El mundo de los videojuegos tuvo en The Chronicles of Riddick: Escape form Butcher’s Bay uno de los principales exponentes gráficos de la anterior generación de consolas. El título se lanzó en 2004 de mano de Vivendi, siendo uno de los títulos más interesantes del catálogo de Xbox, y eso que la consola no iba precisamente corta de juegos de acción en primera persona de calidad.
Lo cierto es que fue una sorpresa: su calidad visual iba acompañada de grandes virtudes jugables. Desde luego, el factor sorpresa se pierde en esta ocasión, y eso, unido a que está en manos de Starbreeze, el regreso de Riddick nos hace esperar un producto de calidad.
Estas últimas semanas hemos estado probando The Chronicles of Riddick: Dark Athena, y está claro que si el desarrollo se cierra sin problemas, podemos estar ante un importante título que, en esta ocasión, publicará Atari. Uno de los elementos que más llama la atención es el paso dado en el aspecto técnico, claro.
Quizás no sea tan sorprendente ahora como entonces, pero este nuevo Riddick va a lucir muy bien en nuestras pantallas, con un muy inteligente uso de la iluminación y la aplicación de una textura a la imagen muy bien llevada cuando el protagonista hace uso de esos ojillos tan especiales que le caracterizan. Además, la acción parece mucho más compensada en cuanto a acción y sigilo, todo ello sin olvidarse de una narrativa muy bien llevada con escenas intercaladas donde vamos descubriendo qué se cuece en este lugar al que Riddick ha ido a recalar.
Y esto habrá que tenerlo muy en cuenta: el proyecto ha avanzado mucho desde que se mostró por primera vez, y los detalles que ha ido dando la compañía. Lo que inicialmente iba a ser una adaptaciónn con más resolución y un nivel adicional se ha convertido en una revisión completa del título que nos sorprende a cada paso. Es, en esencia, un juego nuevo que va a ofrecer muchas novedades a quienes ya disfrutaron del anterior, de manera que lo viejo parecerá nuevo a casi cada paso, y luego, eso sí, la historia avanzará un poco más con respecto al título en el que se basa. Esto parece implicar algo más de una docena de horas de juego, lo que para un título de acción está más que bien, aunque habrá que ver qué elementos para incentivar la rejugabilidad se aportan, los niveles de dificultad adicional, y demás parafernalia.
La parte nueva de la historia se centra casi por completo en la sección Dark Athena, lo que será un soplo fresco dentro del planteamiento del juego, aunque, eso sí, nos ha parecido que está muy bien integrado en todo el desarrollo. No se percibe una sensación de pastiche, lo que es muy de agradecer, pues en otros títulos que han intentado lo mismo (retomar un título anterior, y alargarlo) no se puede decir que hayan tenido, por lo general, resultados positivos. O los cambios jugables, o narrativos, o estéticos (o todo junto) eran evidentes, pero está claro que en esta ocasión se ha puesto mismo en este aspecto y se ha creado un mundo cohesionado a raíz de la propuesta original.
Quizá uno de los aspectos más agradables del juego, dentro de su atmósfera de tensión y los enemigos desagradables, es la inclusión de pequeños puzles integrados en el desarrollo. Es decir, que no se trata simplemente de avanzar y matarlos a todos (aunque si tenemos en cuenta que nuestro protagonista es un asesino que disfruta con esa faceta de su vida, está claro que será parte importante), sino que también habrá que pararse en algún momento a mirar los entornos y averiguar cómo seguir en la aventura. De hecho, el título combina en ocasiones la perspectiva en tercera persona para acciones como, por ejemplo, desplazarnos colgando de salientes y demás tareas.
En ese sentido, Dark Athena es una sección incluso mejor elaborada que las otras partes del juego, quizás debido a que se han sentido más libres para plantear sus ideas. Se percibe un trabajo artístico más logrado, aunque uniforme y coherente con el resto de los escenarios, y un desarrollo incluso más equilibrado. Las pequeñas diferencias técnicas entre ambas secciones posiblemente se difuminen por completo en la versión final del juego, pero en cualquier caso son muy sutiles; lo suficiente como para percibirlas sólo al empezar una segunda partida.
