente, al compararlo con los grandes del género de hoy día, como Forza Horizon 4 o Gran Turismo Sport, palidece, sobre todo al fijarnos en la vegetación, en las texturas de las montañas que vemos a lo lejos y otros elementos del escenario. Eso sí, donde da la talla de una manera espectacular es en la sensación de velocidad, que es tan sorprendente como artificial.
En cuanto al rendimiento, hay buenas y malas noticias. En PC, la versión que hemos probado, el juego se puede poner hasta a 4K, pero en lo relativo al framerate está bloqueado a 60 fps. Esto se debe, según nos contó Chris Roberts de Stellar Entertainment, a que cuando intentaron ponerlo a 120 fps el resultado fue catastrófico porque las físicas del juego están ligadas al framerate. En las consolas actuales, incluido Switch en modo televisión, va a 1080p y 30 fotogramas por segundo. En Xbox One X y PS4 Pro funcionará a 4K y 30fps, o a 1080p y 60fps.
Antes de concluir no podemos dejar de lado la banda sonora, una de las mejores que recordamos en un juego de Electronic Arts y que recoge grupos que le sientan como un guante a la acción vertiginosa de Hot Pursuit: 30 Seconds to Mars, Bad Religion, M.I.A., New Politics, White Lies, Weezer, Funeral Party, Dead by April, Deadmu5 y muchísimos otros que son por sí solos un motivo para ponerse a los mandos.
Need for Speed: Hot Pursuit es algo que ya parece casi extraño: un arcade de velocidad completo pero contenido, que no te agobia con cientos de iconos en un mapa de mundo abierto, con un sistema de progresión que no está diseñado para motivarte a dejarte un euro o dos de vez en cuando. Es un juego que en los estándares actuales se siente muy puro: lo que importa es la conducción, los derrapes, los choques, la diversión. Por eso, aunque en lo que a remasterización visual se refiere no sea un trabajo muy complejo, le tendremos echado el ojo de cara al lanzamiento el 6 de noviembre en PS4, Xbox One y PC (40 euros en consola y 30 en ordenador) y el 13 de noviembre en Switch.
Hemos realizado estas impresiones tras asistir a una presentación de EA y acceder a una edición preliminar del juego en PC.