No hace falta que digamos la tremenda expansión que el género de la supervivencia ha vivido en los últimos años, y que todavía sigue viviendo. Curiosamente, la mayoría de ellos sigue todavía en desarrollo, gracias al programa de acceso anticipado de Steam, pero, en cualquier caso, los juegos de supervivencia siguen reproduciéndose a tal velocidad que dejan a las plagas a la altura del betún, y para no perderse en semejante marea, es necesario apostar por nuevas fórmulas que puedan destacar.
Hace poco os hablamos en nuestras impresiones de We Happy Few, otro juego de supervivencia que introducía una original propuesta dentro de la supervivencia. Ahora nos llega ARK: Survival Evolved, el juego de supervivencia de mundo abierto que todos hemos jugado mil y una veces, con una diferencia: dinosaurios. Lo que a priori puede parecer anecdótico, es sin duda un gran elemento diferenciador, ya que con el lanzamiento de la nueva película de Jurassic Park el amor por estos seres prehistóricos ha vuelto a dispararse.
Y vuelta a la supervivencia
Como podéis adivinar, en ARK: Survival Evolved controlamos a un hombre o una mujer que amanece desnudo en una isla llamada ARK, donde tendremos que cazar, buscar recursos, construirnos armas e intentar sobrevivir en un entorno donde los dinosaurios y los otros jugadores se perfilan como potenciales compañeros o enemigos. Los humanos tendrán a otros usuarios detrás, por lo que su comportamiento es impredecible; los dinosaurios, por su parte, son fieros por naturaleza, pero podemos conseguir domarlos para usarlos en nuestro beneficio.
No sólo hay dinosaurios, sino otras muchas criaturas –incluyendo dodos y demás animales extintos–, que suman unos 30 en este Acceso Anticipado, y que pretende superar los 70 en el lanzamiento final. Para domarlos, será necesario dejarlos inconscientes, y luego curarlos para ganarnos su confianza. Una vez en nuestra posesión, podemos equiparlo con mejoras que se adapten al tipo de criatura. Sobra decir que las más grandes servirán de medio de transporte también, por lo que, como suponéis, podemos montarnos en Pterodáctilos y volar o utilizar un Tiranosaurio Rex para salir de caza.
La adaptación al medio también es clave, y tendremos que comer, beber y refrescarnos regularmente, necesidades que variarán en función del clima. Las diferentes especies que nos rodean, humanas o no, no tendrán reparos en asaltarnos, por lo que, como viene siendo habitual en el género, hará falta también construirnos y proteger una base que nos mantenga a salvo tanto de los rivales como de las condiciones climáticas extremas. Ya sabéis, las mecánicas de supervivencias habituales en el género.
Quizás, lo más interesante de ARK: Survival Evolved –junto a los dinosaurios, claro– es la posibilidad de realizar sacrificios para invocar a criaturas mitológicas, las cuales se enfrentarán a nosotros en algunas de las batallas más difíciles de todo el juego. Éstas, por desgracia, no hemos podido probarlas, ya que van dirigidas a grupos avanzados de jugadores que hayan acumulado ya muchas, muchas horas de juego, pero los desarrolladores prometen que si ganamos conseguiremos algunos de los mejores objetos del juego.
Un increíble mundo creíble
ARK: Survival Evolved hace un trabajo notable a la hora de crear un mundo vivo, aun con sus problemas derivados de ser una versión en desarrollo. Nos gusta ver a los dinosaurios correr, a otros humanos crear pueblos y la sensación de estar perdidos en un sitio que muchas veces a recorrido nuestra imaginación. Tiene momentos absurdos (como tener que comenzar derribando árboles a puñetazos o lo sorprendentemente útiles que son los excrementos), pero la isla que habitamos satisface.
Visualmente, y gracias al Unreal Engine 4, ARK: Survival Evolved está muy, muy elaborado. Hay momentos que parece una secuencia prerrenderizada por ordenador; momentos que consiguen dejarnos con la boca abierta... y con nuestro ordenador en llamas. Ese PC con el que jugáis a 1080p y a 60 imágenes por segundo a The Witcher 3: Wild Hunt sudará sangre para mantenerse por encima de los 30 frames en la isla de ARK: Survival Evolved, con una optimización que es prácticamente nula.
Como os podéis imaginar, queda mucho por hacer, y lo que tenemos entre manos es de lo más prometedor –con unos modelados geniales para las criaturas, efectos de iluminación y climáticos de primera línea, y compatibilidad prometida con DirectX 12, entre otras–, pero os advertimos que es necesario un ordenador de gama alta para poder, siquiera, poder disfrutarlo medio en condiciones. Gráficamente ofrece multitud de opciones para configurar, pero disfrutarlo a la máxima calidad es gran parte de la experiencia.
Lo mismo de siempre, pero nuevo a la vez
Si os gustan los juegos de supervivencia, estáis de enhorabuena. ARK: Survival Evolved no sólo tiene todo lo que se le puede pedir a un juego del género, sino que encima llega con dinosaurios. Es cierto que tenemos la sensación de que nos vamos a hartar de dinosaurios en los próximos años, pero bueno, por el momento podemos ir disfrutándolos hasta que llegue el empacho.
Ahora mismo, es un juego bastante completo y divertido, con una gran comunidad –tanto es así que conectarse a los servidores oficiales oscila entre imposible y acto de fe– y un apartado visual muy bueno, aunque esto se convierte en un arma de doble filo. Salvo que tengáis un PC de gama alta, os recomendamos esperar a que el estudio responsable optimice el juego, ya que ahora mismo es difícil mantener una tasa de imágenes por segundo medianamente estable, y prácticamente imposible mantenerla alta. En cualquier caso, ARK: Survival Evolved, y si ha llamado vuestra atención, seguramente se merezca –antes o después– una oportunidad.