Los simuladores de estrategia comercial no son precisamente de los juegos más populares, pero Patrician IV se ha propuesto ampliar su público a aquellos que hasta ahora no se atrevían a fundar un imperio económico, y no lo va a hacer eliminando la profundidad del juego o descuidando aquellos aspectos que han convencido a más de dos millones de personas a jugar al título, sino haciéndolo más comprensible y agradable a la vista y añadiendo incentivos para continuar la partida.
El ritmo del juego se ha acompasado a una curva de aprendizaje más suave al principio, según afirma José Ramón Pascual, jefe de proyecto de la editora española del juego, FX Interactive.
Patrician IV pone ante ti siempre un reto que te motiva a seguir avanzando, primero para hacerte con una posición económica desahogada y dominar a la competencia y después para lograr el poder político hasta convertirte en Gobernador del Imperio de los Mares del Norte.
Visualmente el juego ha dado un salto respecto al título anterior, ya que ahora podrás ver las ciudades en 3D. Aunque los edificios no cambian de aspecto cuando la población se convierta en una ciudad importante, Pascual afirma que cada ciudad tendrá peculiaridades arquitectónicas. En unos segundos pasas de ver el mapa de toda la liga hanseática (una unión comercial en el norte de Europa que constituyó una especie de Unión Europea a finales del s. XII) en la que está ambientado el título a ver a los ciudadanos pasear por las calles de Lubeck. Por lo que hemos visto en la demo, habrá efectos de lluvia o nieve en las ciudades.
Una interfaz más gráfica y fácil de entender de un vistazo
El resto del juego respeta en su mayor parte las bases que demostraron en Patrician III su eficacia, aunque se han pulido las aristas más afiladas y se ha buscado en todos los detalles la sencillez para entender el juego. Así, ya no habrá dos unidades para las mercancías (barriles y fardos), sólo barriles. Y de un vistazo rápido sabrás lo que te interesa comprar y vender en la lonja, ya que tienes un indicador del stock que hay de cada una en la ciudad basado en colores (rojo si hay escasez y verde si hay abundancia).
Es interesante tenerlo en cuenta tanto para obtener beneficio comercial como para cuando te interese ganar en popularidad en cada ciudad, ya que si compras productos que sobran aumentará tu reputación, y bajará si acabas con las existencias de una materia que escasea.
En la misma ventana tienes también las materias que produce cada ciudad: dos materias básicas, 1 materia prima, 1 fabricada o elaborada y un producto o materia regional. Esta última es nueva respecto a Patrician III, y supone mayor estrategia a la hora de decidir tus rutas.
La misma facilidad para ver la situación global de un vistazo existe en otras partes del juego, como las rutas comerciales; puedes pasar de una a otra en la misma ventana y ver los beneficios o pérdidas que te genera para hacer los cambios pertinentes. A falta de probar la versión final, parece que, en efecto, será más fácil la gestión económica de tus barcos y ciudades, sobre todo porque puedes decirle de forma muy sencilla al capitán de tus barcos qué debe hacer en cada ciudad y el precio máximo y mínimo que puede pagar por cada materia.
Entre las innovaciones se encuentra también que ahora las ciudades tienen materias primas, y tendrás que tenerlo en cuenta. Por ejemplo, tu primera misión es establecer una ruta para producir carne, pero antes deberás conseguir la sal para salarla en otra ciudad.
Para facilitar que vayan entrando en la propuesta de gestión los jugadores menos acostumbrados, al principio tendrás bastantes limitaciones en cuanto a lo que podrás hacer, algo por otro lado bastante habitual en los juegos de gestión. Poco a poco, y a base de monedero, establecerás almacenes en otras ciudades para empezar a producir en ellas y ampliarás las murallas para mejorar tus negocios.
Aquellos que se sientan más perdidos y, como también es habitual en los juegos, no quieran leerse el manual de instrucciones, contarán con una ayuda extra en forma de tutoriales de vídeo. Una vez más se ve en todos los detalles la intención de no abrumar al jugador, pero sí de hacerle todo más amable. Lo mismo sucede en los mensajes que te informan de que sucede algo importante, una pequeña animación en la parte superior de la pantalla te permitirá informarte de eventos importantes sin tener que estar abriendo mensajes de texto.
