Análisis Party Animals, la fiesta más divertida y caótica para todos los públicos (Xbox Series X/S, Xbox One, PC)

El género party popularizado por la saga Mario Party ha visto un curioso resurgir en los últimos años con títulos como Fall Guys, que han expandido el género llevándolo a la competición a través de internet. Pero ¿y si no queremos competir contra decenas de rivales, y preferimos partidas más recogidas por equipos? Pues, muy probablemente, la respuesta es Party Animals, el nuevo juego desarrollado por Recreate Games.

La diversión como objetivo

Party Animals es un juego party centrado en el multijugador online (aunque hasta cuatro jugadores pueden jugar de manera local a pantalla partida), en el que, generalmente, tenemos que competir por ser el equipo que más puntos consiga o el último superviviente en una prueba.

Tras completar un sencillo tutorial que nos explica cómo realizar las básicas acciones a nuestra disposición, podemos saltar a medirnos contra jugadores de todo el mundo.

La clave de Party Animals es que es un juego sencillo y accesible para todo el mundo, aunque cuenta con cierta profundidad para hacer que la habilidad cuente. Las pruebas son muy sencillas de entender y la «dificultad» para por unos controles torpes e imprecisos a propósito. Por ejemplo, para coger un arma tenemos que alinear nuestro personaje para que los brazos estén paralelos al objeto, algo bastante complicado cuando los muñecos se tambalean por defecto. Y, lejos de ser frustrante, es en esta imprecisión donde reside la gracia del juego. Es relativamente fácil intentar darle una patada karateka en el aire un rival y salir despedidos del escenario, o intentar pegarle un puñetazo a un rival y acabar noqueando a uno de nuestros compañeros.

Esto, que puede sonar frustrante sobre el papel, es divertidísimo en la práctica, siempre y cuando juguemos para pasar un buen rato y no siendo ultracompetitivos. Por supuesto, es recomendadísimo jugar con amigos para evitar tener que perder el tiempo con gente aleatoria de internet que van a molestar, que no tocan el mando durante la partida, etcétera. Nosotros, jugando con un equipo de cuatro, nos lo hemos pasado increíblemente bien, tanto cuando jugábamos como un único equipo como cuando la prueba nos dividía en dos equipos de dos. También nos lo hemos pasado bien metiéndonos solos en partidas rápidas, pero no es lo mismo, como os podéis imaginar.

En la variedad está el gusto... y no hay demasiada

La idea, la base jugable y la ejecución de Party Animals nos ha gustado mucho, pero esto no sirve de nada sin mapas que las aprovechen. Sería injusto decir que los mapas no la aprovechan, pero sí que creemos que falta variedad. Ahora mismo, contamos con 20 niveles, que aunque «oficialmente» se dividen en «supervivencia», «por equipos» y «arcade», realmente se dividen en mapas en los que tienes que ser el último en caer, en el que tienes que marcar en algún tipo de deporte, y los que tienen idea propia. Puede parecer que nuestras categorías coinciden con las del juego, pero no es así.

Así, la mayoría de pruebas consisten en ser el último superviviente, con diferentes peligros a nuestro alrededor. Un puente que se cae, un avión que se va congelando, un submarino que se va hundiendo, tirando los rivales a las vías del tren... Luego, tenemos los deportivos, que básicamente implican llevar una pelota a la portería rival, ya sea imitando el fútbol, el fútbol americano, deportes ficticios con bolas de energía... Y, por último, tenemos los «originales», que van desde lanzar bombas en una catapulta al territorio rival a echar carbón a una locomotora para llegar a la meta antes que el rival, pasando por uno en el que tenemos que defender máquinas recreativas para que alguien de nuestro equipo consiga más puntos. Estos son los que echamos más de menos, y esperamos que en próximas actualizaciones recibamos más de este tipo.

Por último, también nos parece que las pruebas pueden hacerse demasiado largas. La mayoría de pruebas requiere ganar tres rondas o marcar seis tantos, y en el caso de las primeras, es posible tener que jugar hasta nueve rondas antes de que gane alguien. Creemos que Party Animals se beneficiaría de partidas más ágiles, aunque, como el resto de este texto, es algo muy personal.

Otros aspectos de Party Animals

Juegos de este tipo pueden permitirse el lujo de no preocuparse demasiado por lo audiovisual, pero Party Animals destaca en este apartado. Todo está cuidadísimo, con una fantástica dirección de arte y un aparta técnico que también acompaña. Se ve genial, con personajes modelados con mucho cariño y unas físicas que son clave para que la experiencia funcione como debe. Como nota, es un tanto extraño que teniendo tan poco texto no llegue en nuestro idioma, pero bueno, es bastante fácil entender cómo jugar.

También queremos comentar el tema de los micropagos, ya que, a diferencia de otros juegos de este estilo, es un título de pago. Cuesta 17,99€ en Xbox, donde lo hemos analizado, pero aparte es posible comprar una de las monedas virtuales que, obviamente, nos permite desbloquear ciertos atuendos en el juego. Si a esto le unimos la inclusión de una máquina «gacha», el resultado no es el ideal, pero sí que es cierto que es relativamente fácil desbloquear cosas simplemente jugando. Aquí va a depender un poco de cuánto os importa tener cierto atuendo, o desbloquear cierta apariencia, ya que, si lo que simplemente queréis es tener variedad para ir cambiando, no vais a tener problema con todo lo que vais a conseguir jugando con normalidad.

Una animalada de fiesta

Si buscáis un título con el que divertiros jugando con amigos, tenéis que probar Party Animals. Es un juego con el que nos hemos reído a carcajadas, gracias a su propuesta simple pero profunda, y muy, muy bien ejecutada. Creemos que se beneficiaría de mayor variedad en sus pruebas, pero estamos seguros de que, siendo un juego como servicio, el repertorio de mapas va a estar en constante expansión. Si tenéis Game Pass, os recomendamos, cuando menos, darle una oportunidad.

Hemos realizado este análisis en Xbox Series X gracias a un código de descarga proporcionado por Microsoft.