En Gamescom son los grandes puestos los que se llevan la atención, incluso en los pabellones dedicados a la prensa, más comedidos en decoración. Las grandes editoras son las que se comen la mayor parte del espacio, no solo con puestos para jugar, sino con enormes figuras, pantallas mastodónticas y recreaciones ambientales. Más allá de toda esa parafernalia se suceden pequeños stands, blancos y quizá con algún cartel del juego que enseñan. Es ahí donde se ven juegos desconocidos u olvidados incluso para quienes manejamos información sobre el medio día a día; es ahí donde, con suerte, nos pueden sorprender. Y Decarnation lo hizo. Vaya si lo hizo.
La ópera prima de Atelier QBD es una aventura de terror centrada en la narrativa con estética pixel art. Es una descripción que vemos con mucha asiduidad y que algunos recibirán con desgana y pereza. Sin embargo, el juego dirigido por Quentin De Beukelaer (quien ha trabajado en Assasin’s Creed y Ghost Recon) despierta curiosidad por los temas que se atreve a abordar, por los referentes de fuera del videojuego a los que mira, por un estilo artístico grotescamente precioso, y por tener la ambición de que el título se perciba fresco constantemente. No sabemos si en conjunto lo conseguirá, pero la demo de 30 minutos que jugamos acompañados del también director de Narcosis nos ha hecho colocarlo entre nuestras gratas sorpresas de la feria de Colonia.
Terror surrealista y corporal
Decarnation nos pone en la piel de Gloria, una bailarina de cabaret a la que conocemos en un momento complicado de su vida: la relación con su novia no pasa por su mejor etapa; su madre desaprueba su carrera, un trabajo que ama y que va a dar un vuelco que no le gusta nada; y su autoestima está resquebrajada por cómo se ve a ella misma y por cómo piensa que se muestra ante los demás. Todas esas bombas de relojería no tardaron en detonar una tras otra, dando lugar a una aventura narrativa con cierto toque RPG Maker (pensad en juegos como To the Moon) donde la realidad se mezcla con los sueños y las pesadillas.
Estas situaciones se aprovechan para abordar temas como la ansiedad, el descontrol vital, el trabajo, el acoso, las aspiraciones, y al menos con mucho énfasis en los primeros momentos del juego, la visión que tenemos de nuestro cuerpo y su proyección hacia otras personas; todo ello desde un prisma surrealista, pesadillesco en el sentido lyinchiano y tan grotesco como si estuviéramos delante de una película de David Cronenberg.
Sin duda, es un juego que nos hará sentir incómodos frente a la pantalla, pero está por ver si esa incomodidad tiene el potencial de alcanzar sus claras intenciones: revolver estómagos y conciencias.
Un gameplay en constante transformación
Más allá de un tono que nos ha cautivado y unos temas con mucho potencial, Decarnation también nos ha atraído por sus ambiciones a los mandos. El juego de Atelier QBD no será complejo en lo jugable de ninguna manera. Se basará en recorrer pequeños escenarios, charlar con los personajes que haya en ellos, interactuar con algún que otro ítem y resolver algún puzle. Cuando estemos en el mundo fantasmagórico, en el de los sueños y las pesadillas, habrá algún combate muy sencillo que, por lo que hemos jugado, se resuelven pulsando un solo botón para gritar a los enemigos y borrarlos del mapa; el simbolismo, más o menos burdo según el caso, plaga toda la experiencia.
Lo interesante está, por un lado, en cómo el título estará plagado de minijuegos de distinto tipo. En esta primera sección se trataba de un juego de ritmo sencillo, pero bien ejecutado, que aparecía en un par de ocasiones con cierto giro jugable y argumental. Por otro lado, en los jefes finales, cada uno de ellos con una mecánica única. No son enfrentamientos complicados que vayan a frenar nuestro progreso demasiado, pues tienen un objetivo narrativo (de representación de emociones y de nuestro propio ser), rítmico (para agitar el tipo de acciones que llevamos a cabo) y visual.
Un pixel art escabroso que nos ha dejado fascinados
Cuando vimos el jefe final mencionado nos sorprendió: pocas veces un diseño pixel art nos había parecido tan grotesco como aquello. No nos debería haber extrañado, sin embargo. Visualmente, siempre teniendo en cuenta su estilo y sus limitaciones de presupuesto, Decarnation es un título muy cuidado en el diseño de las estancias, de los enemigos y de la decoración pesadillesca, cárnica y surrealista que nos rodea. Por lo tanto, que los grandes sprites sean espectaculares deberíamos haberlo dado por hecho.
Nos gustan menos, eso sí, los diseños de los personajes humanos, como el de la propia Gloria y los pocos individuos que nos encontramos aquí y allá. Tienen un estilo que, a nuestro parecer, desentona (¿quizá intencionadamente?) con el resto de la pantalla. Hay que tener en cuenta, eso sí, que Atelier QBD es un equipo de cinco personas (con algún apoyo extra eventual), por lo que tampoco se le puede echar en cara que todas las animaciones sean fantásticas ni que no vaya a tener voces, aunque sí estará traducido al español.
Decarnation llegará a PC (Steam) en algún momento de 2023 de la mano de Shiro Unlimited (el sello de publicación de los creadores de Evoland y Northgard, quienes también editarán el madrileño Abyssals). El equipo parisino no solo se ha metido en el complicado terreno del terror narrativo pixel art, repleto de exponentes, sino también en abordar unos temas interesantísimos en los que es muy fácil descarrilar. Sin embargo, nuestra atención la tienen, pues el potencial de estar en las listas de los mejores indie del próximo año está ahí.
Hemos realizado estas impresiones tras jugar una demo en Gamescom 2022.