En 2006 Square Enix anunció su ambicioso proyecto Fabula Nova Crystallis: Final Fantasy, una serie de juegos relacionados por un mismo universo y una nueva leyenda de los cristales encabezados por Final Fantasy XIII, anunciado en un principio solo para PlayStation 3, aunque finalmente acabó llegando también a Xbox 360 y hace muy poco incluso a PC. Junto con este también se anunció Final Fantasy Versus XIII, más centrado en la acción y que nada más y nada menos que ocho años después todavía no ha visto la luz, aunque finalmente saldrá en un futuro ‘cercano’ reconvertido en Final Fantasy XV para PlayStation 4 y Xbox One.
Además de los dos secuelas de Final Fantasy XIII, Final Fantasy XIII-2 y Lightning Returns: Final Fantasy XIII, y el juego para móviles Final Fantasy Agito, que todavía no hemos catado por Occidente aunque está confirmado su lanzamiento, la otra parte más importante de Fabula Nova Crystallis es Final Fantasy Type-0, un juego para la portátil de Sony PSP que se lanzó en Japón en octubre de 2011 y que nunca llegó a Occidente, hasta ahora.
Cuando se puso a la venta en Japón, PlayStation Portable todavía contaba con buena salud en el país nipón, pero ya estaba prácticamente muerta en Occidente y muchos dimos por hecho que de llegar a Europa y Estados Unidos lo haría para la nueva portátil de Sony, PlayStation Vita. Tras mucho tiempo sin saber nada de él y dándolo ya prácticamente por perdido, Square Enix sorprendió a todos en el pasado E3 con el anuncio de que Final Fantasy Type-0 llegaría finalmente a Occidente en una versión en alta definición para PlayStation 4 y Xbox One, con el reclamo además de incluir una extensa demostración de Final Fantasy XV.
Ya hemos podido jugar sus dos primeros capítulos de Type-0 y sin duda estamos ante un Final Fantasy bastante peculiar, que no se asemeja a ninguna otra entrega de la serie en consolas de sobremesa, aunque sí a otros juegos de la propia PSP como pueden ser Crisis Core - Final Fantasy VII y The 3rd Birthday, la tercera entrega de la saga Parasite Eve, títulos que tuvieron el mismo director y productor que Type-0, Hajime Tabata y Yoshinori Kitase, lo que se nota mucho en su sistema de combate, que mezcla acción y rol. Y no es solo peculiar por sus combates, sino también por su tono, muy violento, oscuro y sangriento, algo que nunca habíamos visto en un Final Fantasy de esta manera, retratando la guerra con toda su crudeza.
La aventura transcurre en el mundo de Orience, divido en cuatro grandes naciones cada una con su propio cristal de poder, que conviven en paz gracias a un pacto hasta que el Imperio de Milites decide violarlo y atacar el Dominio de Rubrum sin mediar palabra. Pese al ambicioso ataque de Milites y su superioridad tecnológica, con una nueva y potente arma capaz de anular el poder de los cristales, el Dominio de Rubrum consigue repeler el ataque gracias a varios alumnos de la clase Cero, pertenecientes a una de las escuelas de magia conocidas como Peristylium. Una especie de academias militares que nos recuerdan a los jardines de Final Fantasy VIII, pero aquí con un tono más serio y solemne.
Tras una larga cinemática inicial que nos pone en situación y nos muestra el cruel ataque del Imperio de Milites al Dominio de Rubrum, tomamos el control de Ace y un par de compañeros, en un prólogo que sirve de tutorial, en el que tenemos que salvar el Peristylium. Este primer contacto sirve para acostumbrarse a los controles y aprender las nociones básicas de la jugabilidad, aunque pronto descubriremos que todo es mucho más complejo de lo que parece en un principio, en un sistema de combate aparentemente accesible pero que exige toda nuestra atención si queremos salir victoriosos.
En el grupo llevamos a la vez un máximo de tres personajes, pero podemos controlar a cualquier de ellos en todo momento. Al empezar tenemos a Ace, el protagonista de la historia, que puede lanzar cartas a distancia como si se tratara del Gambito de Marvel, así como crear un muro protector y lanzar un hechizo de hielo. Nine utiliza una lanza, puede realizar un ataque con salto, lanzar un hechizo de fuego y defenderse, y Queen usa una espada larga, puede lanzar el hechizo electro y curar a los compañeros de equipo. Casi todos los personajes cuentan son algún movimiento defensivo, ya sea rodar por el suelo, saltar o protegerse, lo que hace que por momentos se sienta como un juego de acción.
Los combates son en tiempo real y a los otros dos compañeros de equipo los controla la CPU de manera correcta, aunque como suele pasar en estos juegos si queremos exprimir las habilidades de cada personaje al máximo lo mejor es que hagamos las cosas por nosotros mismos, y cambiemos constantemente el control de cada uno, ya que por ejemplo el personaje que cura puede que no lo haga en el momento exacto que deseamos. En los combates juegan un papel importante los escenarios, ya que por ejemplo hay objetos que sirven de cobertura y hay diferentes alturas, y muchas veces tenemos que atacar a enemigos que están en un lugar elevado o que son voladores, para lo que deberemos contar con un personaje en el grupo que pueda atacar a distancia, en el prólogo Ace, que lanza cartas.
