Para varias generaciones de jugadores, pero especialmente para aquellos que conectaron con los videojuegos en la época de la primera PlayStation, el "echarse un Tekken" en las tardes con los colegas se convirtió en un plan tan genial como habitual. Un plan que vivió sus mejores momentos con Tekken 3 y con Tekken 5, y que con los cambios de consolas fue haciéndose menos popular: en la era de PS3 y 360 la lucha salió del mainstream más general, y en la pasada generación el género puso el foco en el intimidante juego online.
Pero de un tiempo a esta parte estamos viendo con Mortal Kombat, Street Fighter 6 y otros grandes nombres una vuelta a la accesibilidad. Un retorno de esas tardes de sofá con colegas, de pachangas entre personas de distinta habilidad, y de juegos con abultados modos para un jugador, sin dejar de lado el componente online. Tekken 8 se suma a esta tendencia el 26 de enero con un lanzamiento global en PC, PS5 y Xbox Series. Hace unos días pudimos jugar un buen puñado de horas que nos dejaron claro que llega con más contenido y espectacularidad que nunca.
Una historia grandiosa y un arcade con mucha cuerda
La sesión comenzó con un modo historia que continúa la trama de los linajes Mishima y Kazama, y aunque se incluye un resumen en vídeo de Tekken 7, no es necesario haber jugado previamente para disfrutar de una narrativa repleta de acción estrafalaria. Un Jin Kazama preocupado por la posibilidad de que la sangre de demonio le afecte del mismo modo que a su archienemigo se propone, rodeándose de un amplio grupo de colegas que conocerá en el nuevo Torneo del Rey del Puño de hierro, pararle los pies a Kazuya Mishima, quien ha sumido el mundo en la guerra y la destrucción.
El modo, repleto de extensas escenas cinematográficas muy cuidadas y espectaculares, empieza a todo trapo, con un combate entre Jin y Kazuya que bien podría aparecer en una película de kaijus. Un enfrentamiento que, como los demás que disfrutamos en los cuatro episodios que pudimos jugar, se interrumpe con alguna secuencia narrativa y con QTE. La puesta en escena vibrante, la destrucción y la epicidad de las situaciones dan empaque a una historia que también sirve para presentar a los nuevos personajes y reintroducir a los conocidos, y que, al menos en normal (hay tres ajustes de dificultad), supone un reto ajustado desde el primer momento.
A esa campaña principal hay que sumar el modo de historias de personaje, que no pudimos probar pero que, como su nombre indica, desarrollarán la trama de cada uno de los 32 luchadores con los que se estrenará el título de Bandai Namco Studios, y por supuesto, el novedoso modo Misión arcade. Se trata de un viaje a través de distintos salones recreativos en el que con nuestro avatar cabezón personalizable retamos a los personajes de otros arcades, desbloqueamos objetos estéticos de personalización y subimos de nivel y rango para poder participar en los torneos.
Combates más ágiles y estratégicos
Es en Misión arcade donde explican los conceptos clave de Tekken 8, así que es más recomendable como primera parada que los modos narrativos. Porque, aunque Tekken sigue siendo accesible y familiar incluso para quienes lleven varias entregas sin apuntarse al torneo, también hay varias mecánicas nuevas a tener en cuenta, pero especialmente un cambio que no tardan en recordar en este modo: Tekken 8 motiva a jugar agresivamente, y eso se traduce en combates tensos, divertidísimos y rondas que pueden durar un suspiro.
La principal novedad en este sentido es el sistema Heat. Bajo el indicador de vida tenemos una barra azul que podemos utilizar una vez por ronda. Al activarla dura diez segundos, aunque ese tiempo se puede alargar al golpear al rival y se pausa mientras el oponente está derribado. Al activar el Heat, aunque nos bloqueen nuestros golpes hacen un poco de daño gris, que se puede recuperar, da acceso a varias técnicas útiles para desplazarse y encadenar combos, y se puede gastar del todo con un movimiento poderoso fácil de ejecutar. Todo esto da profundidad y estrategia extra a los combates, en tanto que hay que pensar cuándo entrar en Heat y tener en cuenta cuándo lo hará el oponente; además, se puede activar al golpear para continuar una cadena de golpes, y con un personaje ágil, es fácil aprovecharlo para comenzar el encuentro con una amplia ventaja respecto al otro luchador.
El modo Rage y las Rage Arts también vuelven. Cuando la barra de vida baja hasta cierto punto, nuestros golpes hacen más daño conforme menos salud tenemos. En este estado podemos ejecutar la Rage Art del personaje (también muy fácil de realizar), un movimiento capaz de dar la vuelta al marcador si lo encajamos y muy espectacular en pantalla, pues es fácil que cause estragos en cualquiera de los 16 escenarios, muy destructibles, disponibles en el lanzamiento. Así, la combinación de los sistemas Heat y Rage dan a cada combate un ritmo vertiginoso y un toque estratégico donde controlar los tiempos es más importante que conocer todo el listado de combos.
