La primera entrega de Outlast, lanzada allá en 2013, es una de las experiencias de terror que mejor recordamos a los mandos de una consola. Red Barrels nos metía de lleno en un manicomio repleto de lunáticos, y de monstruos, con la una tarea muy sencilla: salir de ese lugar con vida, fuera como fuera. Con Outlast 2, publicado en 2017, el estudio supo salirse airoso a lo que parecía ya un género quemadísimo y sin gran cosa que ofrecer. La ahora trilogía de Red Barrels nació de la influencia del found footage (Holocausto Caníbal, El proyecto de la bruja de Blair) y los shooters en primera persona que tuvieron su boom en los años noventa en PC, con la idea de intentar que los jugadores pudieran tener experiencias más inmersivas en sus aventuras de ficción. Red Barrels implementó la famosa cámara de vídeo en su jugabilidad para que el usuario tuviera esa doble capa dentro de la ficción para meterlo aun más en la obra.
The Outlast Trials es la evolución que necesitaba Red Barrels con su serie
Si hacéis buena memoria, para pasar por sitios oscuros debíamos encender nuestra cámara de vídeo y pasar a visión nocturna. Eso nos hacía pasar a ver el juego en una doble capa (la pantalla dentro de la pantalla) y dicho objeto se convertía en nuestro Santo Grial, puesto que era el ítem que nos daba visión en los momentos de más tensión y el que podía salvarnos la vida para estar al tanto de los peligros. Obviamente, del primer Outlast al segundo hubo mucha mejora técnica. Los escenarios de la secuela no tenían nada que ver con la primera entrega, ni tampoco la historia, que estaba mucho mejor escrita. Ahora bien, en términos de jugabilidad, los títulos de Red Barrels se estaban quedando algo cojos.
The Outlast Trials se dejó ver en 2019 y desde entonces no hemos sabido demasiado de esta tercera entrega, lo que nos daba a pensar que el juego no vería la luz a corto plazo. Sin embargo, el estudio ha estado trabajando día tras día para crear una tercera entrega que se desmarca por completo de lo visto en las dos anteriores: "Si las anteriores entregas podían describirse como películas de miedo, The Outlast Trials se parece más a una serie de televisión. Vuestro viaje hacia la libertad será largo y tanto si jugáis solos como en compañía, nuestra intención es que sintáis que estáis luchando a muerte por vuestro derecho a la libertad", decían sus creadores. Y tras poder probar la beta cerrada The Outlast Trials, os podemos asegurar que la espera ha merecido la pena, porque sin ser una revolución para el género, ha sabido darle la vuelta a los dos anteriores juegos sin despeinarse.
Un multijugador precuela con sabor a añejo, pero resultón dentro de Outlast
Esta tercera parte funciona a modo de precuela, y nos presenta como sujetos de prueba de un experimento muy creepy de la Guerra Fría a manos de Murkoff Corporation. Red Barrels transforma la experiencia orientada para un solo jugador centrada en el modo historia estándar, en un juego cooperativo de hasta 4 jugadores donde habrá diferentes clases de personajes, habilidades, objetos importantes a buscar por el mapa, sistema de personalización, etc. Es decir, Outlast pasa a ser lo que vendría a ser un juego de características streaming para que tenga más números para hacerse viral a través de plataformas como Twitch. Se han cogido los conceptos de Phasmophobia, Left 4 Dead y Dead by Daylight y se ha pasado por el filtro de Saw en lo que atañe a concepto narrativo. Aunque cabe destacar que The Outlast Trials puede jugarse en solitario si así se desea, pero se rompe parte de la magia del juego.
El juego se compone por un seguido de niveles, pensad en la elección de campaña en Left 4 Dead, en los que se nos transporta a diferentes escenarios terroríficos, como si se tratasen de áreas específicas dentro de un parque de terror gigantesco al estilo de Horrorland. En nuestro caso, hemos podido abordar el caso de la comisaria de policía maldita que tiene más monstruos de los que nos gustaría. Elegimos nivel, buscamos equipo y se nos despliega en el escenario, y una vez llegamos a ese punto ya debemos completar lo que se nos asigne. Este escenario en particular no es demasiado grande, lo que quiere decir que se puede completar en un tiempo más o menos cómodo de 30 minutos si somos hábiles resolviendo acertijos y no dejamos que los antagonistas nos partan las piernas.
