La entrega más esperada de la saga Dragon Quest, en exclusiva para los usuarios de la portátil de doble pantalla de Nintendo, está apunto de aterrizar en los hogares españoles (y europeos, en general). Sin duda, el nuevo capítulo de la vetusta serie se está haciendo esperar por estas tierras, ya que vio la luz en Japón en verano del año pasado, y aún deberemos de esperar, como mínimo, hasta el verano de este año que tenemos por delante para verlo aparecer en territorio occidental. No obstante, hemos podido probar la versión japonesa del juego y, sin duda, hemos constatado que, una vez más, la veterana saga de rol tiene aún mucho que decir dentro del género...
Aventuras celestiales con sabor añejo...
La introducción del juego es lo primero que nos sorprende... Gratamente, eso sí. La introducción que de la aventura nos hace la primera secuencia de animación nos pone la miel en los labios con el excelente diseño artístico a cargo del insigne Akira Toriyama. Eso sí, cabe reconocer que todo lo que toca este hombre lo convierte en algo muy parecido a Dragon Ball, cual Midas del manga japonés. Al ver la introducción del juego, nos parece estar viendo un trozo de un episodio de las aventuras de Son Goku y compañía, pero es el estilo del maestro Toriyama, sin duda. Además, todas las imágenes vienen acompañadas de la triunfal fanfarria de la saga, el conocidísimo tema de Dragon Quest, obra del maestro Koichi Sugiyama. Todo apunta a que vamos a encontrarnos frente a una obra con regustillo añejo. Por otra parte, el nombre de la gran saga que adorna el título nos hace esperar otra gran aventura de rol clásico japonés...
Ya vimos el excelente resultado de los capítulos cuarto y quinto de la saga en las dos reediciones que de los juegos originales se hicieron para la portátil de doble pantalla de Nintendo. Podíamos esperar algo muy parecido, dado que el espíritu de la serie se ha mantenido prácticamente inalterable desde la creación de la misma (allá por los años ochenta) hasta las últimas entregas de la saga principal, siendo el capítulo precedente uno de los buques insignia del rol japonés dentro del catálogo de la veterana PlayStation 2.
Pero desde el inicio de la partida encontraremos importantes diferencias con los capítulos precedentes de la saga. El primero de todos ellos es la posibilidad de crearnos nuestro propio personaje al inicio de la aventura, al contrario que en entregas anteriores, en las que los personajes venían predefinidos, con unos antecedentes históricos y un carácter predeterminado que influirían en los hechos dentro del juego. Aquí, el personaje lo crearemos desde cero, en todos los sentidos.
Podremos seleccionar el género de nuestro héroe (o heroína, según el caso), cosa que ya habíamos podido hacer en otros capítulos de la serie. Seguidamente, podremos elegir la estatura del personaje, así como las facciones de su rostro y su peinado entre diversas opciones, así como el color del pelo, los ojos y la piel del protagonista. Por último, se nos dará la opción de ponerle nombre, tras lo cual estaremos preparados para adentrarnos en la aventura de lleno.
Y la luz se hizo...
No tendremos ninguna opción a cuestionar la moralidad de los actos de nuestro personaje, ya que, como podremos ver al inicio de la aventura, somos ángeles. Ángeles ocultos a los ojos de los mortales, y ángeles guardianes, por lo visto, ya que nuestro primer objetivo será combatir contra unos enemigos que pretenden poner en peligro la vida de unos humildes lugareños...
Los enemigos con los que nos hemos encontrado en los primeros estadios del juego resultarán familiares a todos los que hayan jugado alguna vez a alguno de los títulos de la franquicia Dragon Quest. De nuevo, por ejemplo, harán acto de presencia los simpáticos limos, que más de un quebradero de cabeza nos dieron en anteriores entregas de la saga. De hecho, los primeros enemigos a los que nos enfrentaremos serán una especie de salchicha armada con una lanza y dos limos, quienes tampoco nos darán demasiados problemas, al menos en principio.
Los combates del juego vuelven a desarrollarse estrictamente por turnos, aunque en esta ocasión contaremos con una novedad estética: mientras en anteriores entregas veíamos a nuestros enemigos en primera persona, sin poder ver de nuestro protagonista y su equipo más que los datos correspondientes al perfil de cada personaje, en este nuevo título la cámara se irá desplazando por el terreno de combate según la acción que llevemos a cabo con los personajes implicados en la batalla. Todo el aspecto gráfico del juego, sin duda, ha recibido un mimo extremo, y los enfrentamientos contra los enemigos han sido, sin duda, una de las partes del juego que más han salido ganando con el cambio.
