Lo tiene todo para triunfar estas navidades Dragon Age Inquisition. Aunque en PC este mismo año hemos tenido un juego de rol tan bueno como Divinity: Original Sin y alguno más que está por llegar en los próximos meses tan prometedor como Pillars of Eternity, en consolas lo nuevo de BioWare va a tener mucha menos competencia, sobre todo en las nuevas, PlayStation 4 y Xbox One, en las que se va a convertir de largo en la opción más recomendable para los amantes de los RPG, hasta la llegada el año que viene del esperado The Witcher 3: Wild Hunt.
Previsto inicialmente para el mes de octubre y sufriendo un retraso hace no mucho, hasta el 20 de noviembre, mediante el Frostbite 3, un motor gráfico que luce realmente bien en la nueva generación, BioWare quiere hacer las paces con todos esos jugadores que quedaron insatisfechos con Dragon Age II, que para nada era un mal juego, pero que se alejaba demasiado de lo ofrecido dos años antes en el genial Dragon Age: Origins. Rol puro y duro que recuperaba en parte la esencia del mítico Baldur's Gate, la saga que llevo al estrellato a este estudio canadiense, desde hace unos años en manos de Electronic Arts.
Cogiendo elementos de los dos Dragon Age anteriores, del primero sus combates más tácticos, del segundo su mejor adaptación al mando con una jugabilidad más directa, Dragon Age Inquisition añade un enorme mundo abierto para explorar, algo en lo que BioWare no tiene mucha experiencia previa, y en lo que se lanzan aquí al ruedo.
Durante la gamescom pudimos probar por primera vez una demo y se agradece el nuevo enfoque, abandonamos los escenarios "pasilleros" de los anteriores para movernos por localizaciones bastante grandes, que añaden un toque aventurero, con la exploración y el descubrimiento como grandes alicientes, algo que le sienta fenomenal a cualquier RPG que se precie.
Jugar media ahora a un RPG no sirve para valorar adecuadamente su sistema de combate, no se puede apreciar su profundidad y todas sus posibilidades tácticas, pero sí que vimos que con la cámara táctica es como pretenden recuperar parte de lo que tanto gustó en Dragon Age: Origins. Quizá mucho recordéis lo traumática de la experiencia en consolas en comparación con la versión en PC, pero esta vez se ha hecho una gran adaptación al mando, y todas las opciones tácticas como pausar la acción y ordenar a los miembros del equipo qué ataques, magias y objetos utilizar, contra quién y cómo colocarse, se ejecutan de manera perfecta con un pad.
A quien no le gusten los RPG tan complejos, y eso de andar pausando la acción cada dos por tres para dar órdenes, parece que también podrán disfrutar Dragon Age Inquisition sin problemas, y al menos en la demo que probamos se podía jugar sin utilizar la visión táctica y avanzamos en todo momento sin demasiadas dificultades, los compañeros del equipo actúan en todo momento de manera adecuada.
Para esos jugadores que prefieren la acción más directa pero sin renunciar a todo lo bueno que tiene un RPG, en cuanto a profundidad de historia y personajes, toma de decisiones, duración y en definitiva capacidad de inmersión, hay un par de acciones como cubrirse y esquivar que hacen que los combates sean relativamente dinámicos, y no parezca que estamos jugando al clásico MMO, en el que aporrear el botón de ataque y usar las magias y habilidades disponibles. Un difícil equilibrio, el de contentar a dos tipos de jugadores tan distintos, que nos genera algunas dudas.
En su afán de querer contentar a los amantes del primer Dragon Age, del rol más clásico y profundo, y a la vez, querer atraer a un jugador que no busca complicarse tanto la vida, y que prefiere la acción más directa, ¿no se quedará en tierra de nadie, sin conseguir la excelencia en ninguna de las dos facetas? Es la gran duda que nos ha dejado esta demo, de la que por otra parte no te puedes fiar demasiado, ni por su duración ni por su dificultad, ya que en este tipo de ferias suele ser muy baja. En cualquier caso hasta su análisis en noviembre, cuando le echemos decenas de horas, no despejaremos esta duda.
Por lo demás todo nos convence, se controla genial, se ve muy bien gracias al Frostbite 3 –lo jugamos en PC, todavía no se ha mostrado en consola-, le acompaña un buen diseño artístico, variedad de ambientaciones, los escenarios en mundo abierto son un gran añadido a la saga, y en definitiva todo lo que hemos visto y probado tiene muy buena pinta, incluido lo que nos han contado sus responsables de él, palabras de las que nos tenemos que fiar. El declarado como el juego más grande y ambicioso de BioWare, tendrá una duración aproximada de 150 horas en caso de querer completarlo todo, entre unas 30 y 40 horas solo la historia principal.
El editor de personajes será muy completo, y los héroes que creemos lucirán mejor que nunca gracias al enorme detalle de los gráficos. Tendremos que elegir el sexo, la raza, entre cuatro disponibles, y la clase –guerrero, mago o pícaro-, cada una con un conjunto de aptitudes, armamento y movimientos especiales, con una historia que incluso se adaptará a la clase que hayamos elegido. Cada una de estas clases tendrá dos especializaciones, clases avanzadas, por lo que realmente estamos ante nueve clases de personaje, con sus propias características de combate.
Nosotros seremos el Inquisidor, con el objetivo de restablecer el orden en un mundo que se ha convertido en un completo caos, con los dragones cubriendo el cielo y los magos en guerra con los templarios. Para ello contaremos con la ayuda de 13 personajes, entre los que se encuentran nuevas caras y viejos conocidos, como Morrigan o Varric Tethras. Con un sistema de conversaciones bastante clásico como pudimos ver, y un medidor de afinidad para cada uno de nuestros aliados, seguro que BioWare no defrauda a la hora de crear una historia interesante, y ya han dicho que las relaciones serán más naturales y realistas, y el único fin de estas no será el sexo, algo por lo que el estudio canadiense se ha caracterizado hasta ahora.
Una cita ineludible para los amantes del rol
Seguro que los que disfrutáis del género del rol, sobre todo de esas propuestas más ambiciosas, complejas y en las que sumergirnos decenas de horas, ya tenéis marcada esta fecha en vuestro calendario: el 20 de noviembre. Pocas veces decepciona BioWare con sus juegos, y tienen muy claro en qué fallaron con Dragon Age II. Con la lección bien aprendida Dragon Age Inquisition apunta a que se va a convertir en un imprescindible dentro del género, algo que descubriremos estas navidades en PC, PlayStation 4, Xbox One, Xbox 360 y PS3.