Antiguos cazadores es la primera y, finalmente, única expansión de Bloodborne de las dos que hubo planeadas –y que según dicen, se han refundado en esta-. Llega también acompañada de una actualización gratuita y disponible para todos los usuarios con algunas novedades para quienes sólo poseen el juego base: un nuevo pacto, invocación de aliados controlados por la inteligencia artificial y ajustes en varias mazmorras cáliz. De ellas os hemos informado en nuestras noticias y no profundizaremos mucho en este artículo.
Antiguos cazadores en cambio ofrece una nueva aventura que va a satisfacer a quienes han exprimido todo el contenido de la historia principal y se encuentran esperando Dark Souls III o un hipotético Bloodborne 2. No parece que su director Hidetaka Miyazaki esté muy por la labor de continuar reutilizando estos universos, así que muy probablemente ésta sea la última ocasión de volver a recolectar almas o sangre por una temporada.
Pero la despedida es buena, tan buena como el propio juego al que se añade, y apenas se notan las prisas con las que ha debido trabajar el equipo –Bloodborne se lanzó en marzo y en este tiempo han conseguido crear tres nuevas zonas con sus nuevas criaturas y jefes-.
La expansión, englobada en una "pesadilla del cazador" que utiliza una de las lápidas vacías del sueño, no resolverá todas las dudas y teorías sobre la historia que se han podido leer a lo largo de los últimos meses en foros y vídeos. No es su propósito. Sí muestra a algunos personajes –en forma no humana o no- cuyos nombres sin duda reconocerán los aficionados a la Iglesia de sanación, además de nuevos y retorcidos rincones de Yharnam que te vuelven a causar la inseguridad de tu primera partida a Bloodborne.
Para acceder a esta zona por primera vez es necesario derrotar a la vicaria Amelia en la Gran Catedral y dirigirse a un punto concreto de ese distrito –un cuerpo en la pequeña plaza a la izquierda de la capilla-. Si dispones de una partida guardada justo antes del final, o estás en tu NG+ o posteriores y ya has pasado ese punto de la historia podrás entrar directamente al recoger un nuevo ítem. En caso contrario debes derrotar a ese jefe, aunque ya lo hicieses en tu antigua partida.
No vamos a describir con detalle el tipo de escenario y jefes más allá de lo que se ha publicado oficialmente porque sabemos que esa es parte de la sorpresa de estos juegos de FromSoftware –por encima del argumento-, y de hecho la última de las zonas, inspirada todavía más en el ambiente Lovecraft y con un punto original respecto al resto de Bloodborne, se ha guardado con bastante secreto hasta el momento.
Los primeros pasos de esta pesadilla recuerdan precisamente al área de Pesadilla de Mensis combinada con las callejuelas de Yharnam. Es reconocible y a la vez está alterada como un mal sueño. Se observa la plaza y la escalinata hacia la catedral de Amelia, pero desde ahí el escenario se va degradando hasta que la parte de pesadilla –la tierra rocosa, su vegetación pálida, riachuelos de sangre, caminos poco predecibles- van cobrando protagonismo para engullir literalmente los edificios. Una transición según se avanza hacia el primer jefe que aprovecha con acierto enemigos que no se habían abusado demasiado en la parte principal del juego, como las pulgas gigantes de Cainhurst.
Antiguos cazadores suma nuevas trampas –rudimentarias torretas ametralladoras y varias sorpresas desagradables para los más despistados- y enemigos, sea porque van equipados de nuevas armas que te hacen replantear la estrategia o porque son totalmente nuevos. Por ejemplo, ahora hay un tipo de cóctel molotov con retardo que no explota al impacto, sino un poco más tarde. Hay un cazador equipado con una demoledora gatling –que puedes obtener, naturalmente- que acribilla todo lo que se pone en su línea de fuego y variantes de gigantes –los corpulentos, no los más altos- con una pesada escopeta que escupe bolas de cañón. En uno de los rincones del escenario un humano se transforma en bestia y es de los enemigos estándar más rápidos del juego.
El título de la expansión da una pista de lo que nos vamos a encontrar en abundantes mapas: cazadores. Quien haya superado Bloodborne, o se encuentre por la segunda mitad del recorrido, reconocerá que los cazadores son rivales más inteligentes y con más recursos que la escoria medio zombi que puebla el inicio de la aventura, y aquí hay unos cuantos bien preparados por el camino con nuevas armas trucadas. Otra particularidad es que parece que Antiguos cazadores anima más a los ataques a larga distancia con un nuevo arco o con la magia, pero hay para todos los gustos; si tu personaje está especializado en la fuerza física también encontrarás equipamiento a tu medida. Como era de esperar, no encontrarás el atuendo o la capucha definitiva, todas poseen valores con fortalezas y debilidades.
