Una torre de metal se alza ante nosotros. Llameante. Pasarelas, contenedores, bidones. Gris. Al fondo, una ciudad, alguna luz tenue, mucho metal. Lo antinatural. La deformación feísta del mundo provocada por el animal humano.
Es una estética que, salvo por lo tridimensional, no extrañará a quien jugara al alabado, galardonado y demasiado poco conocido Norco, aquella ópera prima de Geography of Robots que planteaba una narrativa distópica, actual, reflexiva y poética siempre entre la novela visual y la aventura gráfica tradicional Silenus, el próximo videojuego del estudio de Luisiana, comparte temas e incluso hilos narrativos con su primera obra, pero cambia su formato a la aventura tridimensional de puzles y profundiza aún más en la extrañeza y la crítica social mordaz.
A demo of our short adventure game Silenus is OUT NOW on Steam. Investigate a refinery operated by an obscure organization. Unlock all tracks from Thou's upcoming album Umbilical. This is a very small taste with more to come, so be sure to wishlist! 🔗 below. pic.twitter.com/oyymxEXfWw
— geographyofrobots (@roboticgeo) May 20, 2024
La demostración de una versión prealfa que está disponible en Steam hasta mediados de junio nos pone en la piel mecánica, con más luces que el escritorio de un PCgamer, del androide Titian. La localización: la refinería Gulf Flow, que recientemente ha pasado a ser propiedad de una corporación. El objetivo no está muy claro, pero no tardamos en encontrarnos puertas cerradas por las que querremos entrar, teclados numéricos que nos impiden el paso, documentos que analizar en busca de pistas, trabajadores que cuchichean y empleados que bailan sin descanso mientras todo a su alrededor se va al garete.
Surrealismo, sátira y pesimismo
Si bien Silenus vuelve a presentar una historia que descansa sobre el asfixiante momento actual de ansiedad climática y la tecnológica; sobre la necesidad del abandono de los combustibles fósiles que conlleva la pérdida de infinidad de empleos, la destrucción de pueblos y el abandono de terrenos demasiado desnaturalizados como para que se restauren por sí mismos; y sobre las revoluciones tecnológicas, inteligencia artificial mediante (sin dejar de lado la estupidez, la deshumanización y el sinsentido corporativo) que enfangan todavía más las situación; decíamos, que a pesar de tratar temas tocados en Norco, lo hace desde un punto de vista más surrealista y satírico, y con una perspectiva muy diferente a los mandos.
El barroco arte pixelado de aquel juego se sustituye aquí por un 3D low poly feísta: es uno de esos juegos que busca recordarnos a los polígonos de la primera PlayStation. La tridimensionalidad del escenario, representado con cámaras fijas colocadas para dar majestuosidad al entorno (también hay zonas en las que la cámara sigue nuestro movimiento), se utiliza para los propios rompecabezas. Un texto nos da una pista de que cierto personaje que tiene el objeto que necesitamos para avanzar está escondido en esa tridimensionalidad, detrás de algo que la cámara no nos deja ver. También hay ordenadores, interfaces en los que leer correos electrónicos que desarrollan la trama y/o dan indicios para los puzles.
Vamos Titian sal a bailar, que tú lo haces fenomenal
Pero sobre todo hay bailes, absurdos y simbólicos, a ritmo de la electrónica industrial que ambienta, eleva e incluso sustenta esta propuesta. Los operarios desocupados con los que charlamos no paran de menear los brazos y las piernas como si les fuera la vida (el empleo) en ello; una situación absurda que sirve como reflexión de brocha gorda del trabajo en el siglo XXI. Nosotros, por supuesto, también podemos bailar, ¡e incluso escoger entre varios bailes! No es algo secundario, parece: hay un puzle que se resuelve precisamente con estas danzas, y que demuestra que, más allá de la interesante y pesimista narrativa, Geography of Robots tiene el talento para hacer también cosas brillantes en lo puramente jugable.
La música, parece ser, será un pilar en la experiencia. Decimos parece porque todas estas reflexiones y divagaciones vienen de haber jugado una demo brevísima, en estado prealfa, de apenas 40 minutos (aunque, como en otros juegos de puzles, esto puede alargarse o acortarse bastante dependiendo de cuánto se atasque uno); dice mucho de Silenus que una partida tan breve deje tanto poso. El tema es que el objetivo de esta breve demo ni siquiera es mostrar el juego, sino publicitar, a través de las canciones que encontramos mientras avanzamos, el nuevo disco de la banda de metal industrial Thou, Umbilical, quienes colaboraron en la música de Norco y también de este; pistas, por cierto, que después podemos escuchar desde el menú principal.
Sin embargo, es una buena cantidad de tiempo para un juego que se autodefine como "microaventura": cuando llegue a las tiendas digitales a finales de 2024, si no hay ningún retraso, durará unas dos horas y media. Geography of Robots, eso sí, avisa de que habrá cambios sustanciales respecto a esta demo y el juego final. Los temas, la estética, los entornos, los personajes y el gameplay general se mantendrán, pero "la mecánica de baile podría ser usada de manera diferente" y pretenden "ampliar algunas funciones que solo se usan de pasada, como los ordenadores".
Una gran promesa narrativa de 2024
"Probablemente se introduzcan entornos externos a la refinería, y elementos temáticos que solo se mencionan de pasada posiblemente tengan un rol más central, mientras otros se eliminen completamente", concluye el equipo de Luisiana. Así, hay que tratar esta demo como un punto de referencia en cuanto a tono, conceptos narrativos y mecánicas jugables básicas, pero no como algo totalmente representativo de lo que nos espera a finales de año. Aun así, como ya ocurrió con aquel Norco que salió de la nada, sorprendiendo a propios y extraños, podemos estar ante una de las obras más interesantes conceptual y narrativamente de 2024.
Hemos realizado estas impresiones tras descargar gratuitamente la demo disponible en Steam. El PC utilizado tiene una Nvidia GeForce RTX 3070 8 GB, un AMD Ryzen 5600X y 32 GB de RAM.