El pasado mes de enero ya pudimos probar su campaña para un jugador, en la que iremos acompañados de otros tres soldados, aquella vez manejados por la CPU. Jugando de esta manera apenas puedes dar órdenes a tus compañeros de equipo, tan solo indicar a quienes quieres que disparen, pudiendo realizar espectaculares disparos sincronizados para acabar con hasta cuatro blancos a la vez. A lo largo de doce misiones por todo el mundo, y con una historia bastante elaborada, tendremos una entretenida campaña, que como hemos comprobado, será mucho más divertida si jugamos junto a otras tres personas.
Esta semana en las oficinas de Ubisoft España hemos jugado a sus modos cooperativos, tanto la Campaña como el modo Guerrilla, ambos para cuatro jugadores. Y es de esta manera, junto con otras personas, es cuando el juego cobra una nueva dimensión, siendo mucho más estratégico, emocionante y por supuesto, divertido. También habrá modos competitivos o versus, hasta para 16 jugadores, pero nos los mostrarán más adelante, y ahora tocaba probar su vertiente cooperativa, que la verdad nos ha gustado muchísimo.
Guerrilla es una especie de modo horda, término que se ha puesto muy de moda, en el que tendremos que superar hasta 50 oleadas de enemigos, en cuatro mapas distintos, y que nos han dicho habrá que invertir una gran cantidad de horas para superarlos, algo que después de haberlo jugado, nos lo creemos. A diferencia del modo Campaña, aquí se podrá jugar a pantalla partida desde la misma consola, hasta dos jugadores. Por ejemplo, podrán jugar dos jugadores a pantalla partida desde una consola, y otros dos en otra, o bien dos en una consola y el resto de manera individual, pero eso sí, siempre harán falta cuatro jugadores, y no se podrán utilizar bots para sustituir a los soldados aliados.
En la primera ronda u oleada, tuvimos que tomar una base enemiga, acabando con todos los soldados que la protegían. En un primer intento, jugando con la mentalidad de un shooter en tercera persona cualquiera, no duramos mucho en pie, y fue un absoluto fracaso. Es cuando nos dimos cuenta que había que colaborar, utilizar los gadgets a nuestra disposición, hablar entre nosotros, e ir con cuidado, cuando las cosas comenzaron a funcionar. Es un juego bastante exigente, dos o tres disparos pueden acabar con nosotros, aunque siempre un compañero puede venir a "resucitarnos", eso sí, si se da prisa, ya que si pasamos unos 20 segundos en el suelo y nadie viene a salvarnos, moriremos definitivamente.
Uno de sus grandes alicientes, y dando honor a su nombre, es que somos un soldado del futuro, con todo lo que ello implica. Tendremos armas y sobre todo dispositivos muy sofisticados, que convendrá aprender a utilizar bien. Por ejemplo el dron espía, un pequeño robot que lanzamos al aire y que sirve para observar el entorno y detectar a los enemigos. Controlamos la dirección y la altura de este, y cuando vemos a un enemigo podemos marcarle, para que luego los soldados lo tengan en todo momento localizado, algo muy importante. Además de volar, lo podemos transformar pulsando un simple botón en un vehículo terrestre, ya que en determinadas circunstancias es muy fácil que nos vean por el aire, alertando a los enemigos y acabando estos con unos pocos disparos con el costoso aparato.
Otro dispositivo importante son los sensores, un pequeño objeto que lanzamos como si fuera una granada, pudiéndose adherir a cualquier superficie, y que detecta en un radio bastante amplio a todos los enemigos que haya alrededor. Si estamos en una zona en la que intuimos hay enemigos muy cerca, no será conveniente sacar el dron espía, ya que lo verán con facilidad, y será mejor usar uno de estos sensores. Si en su radio de acción hay uno o varios soldados enemigos, estos quedarán marcados, y veremos en color rojizo en todo momento dónde se encuentran, lo que nos dará una ventaja táctica enorme.
