Rainbow Six Extraction no parece ser un título que haya captado la atención de los focos mediáticos. Quizá se deba al largo silencio desde su presentación en el E3 2019. O puede que se deba a que la comunidad le haya perdido el rastro tras el confuso cambio de nombre que tuvo lugar este año; iba a llevar el subtítulo de Quarantine, no muy apropiado para los tiempos que vivimos. Otro motivo puede estar en la congestión del género de los shooters cooperativos, quizá solo rivalizada por los batlle royale. También está el tema de que la temática, la irrupción de un parásito que ha dejado ciudades en una situación casi postapocalíptica, parezca demasiado fantasiosa para esta saga.
Sea cual sea el motivo que haya alejado a Extraction de los titulares, lo cierto es que la producción de Ubisoft Montreal tiene un puñado de ideas muy interesantes que aportar a un género que parece que ha evolucionado bien poco desde Left 4 Dead. El juego de disparos cooperativo para hasta tres jugadores que llegará el 20 de enero a PC, PS5, PS4, Xbox Series X/S, Xbox One y Google Stadia tiene elementos extraídos del roguelike, aprovecha las mecánicas de shooter táctico heredadas de Rainbow Six Siege, promete una rejugabilidad apabullante sobre el papel y cuenta con un sistema de progresión que incentiva el riesgo pero castiga fuertemente el fallo.
Una apuesta táctica en un género frenético
En Extraction los jugadores, en solitario o con hasta dos amigos más, deberán participar en 13 tipos distintos de misiones: tomar muestras de los nidos del parásito quimera, sabotear esos nidos, encontrar y dar caza a un espécimen concreto, descontaminar zonas, etcétera. Por el camino habrá que hacer frente a las quimeras, las extrañas criaturas que produce el parásito, y al terminar, habrá que llamar al helicóptero de extracción y escapar.
Las misiones tienen lugar en 12 escenarios diseñados a mano repartidos por San Francisco, Nuevo México, Alaska y Nueva York: hoteles, instalaciones secretas de una isla, casinos… Sin embargo, ninguna misión será igual que la anterior porque habrá variables aleatorias en el objetivo y en los enemigos a los que habrá que hacer frente. Es fácil identificar las sinergias entre los 10 arquetipos de quimeras que habrá que combatir o evitar: el Sembrador pone trampas y ciega, el Tormento se desplaza por el mucílago (una especie de alquitrán que impregna las paredes y el suelo de los nidos del parásito), el Acechador se hace invisible y refuerza a las otras criaturas, el Globular expulsa gas tóxico, el Alfa invoca a otras arqueas…
Cada una de ellas, además de su habilidad intrínseca, tendrá mutaciones que variarán en cada partida. Para acabar con esas amenazas y cumplir los objetivos no bastará con ir con la escopeta por delante y disparar a todo lo que se mueva como es habitual en los juegos de este tipo. Aquí la coordinación y la comunicación a la hora de usar las habilidades de cada uno de los 18 agentes será crucial. Será necesario utilizar robots con cámara para identificar los peligros que esperan en la siguiente sala o aprovechar el poder de detectar a los enemigos tras una pared para disparar a través de la misma. Habrá torretas, muros de contención, explosivos de distinto tipo, pantallas de humo, granadas que ralentizan a los enemigos, un spray para eliminar el mucílago, y así hasta 25 ítems en total que se aprovecharán mejor al combinarse con los demás.
Un sistema de progresión que recuerda al roguelike
Por supuesto, no dispondremos de todo ese abanico de opciones al comenzar por primera vez una partida. Ahí es donde entra en juego el sistema de progresión, único para cada agente: al completar una misión, el personaje en cuestión sube de nivel mejorando sus estadísticas, desbloqueando armas adicionales (habrá 65 en el lanzamiento), permitiendo que use ítems adicionales y evolucionando sus habilidades (por ejemplo, que la invisibilidad temporal afecte a todo el equipo en lugar de solo a quien la usa).
Conforme se vaya mejorando a los agentes se podrán afrontar las misiones en dificultades más altas y arriesgar más en las mismas. Como hemos mencionado anteriormente, al completar el objetivo se puede pedir el helicóptero de extracción, pero también se puede elegir entrar a la siguiente área del nivel para conseguir más datos con los que obtener más experiencia, pero arriesgándose a enfrentarse a enemigos más poderosos (como los proteanos, que replican los poderes de los agentes) y perdiendo al agente por el camino.
Aquí es donde tiene más presencia ese ingrediente roguelike que comentábamos. Los agentes tienen tres estados: disponible, en inactividad y desaparecido en combate. Si está disponible, lo podemos utilizar para la siguiente misión. El personaje estará en inactividad si ha perdido mucha salud, por lo que habrá que utilizar a otros en las siguientes misiones mientras se recupera. Sin embargo, si no llega a la extracción, el agente estará desaparecido en combate, por lo que no se podrá utilizar hasta que se le salve. Habrá que volver con otro agente para rescatarlo y llevarlo a cuestas al punto de extracción, pero quizá no tengamos a disposición otro personaje con un nivel tan alto para hacer frente al reto y haya que pedir ayuda a otros jugadores. Es una mecánica que, al menos sobre el papel, parece muy interesante.
Una rejugabilidad aparentemente infinita
Con 18 agentes a los que subir de nivel de manera individual, 65 armas por conseguir y 25 ítems por desbloquear completando 13 arquetipos de misiones en escenarios cuyos objetivos y enemigos cambian de manera procedimental en cada partida, Extraction se promete como un título con una rejugabilidad aparentemente infinita. Pero además, los planes de actualizaciones gratuita de Ubisoft son ambiciosos con eventos temporales, nuevos agentes y proteanos, escenarios y más.
De hecho, desde el mismo día de lanzamiento habrá contenido endgame donde rascar. El Protocolo Maelstrom es un modo desafío semanal con rangos clasificatorios. El equipo de tres jugadores debe elegir entre un plantel de personajes predefinido por los desarrolladores para explorar nueve zonas personalizadas, a cada cual más difícil. Cuanto más lejos se llegue, más puntos se sumarán, pero si el equipo cae derrotado, no se consigue ningún punto.
También están los Encargos, desafíos semanales variados como un modo Veterano donde no hay interfaz, donde la munición es limitada y hay fuego amigo; Kick the Anthill, donde habrá que avanzar por zonas de barricadas para llegar al objetivo; y Wall to Wall, donde se progresa por compartimentos estancos mientras atacan enemigos poderosos. A todo ello hay que sumar los Eventos de crisis, cuya periodicidad no se ha especificado: cada uno de ellos traerá un modo temático nuevo y un nuevo Agente o Proteano.
Los fans de los shooters cooperativos tienen motivos por los que estar entusiasmados con Rainbow Six Extraction. Propone ideas interesantes, y si la aparente falta de personalidad visual que denota en los vídeos no es tal una vez nos pongamos a los mandos, el título puede ser un éxito si lo prueba el número suficiente de gente. Quizá por eso Ubisoft haya decidido lanzarlo a precio reducido (costará 40 € de estreno) y acompañarlo de un Buddy Pass, que permitirá jugar durante 14 días con otros dos amigos sin importar su plataforma; por ejemplo, alguien que lo compre en PS5 podrá pasar un código a un amigo que juegue en Stadia y otro que juegue en Xbox.