Terminado el capítulo uno, un largo tutorial y presentación de la historia y los personajes, comienza el juego de verdad, pudiendo explorar a nuestras anchas la academia militar, hablando con muchos personajes, comprando en comercios, visitando las "chocoborizas" y pudiendo aceptar diferentes tipos de misiones, tanto secundarias como las que impulsan la historia. A partir de este momento tenemos 14 personajes para elegir, cada uno con sus propias armas, habilidades y características, bastante bien diferenciados en cuanto a su rol en el combate, que no tanto en personalidad, ya que nos han parecido un poco superficiales y estereotipados. Esto es un punto fuerte de la jugabilidad, hace que sea muy variada y rica en matices, al tener tantas opciones donde elegir, pero no parece que vaya a beneficiar a la historia, y menos unos pocos, el resto de personajes parecen de relleno, argumentalmente hablando.
Cada vez que iniciamos una misión tenemos que realizar una especie de convocatoria de soldados, y al menos en el arranque de la aventura siempre nos han dejado llevar a los 14 personajes, que funcionan a modo de "vidas". Si durante un combate perdemos a alguno de los tres personajes que estamos controlando, nos aparece una lista de los que todavía están disponibles y elegimos cuál queremos que entre en combate para sustituir al que hemos perdido. Por tanto se puede decir que en casa misión tenemos catorce oportunidades, que pueden parecer muchas, pero ya os advertimos que no estamos ante un juego precisamente fácil. Por ejemplo si queremos invocar a un poderoso Eidolon, -Shiva, Ifrit, Golem, Odin, Diablos o Bahamut- tenemos que sacrificar a un personaje, por lo que hay que jugar con inteligencia nuestras cartas.
Si bien en los escenarios donde se desarrollan las misiones siempre vemos a los enemigos, con situaciones en las que tenemos que limpiar el lugar de rivales para poder avanzar y otros en los que podemos pasar de largo, en el mapamundi, al estilo de otros Final Fantasy, hay combates aleatorios, lo que nos ha parecido un tanto anticuado. Por suerte hay vehículos y chocobos para movernos por el mapa más rápido y que estos desplazamientos no sean demasiado pesados. Un mapamundi que si bien no parece tan complejo y elaborado como en otros Final Fantasy, sí parece tener bastantes cosas por descubrir, y por ejemplo nos metimos en un enfrentamiento que no debíamos contra un enemigo muy potente, que nos eliminó de un suspiro.
Es un juego de rol sorprendentemente complejo y denso, sobre todo teniendo en cuenta su origen portátil, y en las tres horas que jugamos tuvimos la impresión de haber acariciado solo su superficie. Es muy japonés, si se nos permite la expresión, con un ritmo pausado y unos personajes con los que cuesta empatizar al menos al principio de la aventura. Y se puede calificar de poco accesible, especialmente orientado a los jugadores más expertos de los RPG japoneses, una vez terminamos el prólogo nos sueltan de la mano de una manera un tanto brusca, y es normal encontrarse un poco perdido en las primeras horas, sin saber muy bien por dónde empezar o a dónde ir. Después de haberlo jugado podemos entender un poco mejor de dónde venían las reticencias de Square Enix para lanzarlo en Occidente.
Se nota en todo momento que es un juego pensado para jugarse en una portátil, con escenarios reducidos, pequeñas aunque constantes pantallas de carga en un mundo muy fragmentado, y misiones más bien breves, que no se tardan demasiado tiempo en completar. Ya que PSP en Occidente estaba muerta en 2011, habría estado genial que al menos se hubiera lanzado en PlayStation Vita –una consola perfecta para este juego-, y si esta no le parecía lo suficientemente exitosa a Square Enix para lanzarlo, al menos en PlayStation 3 y Xbox 360, aunque fuera en formato descargable. Pero lo que no entendemos demasiado es que se haya apostado por lanzarlo en PlayStation 4 y Xbox One, ya que estamos hablando de un juego con gráficos de hace 10 años, al que se le ven las vergüenzas por mucho que lo hayan remasterizado.
Las texturas, los modelados, los escenarios reducidos y sin apenas detalles, si bien en PS3 y Xbox 360 no hubiera "cantado" demasiado, como hemos visto con Kingdom Hearts: Birth by Sleep, un juego de PSP incluido en el recopilatorio Kingdom Hearts HD 2.5 ReMIX para PS3 que se muestra de manera digna, llevar este juego a las nuevas consolas y cobrarlo a precio completo es cuanto menos osado. Por mucha demo de Final Fantasy XV que incluya, no puedes dejar de sentirte extraño jugando a un juego de PSP en una consola de nueva generación. Las cinemáticas por supuesto aguantan muy bien el tipo.
Y lo que no ha envejecido para nada es la banda sonora, muy buena, obra de Takeharu Ishimoto, compositor de juegos como Crisis Core - Final Fantasy VII, Dissidia: Final Fantasy y Kingdom Hearts: Birth by Sleep, que nos ofrece aquí temas épicos y dramáticos acorde con el tono serio y violento del juego, en especial el fantástico y predominante "What Becomes of Us", que no nos cansamos de escuchar, uno de los mejores temas que hemos escuchado nunca en un Final Fantasy, y eso es mucho decir.
Por fin llega a Occidente
Se ha hecho de rogar pero más de tres años después desde que se lanzara en Japón por fin vamos a poder disfrutar en Occidente de Final Fantasy Type-0, el próximo 20 de marzo en PlayStation 4 y Xbox One. Una decisión un tanto extraña la de lanzarlo en estas consolas y que no aparezca en PlayStation Vita, Xbox 360 o PlayStation 3, pero esto mejor que nada, y seguro que los amantes de los juegos de rol japoneses tienen mucha curiosidad y ganas de echarle el guante, en una versión que además de adaptarse a la alta definición llega traducida al castellano e incluyendo una demo del esperado Final Fantasy XV.