También tenemos granadas de humo, de fragmentación y minas Claymore. Además de algún modo de visión extra, como la visión térmica, muy útil cuando el humo no nos deja ver bien, aunque no tan exagerada como en otros juegos, en los que vemos a cualquier enemigo incluso a través de objetos. Para eso tendremos la visión de rayos X, que no pudimos probar en este modo Guerrilla, pero sí en la Campaña, y que te permite ver a los enemigos a través de las paredes dentro de un edificio, algo que da una ventaja bestial. Una vez que conocimos y dominamos todos los recursos a nuestra disposición, no fue difícil tomar la base objetivo.
Quienes hayáis jugado a otros juegos de acción en tercera persona, como la popular saga Gears of War, os sentiréis rápidamente cómodos con el control, con un sistema de coberturas muy similar. Podemos llevar dos armas a la vez, y este parece que será uno de los puntos fuertes del juego, con un variado, extenso y personalizable arsenal. Durante la batalla no habrá tiempo para ponerse a personalizar las armas, y será algo que tengamos que hacer antes de entrar en acción. En un complejo y vistoso apartado, podemos montar y desmontar todas las piezas del arma seleccionada pulsando un solo botón, algo que no te cansas de ver. Cargador, bajo cañón, sistema de gases, lateral, culata, óptica, pintura, gatillo, podemos elegir varias opciones en cada una de estas piezas, dando un total de 20 millones de combinaciones. No recordamos algo parecido, o al menos tan bien presentando, en ningún otro juego, que hará las delicias de los amantes de la acción, y sobre todo de las armas.
Siguiendo con el modo Guerrilla, una vez superada la primera oleada, en la que tomamos la base, tuvimos un tiempo de respiro. Unos helicópteros aliados nos lanzaron provisiones, dos cajones separados donde podíamos reponer los objetos como las granadas, las minas y el dron, y otro donde podíamos cambiar de armas. Cuando ya estuvimos listos, la cuenta atrás para la siguiente oleada comenzó, y a partir de ese momento solo tendríamos unos 40 segundos entre oleadas para aprovisionarnos y "preparar el terreno", algo muy importante. La base que hay que defender tiene tres flancos vulnerables, y no está de más colocar unas minas Claymore en los caminos adyacentes.
Las primeras oleadas no fueron muy complicadas, simples soldados que estando bien protegidos tras las coberturas, y poniéndose de acuerdo para proteger los distintos flancos, no eran muy difíciles de superar, aunque no quitó que fracasáramos en alguna ocasión. Si el equipo es eliminado en una oleada, el juego nos permite continuar desde esa misma, y no nos penaliza a empezar desde el principio, algo que sería un infierno, ya que tenemos un total de 50 oleadas. Si consigues superar varias oleadas seguidas con éxito, eres premiado con habilidades de rachas. Parece que habrá unas cinco, y nosotros conseguimos tener radar, que al usarla detecta a todos los enemigos del mapa, e invisibilidad, que nos otorga este don durante 30 segundos. Parece que al menos también habrá el previsible ataque aéreo, y son una gran ayuda y recompensa por jugar bien.
Fue en la oleada número siete cuando las cosas se empezaron a poner muy complicadas, apareciendo en escena unos enemigos que se protegen con un escudo. A estos no podremos herirles de frente, y habrá que lanzarles granadas o buscarles la espalda o un flanco –algo muy complicado y peligroso ya que nos obliga a salir de la base-. De hecho con uno de estos enemigos tuvimos una simpática aunque desgraciada anécdota, ya que a punto de terminar la oleada, con un compañero caído en combate, un soldado con escudo estaba ya entrando en la base, y no se nos ocurrió otra idea que lanzarle una granada de frente, a la altura del pecho. Esta rebotó en el escudo, con tan mala suerte que cayó a los pies de los dos compañeros vivos, haciéndolos volar por los aires, y acabamos siendo derrotados.