También hay cambios en este sentido: de cara a esas pachangas con colegas, además del esquema tradicional de control se ha introducido un estilo especial que mezcla las funciones de combo fácil y de asistencia de Tekken 7. Se puede activar con una rápida pulsación de L1/LB y permite hacer más fácilmente un listado de combos recomendados que varía para cada personaje y según su estado: normal, Heat o Rage.
Muchos modos y maneras de entrenar
Volviendo al modo Misión arcade, se puede abordar como una especie de entrenamiento amigable y estructurado de todos estos conceptos. Conforme pasamos de un salón recreativo al siguiente se va desarrollando una historia sencilla sobre la motivación de jugar a títulos de lucha, con un antagonista tryharder que solo juega para ganar frente a los amigos que se juntan simplemente para pasarlo bien y socializar. A la vez, vamos desbloqueando elementos cosméticos para nuestra tarjeta de jugador, para el avatar chibi y para los propios luchadores, que se pueden personalizar muchísimo con vestimentas y accesorios.
Hablando de personajes. La cifra en el lanzamiento es alucinante: 32 luchadores, y los que están por llegar como contenido adicional. Hay caras emblemáticas como Paul, King, Law y Nina, otros que vuelven como Raven y Jun Kazama, y tres totalmente nuevos. Nuestra preferida es Reina, con técnicas que recuerdan a las de Heihachi, pero más ágil y con un aspecto diseñado por la creadora de Bayonetta. Azucena es otra luchadora inédita, que se mueve con gracilidad y tiene un puñado de golpes muy graciosos; nos ha parecido el Eddy o la Christie de esta entrega, ambos ausentes en el estreno, aunque aparentemente el brasileño volverá como DLC. Por último, Víctor es una especie de ninja francés con golpes cuerpo a cuerpo y a distancia que promete ser muy versátil en las manos adecuadas.
Con tanto luchador que aprender a manejar y a dominar se agradecen las muchísimas herramientas disponibles para hacerlo. No falta el modo práctica, muy configurable y con desafíos de combos. Pero hay dos elementos que nos han sorprendido muchísimo. En primer lugar, las repeticiones. Podemos grabar las partidas del versus, el Modo arcade y Super Ghost Battle, y al reproducirlas, saltan sugerencias de qué podríamos haber hecho mejor; no es solo una sugerencia, sino que en ese momento podemos pausar la acción y probarlo nosotros mismos y desarrollar el combate de otra manera.
Lo segundo que nos impactó fue Super Ghost Battle, un modo donde se aprovechan las innovaciones en inteligencia artificial. Se trata de un fantasma de nosotros, de la CPU o de otro jugador que paulatinamente va aprendiendo de lo que hacemos, comportándose de manera impredecible, como lo haría un jugador real. Tan solo con un puñado de combates ya era capaz de anticipar nuestras técnicas más repetidas y a contrarrestarlas, lo que nos obligaba a aprender otras maneras de jugar. Creemos que será una herramienta muy útil para entrenar.
Como veis, Tekken 8 está repleto de modos, donde no faltan el Versus, el Tekken Fight Online (un entorno 3D gigantesco en línea donde interactuar con los avatares cabezones de otros jugadores en tiempo real, de manera similar al Event Hub de Street Fighter 6), y Tekken Ball. Sí, el minijuego veraniego de Tekken 3 y la versión para Wii U de Tekken Tag Tournament 2 vuelve, tan impreciso y tan divertido como siempre: en nuestra sesión de juego se convirtió en el protagonista de los asistentes.
Si el regalo es grande, el lazo del paquete le hace justicia al contenido. La premisa con la que el equipo de Katsuhiro Harada ha dirigido esta nueva entrega, "poder y destrucción", se refleja en el apartado audiovisual con un Unreal Engine 5 que, sin lucir tan sorprendente como en el tráiler de adelanto de hace más de un año, es simple y llanamente espectacular, sobre todo en los modelados de los personajes y su expresividad facial, en los efectos de los golpes y en la destrucción de los entornos.
El Torneo del Rey del Puño de Hierro vuelve el 26 de enero
A poco más de un mes de su estreno el 26 de enero, cada vez queda más claro que vuelve Tekken. No hablamos de la saga en sí, que nunca se ha ido y siempre ha tenido una amplia comunidad detrás. Lo que vuelve es el Tekken para todos: para quienes dedicarán cientos de horas al juego online, para los que quieren disfrutarlo en solitario, y para quienes lo tendrán siempre a mano para cuando reciban visitas de sus colegas. Tekken 8 lo tiene todo para demostrar que el género de los juegos de lucha nunca ha estado mejor que ahora.
Hemos realizado estas impresiones de Tekken 8 tras jugar a una versión en desarrollo para PS5 en un evento invitados por Bandai Namco España.