Esa intención de hacerlo todo más visual se ve tanto en las pantallas básicas del juego como en pequeños detalles, como una barra que te indica los requisitos que necesitas para subir al siguiente nivel de influencia en el juego.
El poder económico acompaña al poder político
Al tiempo que construyes tu imperio económico aprendiendo qué vender y dónde te conviene hacerlo y estableciendo rutas comerciales, va subiendo tu reputación entre la liga hanseática. Cuando consigas ser alcalde de tu ciudad podrás hacer propuestas que te interesen , y rechazar aquellas que beneficien al rival que tendrás en cada ciudad, y si logras prestigio dentro de la liga podrás gobernar otras ciudades para ir avanzando en tu carrera hacia el título de Gobernador.
Todo lo que hagas relacionado con una ciudad afecta a tu reputación en ella, ya sea comprar mercancías, construir edificios o atacar a uno de sus convoyes comerciales si te inclinas por la vida más pirata. Pascual cuenta que, si te atrae el éxito político rápido, por ejemplo, puedes optar por perder dinero en una ruta pero abastecer a una ciudad de un producto muy solicitado, de forma que los ciudadanos te aprecien.
Pero tampoco puedes dejar que la ambición política te ciegue, ya que en cada ciudad (tanto las 32 ciudades ya existentes en las 8 regiones incluidas en el juego como las que se funden) tendrás competencia a la que debes eliminar ocupando más ciudad y más mercado.
La gestión de los edificios es ahora más sencilla que en Patrician III. Para flotar un barco sólo tienes que encargarlo al astillero, no necesitas ir al armero a encargar los cañones. Cuando construyas un edificio o un barco el tiempo de construcción dependerá de que la ciudad tenga los materiales necesarios, así que mejor si antes de encargar nada te aseguras de que cuentas con los suministros que necesitas. En Patrician IV tienes 7 tipos de barcos y 19 edificios productivos.
La investigación es otro de los apartados que se ha modificado respecto a Patrician III. Una vez más tendrás que sacar la cartera para investigar en las ciudades, aunque ahora se suma todo el conocimiento de la liga Hanseática. La investigación te permitirá descubrir nuevos enclaves y mejorar la producción y las instalaciones defensivas de tus ciudades.
Las batallas navales son como las de Patrician III, puedes optar por una solución automática, mandar todos tus barcos hacia un objetivo o tomar el control de uno de tus barcos para bombardear a un navío enemigo. También decides el tipo de munición para frenar el otro barco, acabar con su tripulación o hundirlo.
Una edición cuidada y mejorada para los jugadores menos expertos
FX Interactive ha recogido el reto de hacer el juego más accesible al jugador y ha subido la apuesta. Patrician IV tendrá el tratamiento habitual en FX Interactive de doblaje al español y un completo manual de instrucciones, pero además incluirá un utilísimo mapa. La historia se ha modificado ligeramente, de forma que en el juego representas al nieto del magnate que protagonizó Patrician III.
El mapa forma parte del legado de saber que tu abuelo te transmite. En uno de los lados hay un mapa con las ciudades que aparecen en el juego y lo que produce cada una. Una tabla en un lateral te orientará sobre los precios mínimos y máximos aceptables para cada producto, y otra en la parte inferior te informa de lo que puedes conseguir con las expediciones al Mediterráneo. En el reverso del mapa tienes las rutas comerciales más interesantes y los privilegios que vas consiguiendo según suba tu consideración dentro de la ruta hanseática.
Pero todas estas características que tratan de hacer Patrician IV accesible a nuevo público no suponen haber dejado de lado a los jugadores habituales de la serie o del género. Puede que sea más fácil de entender visualmente, pero la demo indica que la profundidad de juego se mantiene, con decisiones comerciales que deberás estudiar, y estadísticas de todo tipo sobre cómo estás llevando a cabo las 15 misiones del modo campaña.
Y aquellos que sean ya unos expertos en el género cuentan con un aliciente más, el modo Desafío, en el que juegas una partida libre: eliges la ciudad, tu escudo, el límite de ciudades que puedes fundar, el nivel de dificultad y si las mercancías producidas en cada ciudad son aleatorias o mantienen las del modo campaña, y juegas a tu libre albedrío.