No queremos olvidar en ningún momento el genial remake de The Legend of Zelda: Ocarina of Time que apareció en el mes de junio, pero han sido varias las ocasiones en las que hemos podido disfrutar de esta obra maestra a lo largo de los años, y es comprensible que su salto a las 3D sin gafas no fuera para muchos motivo suficiente como para hacerse con una nueva consola. Pero es tras el excelente Super Mario 3D Land, y ahora este soberbio Mario Kart 7, cuando los jugones ya se están quedando sin excusas para no hacerse con la nueva portátil de Nintendo.
Siempre que afrontamos un nuevo Mario Kart, las expectativas son muy altas, en una saga que en cada entrega cuenta con una calidad tremenda, y donde siempre la diversión está asegurada. Ya habíamos tenido algunos breves contactos con Mario Kart 7, desde la demostración del E3, y nos había dejado un genial sabor de boca. Pero ha sido ahora, tras jugar a una versión casi final durante varias horas, cuando hemos comprobado el juegazo que se avecina. Ahora entraremos en más detalles, pero nos parece uno de estos títulos que justifica la adquisición de una consola, una Mario Kart más en forma que nunca, que va a enamorar a los fans de la saga.
Con 32 circuitos -16 nuevos y 16 clásicos-, 16 personajes, 8 campeonatos, 4 modos de juego y el modo online más completo y complejo de la saga para hasta 8 jugadores simultáneos, tendremos juego para muchos meses, sino años, con una jugabilidad impecable y medida al milímetro. El multijugador local permitirá hasta 8 jugadores con una única tarjeta del juego, todo un logro, sobre todo tras comprobar su impecable aspecto gráfico. Una entrega jugablemente bastante continuista respecto a la versión de Nintendo DS, aunque arreglando muchos de sus trucos o trampas, y añadiendo pequeñas novedades que no modifican la experiencia base.
Si en algunos títulos de la saga se han intentado realizar innovaciones jugables, que muchas veces a los fans no les han acabado de convencer, aquí se incluye la posibilidad de conducir por tierra, mar y aire, pero estar tranquilos, esto no cambia el juego para nada, son pocas las veces que volamos o nos metemos debajo del agua, y cuando lo hacemos, se ha realizado con acierto y mucho tacto. El control es una delicia, simplemente perfecto, y se han pulido algunos detalles para equilibrar las partidas multijugador.
Por ejemplo se ha eliminado el snaking, esa técnica con la que los jugadores más hábiles iban enlazando mini-turbos tras derrapar. Se mantiene el impulso tras los derrapes, basta con mantener el botón de salto pulsado, y no hace falta pulsar de izquierda a derecha, pero ahora es bastante difícil realizar esa técnica en las rectas, y dependiendo de las ruedas que llevemos equipadas en el kart o del tipo de personaje, nos costará mucho más derrapar. Además el intentar derrapar sin sentido en ciertas zonas para poder optar a un mini-turbo se penaliza, perdiendo velocidad, y habrá que usarlo con más cabeza.
Hay una novedad muy curiosa y que se ha incluido con acierto, que es cuando vayamos a tomar una rampa o un desnivel, pulsar el botón de salto en el último momento, tomando un impulso extra que celebra nuestro personaje. Tenemos rebufo -incluso en el aire-, hay monedas por los circuitos, que cuando recogemos diez nos dan un poco de velocidad extra, y tenemos algunos nuevos ítems. Vuelven los clásicos como las tres setas turbo, los plátanos, la estrella, el caparazón teledirigido, pero hay nuevos como la cola Tanuki, con la que golpeamos a los enemigos más cercanos, o el siete, el que da título a esta entrega de la saga, un ítem muy complicado de conseguir pero que de hacerlo nos otorga el poder de siete ítems distintos a la vez, con devastadoras consecuencias.
La personalización de los karts es importantísima. Si ya cada personaje de los 16 cuenta con características propias (Mario, Luigi, Bowser, Yoshi, Donkey Kong, Peach, Toad, Wario, etcétera, y otros tantos que no podemos desvelar), después tenemos que configurar el kart. Elegimos la carrocería, que se van desbloqueando según ganamos campeonatos, la clase de ruedas, y el tipo de ala delta. Cada una de estas partes modifica las estadísticas del vehículo en tiempo real: velocidad, aceleración, peso, manejo y off-road. La diferencias son muy apreciables e importantes, tendremos que probar con distintas configuraciones y dar con la que estaremos más a gusto, aunque muchas veces dependerá del circuito donde corramos. Por ejemplo si elegimos un tipo de rueda más grande, estilo 4X4, nos costará mucho más derrapar, pero en cambio cuando salgamos del circuito y crucemos por zonas de tierra o barro, el coche apenas se frenará, lo contrario que unos neumáticos más deportivos.
