The Creative Assembly firmaba en 2004 un título basado en la Antigua Roma que impactó a todo aquel jugador aficionado tanto a este periodo histórico como a la saga Total War. Previamente el público ya había asistido a Shogun y Medieval Total War, una clara declaración de intenciones sobre lo que la compañía británica nos podía ofrecer. Ahora, nueve años después lega a nuestras manos Total War: Rome II.
Como verlo sin vivirlo no es lo mismo, Sega nos llevó de viaje al pasado para mostrarnos los avances del estudio en los estudios Cinecittà de Roma, concretamente entre los impresionantes decorados de la serie Rome, de la BBC. Un lugar idóneo para sumergirnos en la historia viendo delante nuestro una reproducción del senado romano y a sus habitantes moviéndose de la ciudad realizando su día a día.
Una propuesta más real
En esta visita tuvimos la oportunidad no solo de jugar a una versión avanzada de Total War: Rome 2, sino también de hablar con sus responsables para que nos explicasen todo lo referente a la creación. En esta ocasión el prólogo nos anima a meternos en liza a través de tres grandes batallas dentro de las guerras Samnitas. Concretamente viajaremos a "La toma de Capua", a "La Defensa de Campania" y finalmente a "La invasión de Samnium". Tres batallas que nos permiten ver las innovaciones que el equipo promete y que nos permiten tomar contacto con el que será un título que no solo nos llevará a la guerra, sino también al gobierno de ciudades y familias influyentes.
Los primeros compases del dejan ver que este no será un juego rápido y fácil. La mejora de la diplomacia añade un toque mucho más elaborado que hará que tengamos que tener la mirada puesta en más de un punto a la vez. Pese a ello, la primera batalla nos llega casi sin esperarla y nos vemos al frente de un ejército para ayudar a evitar el sitio de Capua. Como Gaius Fulvios Silanus, nuestra primera misión será aguantar el chaparrón y empezar a gozar de las diferencias sustanciales que Total War: Rome 2 nos brinda. El rendimiento gráfico visto en la más alta definición nos brinda ejércitos totalmente renovados, y unas vistas que nada tienen que ver con aquel lejano 2004. Ahora cada personaje, aunque sea soldado raso, tiene identidad propia, y los entornos, ya sean poblados o simples montañas y bosques, aportan esos decorados que la saga merece. A primera vista el cambio es total y solo bastará dar los primeros pasos para darnos cuenta de que lo visual viene acompañado de lo técnico en todo momento.

Visualmente podríamos decir que los grandes ejércitos lucen increíbles y el movimiento parece muy natural. Según el jefe de creación de batallas, este Total War bebe directamente de la serie aunque se le han implementado muchas novedades en cuanto a unidades. El reto, según Jamie Fergusson, era "conseguir que todo fuese mucho más real". El hecho de que cada soldado vaya vestido de cualquier manera y de forma diferente al resto lo acerca mucho más a la historia y consigue una inmersión necesaria para que el jugador goce la partida al completo.