En la octava oleada apareció un francotirador, que nos dio más de un quebradero de cabeza, y fuimos aprendiendo a defendernos cada vez mejor, de manera sincronizada y preparando bien el terreno entre rondas, colocando minas. Y la décima oleada fue ya de las más difíciles, con un vehículo blindado disparando, que nos costó sudor y lágrimas destruir. En la oleada número once tocaba cambiar de base, y conquistar otra distinta, pero fue aquí cuando dejamos de jugar. Si ya nos costó superar las primeras diez oleadas, no nos imaginamos lo que nos puede deparar llegar hasta la número 50, y estamos ante un modo que consigue picar y divertir mucho, con una dificultad desafiante y bien medida, que no desespera, y que invita a probar diferentes estrategias para sobrevivir. Además como comprobamos, aquí no valdrá hacer la guerra por tu cuenta, y jugar de manera individual tendrá nefastas consecuencias, siendo pura acción cooperativa.
Después de este interesante modo Guerrilla, pudimos jugar una misión de la Campaña, también de manera cooperativa entre cuatro jugadores. Curiosamente la misión diez, Martillo valiente, la misma que jugamos en un evento el pasado mes de enero solos, y esto nos permitió contrastar la enorme diferencia entre jugar con los soldados aliados manejados por la CPU o por otras personas. Algo obvio, pero que no imaginábamos que marcara tanto la diferencia, siendo mucho más profundo, complejo y divertido si jugamos junto a unos amigos. Esta misión se desarrollaba en el Cáucaso, en Rusia, en enormes escenarios abiertos en una zona boscosa que permitía abordar a los enemigos de diferentes maneras.
Uno de los elementos más curiosos de Future Soldier es el disparo sincronizado a cuatro blancos. Cuando juegas solo, tienes que indicar a tus compañeros de qué enemigos se tienen que encargar, y una vez los cuatro blancos están encañonados, decidir el momento del disparo. Jugando con otras personas, esto cambia bastante y se vuelve más complejo. Desde una posición de sigilo y una vez los tenemos localizados, veremos en la parte superior de la pantalla cuatro números que indican el mismo número de enemigos. Cuando están encañonados se colorean de azul, y si los cuatro están de esta manera, será el momento idóneo para disparar, con espectaculares resultados. No siempre es fácil apuntar a todos los enemigos al mismo tiempo, estos se mueven, se agachan, y es difícil coordinarse con otras personas, pero cuando se consigue es muy satisfactorio.
Estamos ante un juego que para ser disfrutado adecuadamente será muy importante usar la comunicación por voz, ya que conviene ponerse de acuerdo y elaborar estrategias. Por ejemplo si tenemos que asaltar una casa, que dos lo hagan por la puerta principal, otros por la trasera, o que en ocasiones en espacios abiertos alguien realice fuego de cobertura mientras otro flanquea el objetivo. Si se juega de esta manera, el juego es divertidísimo, existiendo una gran sensación de camaradería. Si caemos abatidos un compañero nos puede "resucitar", pero ojo, ya que tendremos un límite de tres veces, y si morimos en tres ocasiones daremos al traste con la misión, para todo el equipo, así que habrá que jugar con cuidado si no queremos ser un lastre para el resto de jugadores. Cuando estamos en el suelo heridos, podemos desplazarnos arrastrándonos, por ejemplo para ir hacía una cobertura y que la persona que nos vaya a curar no sea un blanco fácil, y como comentamos en el modo Guerrilla, hay un tiempo límite en el que tenemos que ser rescatados, o moriremos definitivamente.
Si ya nos gustó bastante Ghost Recon: Future Soldier jugando solos en el modo Campaña, ahora de manera cooperativa nos ha parecido mucho mejor, y los amantes de la acción cooperativa no deberían perderlo de vista, ya que las sensaciones han sido muy positivas. El modo Guerrilla es desafiante, emocionante, muy adictivo, y la Campaña junto a unos amigos puede ser tremendamente divertida. Han pasado cinco años desde Advanced Warfighter 2, hay sed de Ghost Recon, y aunque vuelve un poco cambiado, su nueva propuesta es muy divertida, más accesible, pero no por ello menos desafiante. El juego ya se encuentra con voces en castellano y llegará el 24 de mayo a PlayStation 3 y Xbox 360, y un poco más adelante a PC.
