Revivir con éxito una saga clásica y tan querida como Wolfenstein no es una tarea nada fácil, pero MachineGames supo dar exactamente en el clavo a la hora de reiniciarla con The New Order en 2014, un título de acción en primera persona que desechó por completo el multijugador para centrarse en crear la mejor campaña posible, una apuesta muy sorprendente y arriesgada en los tiempos actuales, pero que tuvo su recompensa por parte de crítica y público.
Gameplay comentado
Esta misma filosofía es la que han seguido a lo largo de estos años tanto con su expansión independiente, The Old Blood, como con su secuela, The New Colossus, aunque para su próxima entrega han decidido variar un poco la fórmula y ofrecernos algo considerablemente distinto: un título centrado por completo en la acción cooperativa entre dos jugadores.
Las hermanas Blazkowicz
Esta vez la historia da un salto temporal para llevarnos a la década de los 80, 19 años después de los eventos que tuvieron lugar en Wolfenstein 2, con Estados Unidos libre del dominio nazi. Sin embargo, el héroe que liberó a América, B. J.
Blazkowicz, se encuentra en paradero desconocido, y la única pista que tienen sus dos hijas sobre él, Jess y Soph, las lleva directamente a París, donde la Resistencia sigue luchando duramente para expulsar al Tercer Reich de Francia.
Como ya hemos dicho, se trata de un juego completamente enfocado al cooperativo. Si bien se podrá jugar en solitario con ayuda de la IA, no creemos que esto sea nada recomendable, ya que le resta casi todo su atractivo y diversión a la experiencia. A fin de cuentas, es una aventura muy desafiante y que requiere de colaboración constante para desarrollar y llevar a cabo estrategias conjuntas, algo que no nos parece que sea posible sin un segundo jugador.
Una vez aclarado esto, comentar que las diferencias con sus predecesores no terminan aquí. Una de las más llamativas es lo mucho que se han potenciado los elementos roleros, introduciendo un sistema de experiencia y de subida de nivel con el que ganar puntos de habilidad para desbloquear nuevas mejoras, técnicas y movimientos en un árbol de talentos sorprendentemente elaborado.
En él podemos encontrar cosas básicas como un aumento permanente de nuestra capacidad máxima de armadura o la posibilidad de llevar un arma a la vez en cada mano, aunque también hay espacio para otras mucho más concretas y específicas que nos permitirán abrir nuevos caminos a través de los niveles. ¿Esto qué significa? Que dependiendo de cómo desarrollemos a nuestras heroínas, podremos ir por unos sitios u otros.
Múltiples rutas y un gran diseño de niveles
Esto último quizá os haya llamado la atención y os haya recordado ligeramente a lo que vimos en The New Colossus a mitad de juego, cuando nos daban a escoger entre tres posibles mejoras para Blazkowicz, algo que en la práctica no se terminó de ejecutar todo lo bien que nos hubiese gustado.
Por suerte, en Youngblood está muchísimo mejor llevado a cabo y las fases tienen multitud de recovecos y caminos únicos que dejan bien claro que esta vez ha sido Arkane Studios (Dishonored) la encargada de diseñar los niveles, probablemente una de las cosas que más nos han gustado de este nuevo título por lo bien planteados que están y lo rejugables que resultan.
Otro detalle muy llamativo es que se abandona la linealidad de las anteriores entregas para permitirnos completar cada pantalla en el orden que queramos. Las catacumbas de París sirven de base de la Resistencia y desde allí, utilizando los túneles del metro, podremos desplazarnos de un distrito a otro de la ciudad. Evidentemente, esto también nos permitirá repetir cualquier fase que queramos para buscar nuevas rutas y coleccionables con las habilidades que hayamos desbloqueado.
La lucha cooperativa contra los nazis
En lo referente a los combates, estos siguen haciendo gala del magnífico gunplay que ha caracterizado a la serie en sus últimas entregas, tan brutal y contundente como cabría esperar, aunque se ha añadido una nueva mecánica que cambia casi por completo nuestra forma de afrontar los enfrentamientos: las armaduras de los nazis.