Tanto los combates como las escenas de narración han sido desarrolladas y animadas con un motor gráfico que lleva al máximo exponente las capacidades técnicas de la consola, al menos en lo que al manejo de las cell-shading se refiere. No es sólo que el modelado de personajes y escenarios sea de gran calidad, sino que el colorido y las texturas del juego sorprenden por su belleza, en algunos momentos pareciendo, incluso, estampas pintadas a mano en vez de imágenes digitalizadas y renderizadas para la ocasión.
Curiosamente, en los momentos de exploración y conversación con los personajes secundarios de la aventura, veremos una extraña combinación de las dos y las tres dimensiones: mientras los personajes secundarios de menor importancia vienen representados por modelos en dos dimensiones, los personajes principales de la aventura siguen el patrón de las animaciones del juego, con modelados en tridimensionales que vuelven a poner de manifiesto la calidad de las cell-shading en nuestra consola.
Un juego claramente enfocado a la experiencia multijugador
El hecho de que los personajes que creemos en el juego no vengan con un carácter demasiado marcado, así como el hecho de que podamos disfrutar de gran cantidad de opciones de personalización en lo que a armamento e inventariado se refiere (lo que, por supuesto, influirá directamente en las aptitudes y habilidades del personaje en cuestión), se entiende mejor en el momento que nos damos cuenta que el juego está pensado, sobre todo, para ser disfrutado en modo multijugador. Incomprensiblemente, no se ha pensado en incluir un modo en línea para poder jugar con usuarios de todo el mundo, pero podremos crear partidas locales de hasta cuatro jugadores simultáneos. De esta manera, cuando juguemos en la modalidad individual de juego, podremos echar mano de personajes secundarios manejados por la máquina para hacernos compañía en nuestras aventuras, mientras que si jugamos con otros usuarios de Nintendo DS, éstos se convertirán en nuestras comparsas.
La estructuración del juego en misiones de corta duración, que a su vez se enmarcan dentro de un argumento mucho más amplio, viene dada también por este importante componente multijugador. De esta manera, podremos reunirnos cuatro amigos y completar unas cuantas aventuras en grupo, sin problemas, y luego cada uno completar el resto de aventuras solito en su casa. De hecho, se nos permite completar cada aventura más de una vez, por lo que aunque hayamos llevado a buen puerto una de las misiones del juego, siempre podremos volver a ella para auxiliar a un compañero de armas necesitado.
Por último, cabe comentar que, aunque juguemos en el modo multijugador del título, podremos ir en grupo con nuestros compañeros de equipo o dedicarnos a explorar el ingente mundo del juego y combatir contra los adversarios que nos encontremos por nuestra cuenta. En caso de que decidamos enfrentarnos contra un adversario, el juego calculará la distancia que nos separa de nuestros compañeros de juego para ver cuáles de ellos pueden auxiliarnos en combate, en caso de que así lo queramos. Por otra parte, cuando entremos en combate nuestros compañeros de armas serán avisados, pudiendo elegir si venir en nuestra ayuda o no.
Recordemos que los combates aleatorios han desaparecido de esta nueva entrega de la saga. De hecho, veremos a los enemigos en el mapa, pudiendo elegir si queremos enfrentarnos a ellos o huir de su presencia. Hasta que no estemos muy cerca de nuestros adversarios, éstos no advertirán que estamos cerca, por lo que siempre contaremos con una ventaja considerable en este sentido.
Muchas diferencias, pero lo mismo de siempre, al fin y al cabo...
Pese a las diferencias estéticas notorias con otros capítulos de la saga (sobre todo los más antiguos, dos de los cuales ya han visto su propia reedición en la portátil de Nintendo, como antes comentábamos) y a las diferencias jugables con las que cuenta el juego, gracias a su importante componente multijugador (lo que lo acerca a otras propuestas del género en la portátil, como la saga Final Fantasy Chronicles) y a otros detalles menores, como la aparición de los enemigos en el mapa o las importantes opciones de personalización con las que cuenta nuestro personaje, nos encontramos ante un título de jugabilidad clásica, que hace honor al nombre de la saga que lo precede.
Este noveno y nuevo capítulo de la vetusta franquicia Dragon Quest disfruta de lo mejor de la saga, con todos los clichés que han hecho felices a tantos jugadores durante tantos lustros, aunque, eso sí, con lo mejor de la tecnología más actual, disfrutando de un apartado técnico soberbio y una jugabilidad que no queda a la zaga respecto a los títulos más actuales del catálogo. Aún tendremos que esperar algunos meses para poder disfrutar de uno de los títulos más esperados de este año en el género de rol dentro de la portátil de doble pantalla, pero la espera, sin duda, no será baldía...