Delirium Studios es un desarrollador vasco que con cada nuevo juego que presenta consigue más reconocimiento. Tras títulos como Kinito Ninja y Kinito Music llegó Los Ríos de Alice (una deliciosa aventura gráfica con música de Vetusta Morla que nació en dispositivos móviles y acaba de llegar a Wii U), y ahora el estudio ultima su primer desarrollo para consola con Los Delirios de Von Sottendorff y su Mente Cuadriculada, que se podrá ver en Madrid Games Week.
Hemos jugado el primero de los ocho mundos de juego y las impresiones no podían ser mejores. Tiene una jugabilidad muy original y cuenta con todos los sellos de la casa: una música realmente impresionante, una historia que se aleja de los lugares comunes y un mimo exquisito por el detalle. Ha sido un trabajo en el que el estudio se ha dejado la piel y se nota en cada una de las habitaciones de la mansión Von Sottendorff.
El juego ya ganó en 2010 el festival de videojuegos independientes que se celebraba en Bilbao Hó Play (que este año se integra en el Fun & Serious Videogames Festival con el nombre AZ Play) con un prototipo que desvelaba su ADN.
Arturo Monedero, diseñador del juego, cuenta que el origen del juego está en que hace cuatro años tenían dos meses libres y decidieron elaborar un prototipo y vieron un puzle del tipo del 1 al 15, con casillas móviles y así surgió la jugabilidad básica, que consiste en ir cambiando de posición distintas habitaciones de una casa, como si se tratase un puzle, para que el personaje pueda ir avanzando.
Los actos de Von Sottendorf están guiados por la locura
Sobre esta premisa se pensó en qué tipo de juego hacer. "Queríamos hacer algo que fuera muy europeo", y el resultado fue un plataformas protagonizado por un aristócrata algo más que excéntrico. Los actos de Von Sottendorf están guiados por la locura, y todo se relaciona con la inmensa mansión en la que vive. No vamos a revelar nada de la historia, pero parece apasionante sin ser agresiva y con un toque blanco que encaja a la perfección en las consolas de Nintendo (los enemigos, al morir, estallan en una nube de confeti, por ejemplo).
Teniendo en cuenta que en Los Ríos de Alice una niña luchaba con sus miedos y en éste el protagonista se enfrenta a su propia locura parece lógico preguntar a Monedero por qué sus juegos se centran siempre en la mente y las emociones: "No gusta contar historias que no estén trilladas. En la mayoría de los juegos se trata de salvar a la princesa, y nosotros preferimos salvarnos a nosotros mismos", responde.
El desarrollo ha sido largo y duro, cuenta Monedero. Han participado unas 40 personas, lo que supone mucho para un estudio con cinco miembros fijos. El gran éxito de Los Ríos de Alice ha llevado a que en ocasiones el estudio trabajara en las dos producciones, por lo que Delirium ha tomado una decisión muy acertada al recurrir a otras empresas para las animaciones o para elaborar el código (labor que ha corrido a cargo de Abylight), lo que ha permitido al estudio centrarse en el diseño de Los Delirios de Von Sottendorff y su Mente Cuadriculada y en todos esos detalles que dan a sus juegos un aire distinto.
A la hora de probar el juego, se nota en seguida que es un desarrollo cuidado. Hay tres tipos de puzles: con tres habitaciones, cinco u ocho; en todos ellos hay además una casilla libre para poder desplazar las piezas. En cada nivel el barón debe llegar al final encontrando una pieza de puzle y la llave para abrir la puerta. Tienes que conectar las distintas habitaciones haciendo que coincidan las puertas para poder pasar de una a otra. En las fases que hemos jugado la sensación que transmite el juego es como abrirse un refresco en verano y sentir el burbujeo del primer trago en la boca.
Una corneta para que aparezcan plataformas invisibles
Esa es la clave del juego, pero luego hay interesantes complementos, como una corneta que lleva Von Sottendorf y que sirve para que aparezcan plataformas invisibles. En su camino, el aristócrata majareta va recogiendo recuerdos que sirven para conseguir extras como la música del juego, y recargas para la corneta, y se encuentra con algunos enemigos que puede esquivar o derrotar a base de saltar o toques de corneta.
Gráficamente el juego no es técnicamente de lo mejor que hemos visto en 3DS, pero sí tiene una gran personalidad. Von Sottendorf viste como un aristócrata con monóculo, chaleco y chaqué y va en ropa interior de cintura para abajo. Se mueve de una forma muy divertida, se rasca el trasero cuando está un rato parado... es todo un personaje.
Cuenta Monedero que llegó un momento del desarrollo en que veía que no avanzaba el proyecto como querían, que la casa no tenía vida, y eso en un juego en el que la casa tiene un gran papel es un problema. De pronto un día decidió que había que recurrir a un decorador de interiores. "Nos dijo cosas como que una alfombra no encajaba por el color con una habitación, cambió muebles, o que en algún rincón debería haber telarañas porque era una zona alta difícil de limpiar. Consiguió darle vida a la casa", narra Monedero.
Pocos estudios dedican tanta atención a detalles que parecen nimios pero que pueden marcar una diferencia. En la mansión de Von Sottendorf suena el piano si te subes sobre él, casi todos los objetos pequeños se mueven si chocas contra ellos, y cuando mueves una habitación retiembla la araña de cristal del techo y los objetos que no están sujetos.
Un micrófono holófono para dar sensación envolvente con los auriculares
Mención aparte merece la música, obra de Daniel Tejerina y con inspiración en del XVIII (quien se ha encargado de todas las bandas sonoras de Delirium menos la de Los Ríos de Alice y fuera de los videojuegos ha puesto la música a Cálico Electrónico). Es de las más bonitas que hemos oído últimamente sin ser pegadiza ni machacona. Tanto para algunos momentos de la música como para el doblaje se ha utilizado una técnica especial de grabación, utilizando un micrófono holófono. Si usas los auriculares para jugar podrás notar un efecto envolvente, como si los personajes se movieran a tu alrededor. Es una más de esos recursos raros que sólo utiliza Delirium.
En total hay ocho mundos, cada uno con cinco niveles. La duración que se ha calculado para el juego es muy variable, entre 10 y 20 horas, dependiendo de la capacidad del jugador para resolver los puzles.
El control, que podía haber sido farragoso, no sólo no lo es, sino que se aprende muy rápido: con L y R te acercas y alejas de la mansión. Cuando estás en la vista más alejada y ves todas las piezas del puzle vas moviendo cada habitación con el stick izquierdo o en la pantalla táctil, y con la cruceta puedes moverlo a la izquierda, derecha, arriba o abajo para ver todas las posibilidades, ya que no sólo te mueves en horizontal; en algunas habitaciones hay trampillas en el suelo y el techo.
No es un juego fácil, pero tampoco frustrante. Las fases que vimos, en el principio del juego, consiguen irte acostumbrando a una jugabilidad tan personal y diferente, y siempre te quedas con ganas de jugar una fase más.
La llegada a Wii U de Los Juegos de Alice en una versión extendida supone una excelente carta de presentación para Delirium, y este primer desarrollo realizado desde el principio para una consola ("cuando salió 3DS vimos claro desde el principio que aquí encajaba el juego" recuerda Monedero) tiene bastantes ingredientes para suponer su afianzamiento como uno de los estudios españoles con más carisma y valor del panorama actual. Ahora se presenta en Madrid Games Week bajo el amparo de Nintendo, y eso querrá decir algo.
Los Delirios de Von Sottendorff y su Mente Cuadriculada saldrá para Nintendo 3DS antes de Navidades, en principio sólo en descarga digital.