Ahora, los enemigos tienen diversos tipos de blindaje que solo podemos romper con las armas adecuadas. Cada una hace daño a unas armaduras u otras, y dependiendo de la que usemos, su potencia de fuego contra ellas será mayor o menor, obligándonos a cambiarlas constantemente para adaptarnos a las protecciones que lleven los soldados alemanes.
Esto ha provocado que muchos de ellos sean auténticas esponjas de balas y que se haya perdido parte de la visceralidad y brutalidad de los combates de The New Colossus, ya que para que se duelan y retrocedan vamos a tener que meterles bastante plomo en el cuerpo con las armas adecuadas.
Para facilitarnos las cosas, en esta ocasión veremos sobre las cabezas de nuestros enemigos sus barras de vida y de armadura, donde también se nos indica el tipo de daño que tenemos que realizar para dañarlas, así que es muy fácil saber qué arma usar en cada situación.
Si sumamos esto a la ingente cantidad de rivales que saldrán a nuestro paso, os podréis hacer una idea del cambio de ritmo que hay, obligándonos a jugar con mucha más cabeza y a sincronizarnos con nuestro compañero para concentrar nuestros ataques sobre blancos prioritarios.
Lo bueno es que los escenarios están muy bien diseñados y si los estudiamos bien encontraremos multitud de formas de aprovecharlos en nuestro favor para acabar con los enemigos. Por ejemplo, si conquistamos una posición elevada en la que haya una torreta, uno de los dos jugadores puede dedicarse a arrasar con ella mientras el otro le cubre las espaldas e incluso hace de cebo vivo para ponerle a los rivales en la línea de tiro.
Añadidle también el hecho de que cada hermana tiene sus propias habilidades cooperativas (por ejemplo, darle armadura o vida a la otra) y os resultará fácil de entender la cooperación tan intensa que el título requiere, algo que incluso se llega a dar en la resolución de ciertos puzles, en el uso de diversos mecanismos y en la consecución de secretos.
Por supuesto, si nuestro aliado cae en combate podremos acudir en su auxilio y volverle a levantar, aunque también existe un sistema de vidas que nos permitirá volver a la batalla si nos derriban. Eso sí, una vez nos quedemos sin estos intentos extra, volveremos al principio del nivel y tendremos que reintentarlo desde el principio.
En lo que respecta a su apartado gráfico, decir que se ve prácticamente igual que su predecesor, lo que nos garantiza buenos modelados, efectos, texturas, un rendimiento muy estable y una iluminación muy conseguida, aunque lo que más nos ha gustado ha sido el diseño artístico de esta París ocupada y la creatividad que le han echado sus artistas a la hora de imaginar cómo sería la ciudad si siguiese bajo el yugo de los nazis.
Por desgracia, del sonido no os podemos comentar demasiado, ya que hemos jugado con el volumen muy bajo y usando chat de voz, por lo que no hemos podido apreciarlo demasiado, más allá de los contundentes efectos que provocan las armas al disparar.
La lucha contra el Tercer Reich continúa en 26 de julio
Wolfenstein: Youngblood es, sin lugar a dudas, una apuesta arriesgada. No en vano, estamos hablando de una saga cuyo éxito ha radicado en sus cuidadas experiencias para un jugador y en su "pureza" como shooter, algo que no encontraréis aquí, por lo que es posible que este no sea el juego que buscáis.
Eso sí, "diferente" no significa necesariamente "malo", y lo cierto es que como juego de acción cooperativo nos ha parecido divertidísimo, muy satisfactorio y genialmente diseñado para que todas sus mecánicas y elementos funcionen con la precisión de un reloj, sin olvidarse de mantener las señas de identidad de la saga en lo que a tono narrativo y gunplay se refiere. ¿Estarán las Gemelas Terror a la altura de su padre? Muy pronto, el 26 de julio, lo descubriremos.
Hemos realizado estas impresiones tras probar el juego en PC en un evento celebrado en Londres al que fuimos invitados por Bethesda.