Crear un personaje, evolucionarlo y nunca acabar. Esta es la propuesta de un estudio que con tan solo dos personas a cargo ha conseguido crear un título que luce como Minecraft solo en lo visual. El juego sobre el que os hablamos hoy es uno de aquellos que empezó como un simple proyecto de su creador aprovechando, claramente, el tirón visual del ya archiconocido Minecraft.
Aunque muchos afirman que no se trata de un juego comparable a éste, Cube World, como su propio nombre indica, bebe de las influencias gráficas de un juego en el que los elementos de volumen se basan en lo que se conoce como voxel, o unidades cúbicas, que conforman el entramado gráfico del juego. De la mano de Wolfram Von Funck "Wollay" entramos en un mundo donde los juegos de rol y aventura también tienen mucho que decir, sobre todo en la ristra de posibilidades jugables y situaciones que nos encontraremos a lo largo y ancho de la partida.
Técnicamente infinito
Para empezar estas impresiones os diremos que nos encontramos ante una serie de escenarios infinitos en los que misiones, jefes finales, enemigos y cientos de opciones aparecerán para evolucionar a nuestro personaje hasta límites que de momento desconocemos, y que según lo publicado, no conoceremos nunca. En este juego también toma mucha importancia la comunidad y los usuarios que campan por todos sus escenarios, ya que serán estos los que puedan crear lo que "Wollay" entiende como semillas, que no son otra cosa que espacios generados por usuarios a través de simples números, que después podrán compartir con sus compañeros de fatigas. El propio creador también comenta que, a diferencia de otros juegos, Cube World se ha gestionado sin un creador de niveles convencional, utilizando la creación aleatoria de elementos, lo que garantiza ese infinito del que hablábamos anteriormente. "Todo lo que vemos es real", esta afirmación garantiza que podremos llegar a cada cubo del juego, ya sea un templo, un árbol o una montaña que vemos a lo lejos.
¿Y no es algo monótono? Al principio es algo que todo jugador que esté viendo estas impresiones puede pensar, pero no. Esta generación aleatoria de escenarios y características toma en cuenta una serie de mundos en los que se divide Cube World. Así, el usuario podrá enfocar su propia aventura viajando a su libre albedrío escogiendo entre zonas oceánicas, espacios volcánicos, ríos, cuevas, templos, castillos y todo tipo de propuestas muy atractivas y cambiantes entre ellas.
Viajando en Cube World
Los denominados landscapes o mundos del juego cuentan con propuestas como Snowland, una tierra donde predominan los espacios nevados, Deserts, en el que el clima seco y la arena lo domina todo, Jungles, donde la selva será la que marque el rumbo de nuestra aventura, o Oceans y Lava Lands, que no necesitan presentación. Lo bueno de este juego es que no solo es infinito, sino que siempre hay algo en proceso de desarrollo. En este sentido, además de las versiones para otras plataformas, el equipo también tiene en mente seguir creando espacios en los que jugar. Una tierra basada en los muertos, otra en la sabana o una "Tierra de setas" están ya en camino.
En lo gráfico todas ellas son perfectamente reconocibles y el juego se comporta como si de un conjunto montado con piezas de lego se tratase. Como hemos dicho toda la experiencia se basa en el voxel, lo que toca con un tinte muy gráfico y especial el título. Es destacable no solo el nivel conseguido en los diferentes modelos del juego sino también en el entorno, que recrea muy bien tanto las profundidades y los horizontes como los espacios cerrados. Mención aparte merecen los espacios semi-abiertos, como bosques o junglas, en las que entramos en espacios donde vemos el horizonte abierto a lo lejos pero nos encontramos en frondosas arboledas. Ahí se ha trabajado también bien las sensaciones que debe tener el jugador, y damos fe de que se ha conseguido ampliamente.