La jugabilidad de The Chronicles of Riddick: Dark Athena va a basarse muy especialmente en enfrentarnos a los enemigos conocidos como Drones, que son un poco torpes, al ser humanos a los que básicamente han anulado toda capacidad intelectiva y son controlados, de algún modo, de forma remota. Son casi autómatas, cuyo origen se nos muestra y explica en el juego (con bastante lujo de detalles, de hecho), algunos más tontos que otros. Lo apropiado es atacarles por la espalda, asesinarlos con cierto sigilo. Si matamos a uno, podremos aprovechar para arrastrarlo y usar el arma de fuego que llevan incorporada. Pero no nos la podemos llevar: las armas de fuego son bienes escasísimos.
Por eso el sigilo, el ataque por la espalda, y las armas blancas y los puños son clave esencial durante buena parte del título, además de ofrecer una sensación muy diferente a la de otros juegos del género. Y es que no se trata de esconderse en la sombras para evitar al enemigo, sino para, más bien, atacarle con mucha más rabia. Además, eso nos hace usar los drones para usarlos como escudo humano, y, como ya hemos dicho, también para disparar con la metralleta que llevan integrada en el brazo. Claro que eso nos hace movernos más poco a poco, y transmite toda la sensación de dificultad de moverse con un peso muerto.
En los momentos en los que consigamos armas, habrá que saber darles juego. Eso sí, éstas ya no están vinculadas al código genético de su poseedor, lo que nos ahorrará el proceso de desbloquearlas. La verdad es que nos ha parecido una decisión afortunada, pues en el anterior juego eso –aunque podía implicar un uso más comedido incluso de las armas de fuego-, era un poco aburrido. Ahora, Dark Athena parece mirar un poco más hacia la acción. Al menos, ha sabido soltar lastre y está claro que han hecho un buen análisis del anterior juego y han detectado y eliminado uno de sus puntos flojos.
En la misma línea, también nos ha dado la sensación de que el sistema de control, en líneas generales, es mucho más fiable. Hemos probado la versión de Xbox 360, y estábamos bien hechos al control del original de Xbox, así que no parece que sea algo debido a, simplemente, cambiar de dispositivo de control. La respuesta a las órdenes es más ágil, es más fácil hacerse con el dominio, y, sobre todo, no hay un retraso a la hora de golpear, o protegernos. Y eso es importante, porque el combate cuerpo a cuerpo va a ser, posiblemente, el que más utilicemos durante nuestras partidas. Además, las animaciones también han sido mejoradas, y la respuesta del mando no se resiente lo más mínimo con las armas que vayamos encontrando para la lucha cuerpo a cuerpo, empezando por la aguja para el pelo.
En ese sentido, la variedad de armas nos ha parecido destacable, aunque será bueno esperar a ver si se amplía algo más en la versión final, pues lo cierto es que aunque hay algunos realmente carismáticos (pero hablaremos de ellos en el análisis), otras son un poco insulsas. Eso sí: las sorprendentes lo son, y mucho, y además nos pueden llegar incluso a sorprender por los efectos en las víctimas. Lo cierto es que son armas retomadas del título original, mejoradas en muchos casos en cuanto a uso y eficiencia, pero un arsenal más variado podría sentarle bien al juego. Claro que si eso nos invita a probar cosas diferentes, como las diversas trampas que podemos plantear a los enemigos, bienvenido sea. Tocará, eso sí, jugarlo un poco más y probar la versión final del título para ver si el conjunto está definitivamente bien compensado.
El ritmo de juego nos ha parecido, igualmente, mejorado con respecto al original. Los objetivos se plantean con mayor dinamismo, y es más fácil dejarse llevar por el guion y el ritmo de la acción. En cualquier caso, esto es algo que también es mejor evaluar con una segunda vuelta sobre el título, pues hay algunos momentos en los que hay que volver sobre nuestros pasos y eso puede ser algo tedioso una vez se conoce mejor el diseño de los escenarios.
Por tanto, está claro que Dark Athena nos ofrecerá una muy buena aventura para un jugador, pues tan sólo hay algunos elementos por concretar, y está claro que es difícil que la cosa vaya a peor. Habrá que ver qué tal resulta el multijugador, algo que tendremos que probar más adelante, y cómo se concretan los demás aspectos del juego en su recta final de desarrollo. Los augurios, eso sí, son más que positivos.