Cuando Blizzard anunció World of Warcraft: Mists of Pandaria las reacciones del gran público no se hicieron esperar. Desde los más escépticos que creían que era una especie de broma de mal gusto hasta los fans más leales que recibieron la noticia con bastante ilusión. Pero si por algo es bien conocida esta compañía es por la seriedad con la que abordan todos sus proyectos y por la gran calidad de sus títulos. Mists of Pandaria no pretende ser la excepción a esta regla y el estudio está poniendo toda la carne en el asador para contentar con ella a sus miles de seguidores y darles un nuevo motivo para que sigan jugando a un título que empieza a adolecer de ciertos síntomas de cansancio tras tantos años en el mercado.
Por lo que hemos podido ver hasta ahora, se trata de una expansión bastante continuista, cuyo único objetivo es incluir contenido, por lo que parece ser que no veremos ninguna revolución en su fórmula jugable, más allá de algunos cambios en el sistema de talentos. Sin duda, una de las novedades estrellas la encontraremos en la inclusión de los Pandaren como raza jugable. Gracias a la beta que lleva en marcha desde hace unas semanas, hemos podido descubrir cómo son los comienzos de esta peculiar raza durante sus primeros niveles.
Los primeros cambios los descubriremos en el propio creador de personajes, que ahora muestra una interfaz distinta y más ordenada, con diversas casillas donde podemos ver un previo de la opción que queremos escoger para editar físicamente a nuestro avatar virtual. De momento está algo bugeado y necesita ser pulido, aunque es algo normal considerando que nos encontramos ante una beta bastante temprana de lo que acabará siendo el producto final.
Una vez con nuestro Pandaren ya creado, comenzaremos la aventura en La Isla Errante, un sitio donde vive un pequeño grupo de miembros de esta raza ávidos de aventura y que sueñan con conocer el mundo. El nombre de esta isla no es fortuito, ya que en realidad se trata de una tortuga de dimensiones colosales llamada Shen-zin Su. No queremos desvelar grandes cosas de la historia que se nos narrará durante estos primeros pasos, solo os diremos que algo le ocurre a Shen-zin Su y tendremos que descubrir qué es lo que le pasa.
Los Pandaren serán la primera raza de este veterano MMORPG que comenzarán sin una facción preestablecida por defecto. Esto significa que en cierto momento del argumento principal, cuando seamos nivel 11 o 12 aproximadamente, nos darán la opción de escoger entre unirnos a la Horda o a la Alianza, por lo que acabaremos viendo Pandaren en ambos bandos.
El desarrollo de estas misiones siguen la línea impuesta por Cataclysm, donde se busca en todo momento el que tengamos que afrontar retos originales, amenos y distintos, de forma que se evita la repetitividad y la monotonía que suele conllevar el realizar misiones en la gran mayoría de exponentes del género. Generalmente la premisa principal de todas ellas será matar enemigos y recolectar objetos, como viene siendo costumbre en este tipo de títulos, pero intentando generalmente aportar algo de frescura para que no nos sintamos como simplemente estuviéramos grindeando (matando enemigos sin parar uno detrás de otro).
Por ello nos veremos realizando misiones de todo tipo. Tendremos que enfrentarnos a otros Pandaren haciendo equilibrismo sobre bambús para no caer en unos lagos cuya agua nos convierte en animales, luchar contra un dragón con fuegos artificiales, evitar que unos monos arruinen unos pergaminos que contienen viejas enseñanzas Pandaren, jugar con el espíritu del agua mientras nos va impulsando hacia el aire con sus chorros de agua. Estas son solo unas pocas de las muchas actividades que tendremos que realizar.
En resumidas cuentas, la forma de subir niveles sigue siendo muy divertida y se nota la maestría que Blizzard ha obtenido durante todos estos años a la hora de diseñar misiones que nos mantengan entretenidos en el proceso habitualmente cansino de llevar a nuestro personaje al nivel máximo.
En cuanto al apartado gráfico las mejoras visuales respecto a lo visto anteriormente son patentes, especialmente en el modelado y diseño de los Pandaren. Tanto en sus versiones masculinas como femeninas, la nueva raza jugable cuenta con una carga poligonal mucho mayor que la de las razas anteriormente disponibles, especialmente si comparamos con las originales. Sus animaciones también son bastante buenas, fluidas, naturales y variadas, siendo este probablemente el apartado donde más destacan los Pandaren en cuanto a factura técnica.
Este buen hacer con los personajes y sus animaciones no se ha visto limitado únicamente a los Pandaren, ya que nos encontraremos con un nuevo elenco de nuevos tipos de enemigos que también gozan de unos diseños muy logrados a nivel artístico y que encajan perfectamente en este universo: Hozens (una clase de monos), unos duendecillos parecidos a plantas, dragones chinos, estatuas de leones, saltamontes, hombres lagarto, una especie de mezcla entre ratones y conejos, etc.
A nivel artístico Blizzard ha realizado una labor intachable con esta primera zona inicial. Mantiene la estética de fantasía oriental que rodea a toda esta nueva expansión, por lo que veremos templos, bosques y lagos con un aspecto muy particular. Además, al igual que en el resto de zonas de Azeroth, dentro de ella hay una gran variedad visual: tan pronto estaremos en un área montañosa y rocosa que pasaremos a otra inundada de agua o repleta de vegetación. Gracias a todo este buen hacer artístico, se consigue maquillar con bastante acierto lo obsoleto de su apartado técnico, de forma que a nivel visual obtenemos una experiencia bastante satisfactoria y agradable.
Tampoco podemos olvidarnos de la banda sonora de la que podremos disfrutar en la Isla Errante. Como era de esperar, contiene temas con un estilo puramente oriental que recuerda en gran medida a las composiciones que se pueden oír en películas como Tigre y Dragón. Son de bastante calidad y encajan a la perfección con todo lo que vemos, aunque por desgracia se tratan de cortes muy breves y si tenemos activada la opción para que suene música constantemente puede llegar a repetirse más de lo deseable.
Este nuevo vistazo a Mists of Pandaria nos ha servido para comprobar que Blizzard se está tomando muy en serio esta nueva iteración en el mundo de Azeroth. A pesar de volver a usar la misma fórmula de siempre, subir estos primeros niveles como Pandaren nos ha divertido muchísimo, por lo que a poco que se mantenga este buen nivel en Pandaria, subir del nivel 85 al 90 puede convertirse en una experiencia muy entretenida y recomendable.
De momento la beta cuenta con innumerables problemas en cuanto a bugs y lag que se van alternando según se incluyen nuevos parches, aunque tal y como ya dijimos antes, es algo normal dado el estado en el que se encuentra el título. Al final, y al igual que en cualquier MMORPG, el éxito de esta nueva expansión dependerá de su contenido para jugadores de alto nivel, por lo que estamos impacientes por comprobar de primera mano qué nos aguarda en las exóticas tierras de Pandaria una vez alcancemos el nivel 90.