Los circuitos como hemos dicho son 16 clásicos y 16 nuevos. Entre los primeros tenemos Luigi Raceway de N64, Bowser Castle 1 de GBA, Mushroom Gorge de Wii, Luigi's Mansion de NDS, Battle Course 1 de GBA, Big Donut de N64 o Palm Shore de NDS, estos tres últimos para los modos Balloon y Coin Battle. Pero lo que es una gran noticia, los nuevos circuitos son una pasada y tienen un diseño excelente, siendo innovadores y muy originales. Es aquí donde aparecen los momentos debajo del mar, o en los que volamos por el aire, y donde mejor se usa el 3D de la consola. Además del ya popular circuito creado por Retro Studios basado en Donkey Kong, hay uno que nos ha gustado mucho basado en la isla Wii Sports Resort, en el que no damos vueltas, ya que es tan largo que cuenta con varias secciones.
En los modos de juegos para un jugador tenemos Grand Prix, Time Trials, Balloon Battle y Coin Battle. El primero con las tres categorías-dificultades de siempre - 50cc, 100cc y 150cc- con ocho campeonatos cada una. Tendremos que ganar cada campeonato en cada categoría al menos tres o cuatro veces para desbloquear todos los extras –carrocerías, ruedas, personajes, etcétera-, y una vez superado al 100% todo el Grand Prix, desbloquearemos el modo espejo de todos los circuitos. En Time Trials correremos solos para realizar los mejores tiempos, pero con la gran novedad de que aprovecharemos el StreetPass y el SpotPass para descargarnos los mejores tiempos de jugadores de todo el mundo. Esto permitirá que a la hora de ponernos a conseguir un gran tiempo, podamos cargar hasta siete corredores fantasma, y ver cómo lo hacen los mejores.
Balloon Battle y Coin Battle no parece que cuenten con apenas novedades. Seis circuitos hemos visto de momento –tres nuevos y tres antiguos- y las mismas reglas de siempre. Podemos jugar por equipos o solos, y en el primero tenemos que conseguir puntos abatiendo enemigos, y si nos "pinchan" los tres globos que llevamos perderemos dos puntos, y el segundo modo es una batalla campal por conseguir el mayor número de monedas. Dos modalidades que alcanzan la máxima diversión a la hora de jugar junto a amigos, ya que como hemos comprobado, la inteligencia artificial de los competidores manejados por la máquina no es muy brillante.
60 imágenes por segundo sólidas como una roca, con unos gráficos sencillamente impecables, la posibilidad de controlarlo con los giroscopios de la consola, una vista muy curiosa desde el volante, servidores dedicados en el online, una genial y gran noticia, nuevos y completos elementos de comunidades online, con una especie de clanes, todo son buenas noticias en este Mario Kart. Ahora al contar cada Nintendo 3DS con un único código amigo, será más fácil que nunca agregar a nuestros conocidos, y desde el menú de la consola en el que vemos a qué están jugando los amigos, podremos unirnos a una partida de Mario Kart 7. El online en general promete muchísimo, con cientos de horas de diversión, y tenemos muchas ganas de probarlo en profundidad la semana que viene cuando estén ya los servidores llenos de jugadores.
Por poner alguna pega o comentar algún fallo, y no parecer demasiado "entregados", hay que comentar un problema con el efecto 3D. Como todos bien sabéis, cuando movemos un poco la consola y no mantenemos la vista en frente de la pantalla, el efecto se pierde, doblándose la imagen. Y no nos habíamos dado cuenta hasta ahora de lo habitual que es mover la consola, más o menos fuerte, al jugar a un Mario Kart. Al tomar las curvas y derrapar, al emocionarnos o cabrearnos después de ser golpeados por un rival, en esa última curva que nos puede hacer vencedores, un montón de momentos en los que, aunque sea un poco, movemos sin querer la consola, y perdemos la imagen 3D. Esto nos empujó a desactivarlo en más de una ocasión, y creemos que le ocurrirá a muchos jugadores. Además su uso no nos parece especialmente brillante, no al menos tanto como en Super Mario 3D Land, y son los nuevos circuitos, y sobre todo los momentos volando por el aire y cayendo hacia abajo, cuando más disfrutamos del efecto.
En definitiva, ya habrá tiempo para profundizar en más aspectos en el análisis del juego que publicaremos la semana que viene, pero con estas impresiones queríamos dejaros claro el juegazo que tenemos a la vuelta de la esquina. Si Ocarina of Time ya animó a muchos a hacerse con 3DS, y para otros Super Mario 3D Land fue el empujón definitivo, cuando probéis este genial y sobresaliente Mario Kart, disipareis cualquier tipo de duda. Una entrega en plena y absoluta forma, completísima en todos sus apartados y posibilidades, y aunque quizás sea mojarse mucho, y a falta de un completo análisis, es probablemente el mejor juego hasta la fecha de Nintendo 3DS.
