Análisis de Panzer Dragoon Orta (Xbox)

Varios años han tenido que pasar para poder volver a disfrutar de una nueva entrega de la saga Panzer Dragoon, que tantos éxitos cosechó en su etapa en la antigua Sega Saturn. Hasta el día de hoy, 2 "shooters" y un RPG conformaban este peculiar universo al cual se añade ahora este nuevo Panzer Dragoon Orta, que retoma el últimamente olvidado género de los shooters. Pocos títulos de este género son los que podemos encontrar en las llamadas consolas de nueva generación, pero es de esperar que con éxitos como este juego o el genial Ikaruga la moda de los matamarcianos resurja con fuerza.

Nada más proceder a disfrutar de Panzer Dragoon Orta descubrimos uno de los pocos fallos que tiene el juego, y es que tan solo permite guardar una partida, lo cual resulta un tanto ilógico si tenemos en cuenta las capacidades de almacenamiento de la Xbox gracias a su disco duro.

Tras este pequeño escollo comienza el juego con una bonita escena introductoria que nos presentará a Orta, muchacha encargada en esta ocasión de manejar al dragón protagonista del juego y de la cual se irán conociendo detalles según se desarrolla la historia.

Esta historia está enmarcada dentro del mundo en el que se desarrollaron los anteriores juegos de la saga y comienza con el rescate de Orta por uno de los Dragones Legendarios, que según cuentan las leyendas solo aparecen en momentos muy concretos de la historia.

En la primera fase de las 10 que forman la historia principal ya se puede apreciar el gran trabajo gráfico realizado por Smilebit, los creadores del juego, pero es a partir de la segunda pantalla donde se puede definir cómo es el aspecto gráfico del juego, para el cual solo se puede tener un calificativo y este es "bello". La belleza gráfica del juego se puede apreciar desde ese momento en cada diseño, en cada escenario, en prácticamente cualquier aspecto y principalmente en el increíble aspecto que muestran los enormes enemigos de intermedio o fin de fase. Pese a todo, en alguna pantalla los escenarios pueden resultar algo sosos y el hecho de que tan solo podemos controlar parcialmente al dragón ya que su recorrido está prefijado (aunque en algunos momentos se pueden optar por diferentes recorridos) resta espectacularidad a este apartado, pero es algo que queda compensado de sobra por el hecho de que el juego se desarrolla a 60 cuadros por segundo constantes y sin bajones, por muchos enemigos o explosiones que haya en pantalla. Es este sin duda un juego donde se puede apreciar todo el potencial gráfico del que dispone XBox, y por el espectáculo gráfico desplegado en algunas fases es de suponer que esta consola todavía tiene mucho que mostrar en cuanto a sus verdaderas posibilidades.

Quizás el aspecto más flojo del juego es el apartado sonoro, ya que aquí nos encontramos con una de cal y una de arena. Por una parte todos y cada uno de los efectos de sonido cumplen su cometido y destacan por su calidad, pero por otra parte nos encontramos con una pequeña gran decepción en el apartado musical ya que no está a la altura de anteriores entregas, en las cuales la banda sonora no podía definirse de otra forma que no fuera maravillosa. En esta ocasión la música acompaña y poco más. Composiciones correctas, que no llegan a emocionar, no llegan a tener ese punto de grandeza con el que las bandas sonoras consiguen meterte dentro de un juego. Un gran detalle es que todos los diálogos son hablados (y están subtitulados al castellano), y para la ocasión se ha creado un nuevo lenguaje denominado Panzerese, que puede llegar a sonar como una variante del japonés en algunos momentos. En mi opinión, si el apartado sonoro hubiera estado a la altura del gráfico, la inmersión del jugador en la historia y en el juego habría alcanzado cotas pocas veces vistas antes en algún titulo. Una pena.

Cambiando de tercio, uno de los grandes aciertos del juego es sin duda el control del dragón, similar a los anteriores Panzer Dragoon en cuanto a la posibilidad de tener acceso a cualquier enemigo que nos rodee gracias a que con los gatillos traseros podemos rotar la cámara para tener acceso a los 360 grados de visión. La innovación en esta entrega reside en que en cualquier momento podremos elegir entre cualquiera de las 3 transformaciones del dragón protagonista. Así, con la primera tendremos un dragón equilibrado en todos los aspectos, con posibilidad de acelerar y frenar para evitar obstáculos y la habilidad de marcar como objetivos un elevado número de enemigos simultáneamente para atacarlos a la vez. La segunda transformación del dragón es la más poderosa en cuanto a poder de ataque pero es menos ágil y tan solo puede marcar 3 objetivos a la vez. La tercera y última es la más hábil y, aunque no cuenta con la capacidad de marcar varios objetivos a la vez, su principal característica es que disparará automáticamente al objetivo más cercano, lo cual es especialmente útil para evitar ráfagas de misiles enemigos.
Además de esto, existen unos objetos que desprenden algunos enemigos con los que podremos subir de nivel el dragón que pilotemos en el momento de coger dicho objeto. El correcto uso de las diferentes transformaciones del dragón y la evolución de las mismas es extremadamente útil sobre todo en las posibles estrategias a emplear en los enfrentamientos con los imponentes enemigos de fin de fase.

Globalmente nos encontramos con un juego con una notable realización técnica y una jugabilidad muy cuidada, pero que descuida un aspecto fundamental como es la duración. La historia principal en nivel de dificultad normal es fácilmente superable en apenas 4 horas, lo cual se antoja insuficiente. Para solucionar esto se ha añadido una opción en el menú principal denominada Caja de Pandora, mediante la cual iremos desbloqueando progresivamente nuevas misiones con personajes aparecidos en la historia principal de Orta como protagonistas y muchos otros elementos que ayudarán a prolongar un poco más la vida del juego. Los diferentes elementos de la caja de Pandora se irán desbloqueando según se avance en la historia principal y se cumplan los objetivos de las misiones secundarias, aunque si se llega a jugar un total de 20 horas reales, la caja de Pandora se desbloqueará completamente sin ningún otro requerimiento.

Sin embargo, el elemento "desbloqueable" más atractivo es el Panzer Dragoon original de Sega Saturn. Al jugarlo se ve cómo pasan los años y cómo evoluciona la tecnología...

La sensación final al jugar a Panzer Dragoon Orta es de que nos encontramos ante un gran juego pero que podría haber dado mas de si en el caso de que fuera mas largo, aunque desde un punto de vista objetivo es un título perteneciente a un género que no destaque principalmente por la duración y la historia de sus títulos. Pese a todo, es, sin lugar a dudas, uno de los grandes títulos del catálogo de Xbox, y totalmente recomendable para aquellas personas que quieran descargar adrenalina sin andarse con rodeos.