La cooperación es clave para superar las pruebas y pasar al siguiente nivel
Cuatro jugadores sueltos por el mapa con unos pocos monstruos correteando por los pasillos. Cada uno de los enemigos posee unas características especiales, lo que hace que haya que "enfrentarse" a ellos de forma diferente. A ver, decimos enfrentarse pero tampoco es eso, porque a fin de cuentas hay que correr de todos ellos y escapar para que no nos atrapen. No obstante, hay que decir que aquí tendremos una serie de habilidades especiales que nos permitirán hasta aturdir a los monstruos para poder escapar y reestructurar nuestra estrategia. Hay habilidades para todo, una hasta para ver a los enemigos a través de las paredes y poder avisar al resto del equipo por dónde ir de forma segura.
Eso sí, hay enemigos que requieren de más cuidado que otros porque pueden, por ejemplo, envenenarnos, y eso hace que muramos si no damos con el antídoto. Por lo que con unos se puede ser más permisivo que con otros. Ahí es donde entra mucho el factor cooperación. Si hay que hacer un objetivo que requiere pegarse a un motor y dar con la tecla adecuada hasta encenderlo, pues se asigna a un jugador que haga eso y los otros distraen al adversario. O dos lo distraen y el que queda suelto busca objetos de curación, ítems para resucitar a los muertos, etc.
No lo parece pero, como os decíamos, The Outlast Trials precisa mucho del trabajo en equipo para que las misiones puedan sacarse adelante. Y el equipo, si no funciona como un bloque, está condenado al fracaso, porque la atmosfera que presenta es bastante aterradora. Red Barrels ha cuidado el juego hasta el más mínimo detalle y la puesta en escena y el diseño de arte son espeluznantes (en el buen sentido, claro). Su base es además bastante sencilla y aprender y la curva de aprendizaje es mínima, por lo que no hace falta haber jugado a los anteriores Outlast para acercarse a este nuevo título. Pero, eso sí, los veteranos jugarán con un poco de ventaja.
The Outlast Trials posee las características que veíamos en las dos entregas anteriores, pero de forma corregida y aumentada. Nuestra preciada cámara de vídeo son ahora unas gafas de visión nocturna que necesitaremos para ver en la oscuridad. Habrá que explorar los diferentes escenarios (nosotros solamente hemos podido probar uno hasta la fecha) y reunir información para poder completar los diferentes objetivos. Para conseguir esos datos, tendremos hasta que rebuscar en cadáveres, por lo que el gore y la violencia continúan siendo uno de los platos principales del título.
Conclusiones
Red Barrels ha acertado bastante con su nuevo planteamiento multijugador. No es una apuesta novedosa ni mucho menos, porque ya existen muchos otros juegos que ofrecen una experiencia similar. Ahora bien, si aislamos el caso y estudiamos The Outlast Trials dentro de su propia saga, la evolución ha sido notable, porque el estudio ha logrado pasar los códigos para un solo jugador a las modas actuales del online y los juegos hechos para streaming. Es un título sencillo, con una personalización amplia (podemos hasta decorar la habitación donde despertamos cada vez que iniciamos partida) y unos apartados de diseño muy cuidados. La tercera entrega de Outlast ha sido un inteligente giro para los relatos de terror de Red Barrels. Aunque queda por ver si el resto de escenarios están a la altura y si no se hace demasiado repetitivo, porque como experiencia corta funciona muy bien. Falta estudiar si con el resto de escenarios disponibles se repiten objetivos, monstruos, diseños, etc, o si el estudio ha logrado darle a cada uno una personalidad única que no se repite cada dos por tres.
Hemos realizado estas impresiones tras probar la beta de The Outlast Trials en PC gracias a un código que nos ha facilitado Dead Good.