Y serán estos viajes los que nos descubran toda la fauna y posibilidades de Cube World. Andando, corriendo, nadando, escalando o navegando podremos avanzar para conocer nuevos rincones de un mapa que, os recordamos, no acaba nunca. Las cosas cambiarán, sí, pero el mundo seguirá siendo infinitamente explorable. De ahí que las misiones y las mazmorras sean de lo más variopintas. En ellas encontraremos desafíos que se renuevan día a día para brindarnos premios como nuevas armas, pociones o armaduras, además de monedas para conseguir todo ese tipo de elementos, indispensables para craftear y conseguir avanzar y mejorar a un personaje que tampoco tiene límites.
Haciendo infinito lo infinito
Muchos creeréis que estamos abusando de esta palabra pero el sentimiento del jugador es que esto nunca se acaba. Lo que hemos dicho para los ambientes y escenarios también puede extrapolarse perfectamente a nuestro personaje. Nos esperan muchas razas, muchas especializaciones dentro de estas y árboles de evolución que abruman por su profundidad. Por si ello fuera poco, Picroma, responsables del juego, ya piensan en añadir más clases y una serie de evoluciones más avanzadas que las actuales. La inexistencia de niveles, según el estudio, hace que el jugador no tenga nunca la sensación de haber acabado con el juego. Siempre hay algo que hacer en Cube World, y así quieren remarcarlo sus creadores.
Las cuatro clases actuales incluyen a guerreros, exploradores, magos o pícaros, aunque dentro de ellas y según la elección podremos evolucionar a guardianes, magos de agua o fuego, asesinos o incluso ninjas. Una mezcla rara que el jugador novato solo entenderá cuando avance en el juego. La idiosincrasia de este bebe de multitud de fuentes diferentes y lo que a algunos les recordará a Zelda a otros les trasladará a Diablo o World of Warcraft, juegos en los que según "Wollay" se basa este Cube World.
¿Creéis que hemos terminado aquí? Absolutamente no, todas estas clases se pueden desarrollar entre un bestiario de razas digno de la mejor novela de Tolkien. No han inventado nada pero han tenido a bien cruzar a humanos con elfos, goblins, hombres lagarto, orcos u hombres rana, entre muchos otros… y sí, lo habéis adivinado, también trabajan en nuevas razas. A todo ello se le suman las mascotas, que podremos utilizar como poderes en los combates que frecuentemente encontraremos para acabar enfrentándonos a los grandes jefes.
Un guiño a la historia
El tema de introducir a estos jefes finales, que también se cuentan por decenas en una lista que, obviamente, está también en desarrollo, es un claro guiño a este remix del que Picroma bebe desde 2011 para desarrollar todo el entorno jugable del juego. En cuanto al trabajo jugable aún faltan muchas cosas por decir aunque se presenta como algo donde el tiempo jugado ayuda muchísimo a memorizar y automatizar ese crafteo del que hablábamos para conseguir parar a trolls, golems, demonios y otros enemigos que muchas veces nos quitarán el juego. Si estos jefes finales nos llevan directamente a pensar en algunos títulos históricos de la industria, otros como la personalización introducen otro de los valores a destacar del juego. Casi todos los objetos que tendremos en la mano son personalizables, desde las armas a las armaduras y joyas pasando por la alquimia lo que incidirá directamente sobre nuestros movimientos.
Y si todo ello fuera poco, también podemos extrapolar todo ello en un multijugador que nos permite gozar del juego en formato LAN o en cooperativo. Los trabajos de Picroma se centran también en poder experimentar con un multijugador masivo con servidores especialmente pensados para ello.
Sorprendente propuesta
Desde que los jugadores empezaron a conocer las posibilidades de Cube World muchos se interesaron por sus progresos, y podemos decir que no fue en balde. Nos encontramos delante de un título que vuelve a demostrar que un desarrollo independiente no significa que no se puedan conseguir grandes retos. Desde este estudio formado por, únicamente, Wollay y su mujer Pixxie han creado un bestiario tan vasto como variado multiplicando las posibilidades a cada paso. Cube World se presenta como una propuesta rompedora y que seguramente enganchará a muchos en el futuro. Como hemos dicho, las opciones son infinitas y te esperan para hacer, totalmente, lo que quieras. Desde Vandal no le vamos a perder la pista para explicaros los próximos pasos de este título que tiende al infinito.