La segunda de las zonas se reconoce inmediatamente por una ilustración oficial, es un gran edificio con escaleras centrales que dan acceso a varios pisos, pero no a todos. Aquí la protagonista es la propia torre, de la que deberás investigar qué hacer para llegar a los lugares aparentemente inaccesibles en la parte alta. Atajos con ascensores, puertas bloqueadas y extrañas criaturas pueblan este tétrico paisaje que recuerda remotamente a una versión más grande del edificio localizado en Byrgenwerth. Es un buen contrapunto a las zonas abiertas de la expansión y encantará a quien disfrute de zonas como el castillo de Mensis o las –pocas- salas del edificio lectivo.
Antiguos cazadores amplía el número de jefes total –cinco, uno opcional-, que es sin duda un aspecto muy positivo para quien echó en falta alguno más en el juego pelado. Cuatro son totalmente nuevos –el opcional sí es parecido a otro aunque con nuevos movimientos-, y de todo tipo. Grandes, tamaño humano, en solitario o varios simultáneos, alguno se acaba atragantando dependiendo de tu estilo de juego. Y pasará, claro que pasará.
El más promocionado es Ludwig convertido en bestia, que en su primera fase no se diferencia mucho de otros jefes de su tamaño –Paarl, Amelia-, es rápido en saltos, da zarpazos, embestidas y lanza un dañino soplo que barre el área frontal. Si cuentas con un cooperante online o por inteligencia artificial –hay un punto de invocación cercano- es fácil de atacar por dos flancos, pero su segunda fase cambia completamente de estrategia y nos recuerda que debajo de su grotesco aspecto se encuentra el primer cazador de la Iglesia, que no es manco con la espada.
Del resto de jefes preferimos no dar mucha más información salvo que tendrás que poner muy a prueba tus reflejos –el movimiento de evasión- y preferiblemente tener a mano un arma rápida bien potenciada. Si hemos dicho que abundan los cazadores puedes esperar algunos enfrentamientos del tipo más técnico, donde hay que demostrar que realmente sabes jugar y leer el ritmo de batalla. Ni dos docenas de viales son útiles cuando el enemigo se mueve tan rápido como tú, sino más, y esconde ataques circulares que cubren su espalda. Ludwig impresiona por su aspecto pero hay un cuerpoescombro que te dará muchísimos más problemas.
El acceso a la expansión se abre aproximadamente a mitad de juego o un poco antes, no obstante Sony aconseja retrasar la entrada si es tu primera partida y tienes un nivel menor a 65; nosotros aconsejaríamos incluso más, rondando el nivel 100 si vas a jugarlo offline. Aunque la mayoría de enemigos básicos son asequibles para esa altura del juego, sí hay picos de dificultad que se pueden hacer muy cuesta arriba, más cuando entran en escena una pareja de cazadores o las nuevas criaturas que desconoces por dónde te van a salir. Hay en concreto un monstruo -no jefe- del último tramo que prácticamente mata con un ataque a menos que tu salud esté bien desarrollada; es el rival corriente más duro del juego y huirás en dirección contraria si no deseas perder muchas reservas de sangre.
Es difícil hablar de la duración de Antiguos cazadores porque es muy variable. El mínimo estaría en unas ocho horas suponiendo que se juega explorando las rutas opcionales que es donde se encuentra parte del equipamiento extra, volviendo atrás para desbloquear puertas gracias a llaves que se reciben más adelante y derrotando a la mayoría de enemigos que se cruzan por tus pasos –no carreras por alcanzar el próximo farolillo-. El diseño de los nuevos mapas está al mismo nivel sobresaliente que la parte principal y en una segunda vuelta quizás encuentres algún secreto que se te había pasado por alto.
A esta duración básica hay que sumar más dependiendo de nuestra destreza y nivel contra los jefes, fácilmente dos o cinco horas más. El jefe final en solitario es una salvajada, mucho más ágil, incansable, rápido e impredecible que cualquier otro jefe. Hace sencillo a Martyr Logarius. Si optas por el cooperativo estos rivales se hacen más asequibles y nada se hace imposible, pero recomendamos probar antes pulir la técnica y echar mano de esta ayuda sólo en caso de auténtica desesperación. Parece que FromSoftware ha pensado que, al tratarse de una expansión que no afecta al progreso de la historia se podía exigir un poco más sin suavizar la dificultad.
Conclusiones
Antiguos cazadores es una expansión que vale lo que cuesta para quienes están en proceso de terminar Bloodborne. No son sólo más jefes con su propia música y épicos combates, enemigos más difíciles e inéditos o tres zonas de tamaño medio a descubrir, sino que aporta más equipamiento que luego puedes utilizar en la historia y las mazmorras cáliz.
Más dudas podría tener quien conoce todos los entresijos del juego y no piensa continuar con nuevas partidas. En ese caso "sólo" aprovechará esta porción de aventura que en horas ofrece más que algunos títulos de precio completo y en calidad lo mejor de uno de los juegos del año. Si Bloodborne era imprescindible para cualquier usuario de PlayStation 4, la edición completa lo es aún más.
Hemos jugado a 'Bloodborne: Antiguos Cazadores' mediante un código de descarga que nos ha proporcionado Sony España.