Análisis de Ninja Gaiden (Xbox)
Tecmo nos ofrece un nuevo juego de referencia para Xbox y un serio rival para Capcom y su Devil May Cry.
Jose Miguel Rubio y Hector Lara ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
9.7
SONIDO
8.5
NOTA
9.4
DIVERSIÓN
9.5
JUGABILIDAD
9.3
Análisis de versión Xbox.
Ninja Gaiden vuelve tras una larga ausencia
Ryo Hayabusa ha vuelto
Una historia con un gran comienzo
El prólogo inicial narra la historia del Acero Maléfico del Dragón negro, una espada legendaria que se dice que se talló a partir de un colmillo de un Dragón Negro y que trajo la muerte y desolación hace miles de años. Esta espada estaba custodiada por el Linaje del Dragón, un clan malvado que aprovechaba el espíritu del Dragón Negro que yace en el interior de la espada para sembrar el caos. Según cuenta la leyenda, si la espada burlaba a su custodio, concentraría todo el mal y el odio de la humanidad y consumiría a quien la blandiese convirtiéndolo en la mismísima reencarnación del Diablo. Pero ese factor lo desconoce incluso el propio Linaje del Dragón... Sin embargo, la espada del Dragón custodiada también por el Linaje del Dragón fue utilizada por los antiguos guerreros para dar muerte a los Ancianos Dragones Negros. Esta espada ha ido heredándose de padres a hijos hasta el actual Clan Hayabusha, último escalón del Linaje del Dragón. Su heredero actual es Ryu Hayabusha...
Un día cualquiera Ryu sube al templo que custodia Murai, un maestro ninja de gran fuerza y buen amigo de la familia Hayabusha. Una vez tengamos un combate amistoso contra él aparecerá Ayane para advertir de que la Aldea Hayabusha ha sido atacada. Ryu baja raudo a salvar a los supervivientes, pero se encuentra con un pueblo totalmente arrasado por unas hordas de ninjas y demonios desconocidos. Lleno de furia Ryu se dirige hacia el Santuario Hayabusha donde encuentra en las puertas de la muerte a Kureha, una amiga suya de la infancia. Detrás de él aparece Doku, el señor de los demonios mayores. Ambos se enfrentan, Ryu lleno de odio emplea su espada del Dragón con toda su furia pero sucumbe ante el poder de Doku. Malherido, la espada del Dragón por su propia voluntad cura las heridas de Ryu y éste se prepara para ir al imperio de Vigoor en busca de venganza por sus familiares muertos.
El ninja más hábil de la historia
Ninja Gaiden sigue la estela creada por el genial Devil May Cry. Es imposible dejar de comentar las similitudes con este título; por un lado contamos con 2 botones de espadazo más otro de arma arrojadiza. Para empezar tenemos la espada del Dragón que custodia el clan Hayabusha y por otro lado tendremos los Shurikens, de ínfimo daño pero de gran velocidad, muy útiles para entretener o evitar ataques enemigos a media-larga distancia. Conforme vayamos avanzando en el juego encontraremos nuevas armas como la doble hoz Vigooriana, los Nunchakus, o el Dabilharo. Cabe destacar que cada arma posee unos parámetros muy diferenciados, así como la espada del Dragón tiene un ranking medio en todas sus estadísticas, los nunchakus tendrán una velocidad impresionante pero un daño ínfimo, un arma perfecta para combear a gusto siempre y cuando estemos seguros de que salgamos vivos de un encuentro contra varios enemigos poderosos. El Dabilharo, un mandoble similar al que usa Siegfried en Soul Blade/Calibur es lenta, pero su alcance y su potencia es brutal. También reseñamos que podemos subir de nivel las armas para que su daño sea mayor, para ello tendremos que dirigirnos a cualquier "punto de venta de Masamura" y pagar la cantidad que el anciano maestro te pida (de esto hablaremos más adelante). Para deshacerte de las interminables y fatigosas hordas de enemigos Ryu usa un sistema de combos ya visto en DMC, Castlevania u Onimusha. Los combos son muy sencillos de desarrollar y se nos da una larga lista de movimientos con cada arma. Cada combo puede contener de 2 a 10 golpes fácilmente aunque siempre podemos improvisar y crearnos combinaciones muy destructivas. Otra arma de suma importancia es el arco, con él podremos abatir a los enemigos de lejos como si fuera un rifle de franco-tirador con zoom y todo. Tal vez una pequeña mirilla hubiera facilitado a veces las cosas a la hora de un enfrentamiento dificil contra algun boss con el que tendremos que apuntar "a lo loco" en algunas ocasiones. Otra similitud con el DMC se basa en los puzzles, muy parecidos y de tipo "buscar item, colocar item" o "encontrar llave, abrir puerta, explorar, recoger item".
La habitual inferioridad numérica
La botica del abuelo
La magia
El primer atisbo gráfico de la próxima generación
Un servidor pese a que he tenido la suerte a estas alturas de ver (y jugar) todo tipo de despliegues gráficos en esta era 128 bits, empezando por Shenmue 2 en la ya extinta Dreamcast, GT3, MGS2 o DMC en PS2 hasta Metroid Prime, F-Zero GX en GameCube y por supuesto, Halo en Xbox… me atrevería a afirmar que Ninja Gaiden posee, en conjunto o globalmente el entorno 3D más perfecto, suave y alucinante que he visto (y con diferencia) hasta el momento en consola. Dicho de otro modo, es un auténtico lujo y placer comentar el apartado gráfico de este juego. Todo raya a un nivel sencillamente sublime. La enorme cantidad de polígonos en pantalla unido a unas texturas fotorrealistas y de una calidad tremenda contribuyen a crear escenarios con un grado de detalle, solidez y profundidad pocas veces visto. Visitaremos perplejos desde casas japonesas tradicionales hechas de madera rodeadas de inmensos bosques, montañas y riachuelos coloreados por la luz del atardecer otoñal, humildes aldeas o una compleja y serpenteante ciudad medieval pasando por un enorme zeppelín en plena noche de tormenta, oscuros conventos que desembocan en profundas catacumbas milenarias, cuevas y acueductos o instalaciones militares acorazadas al milímetro son sólo una muestra de la gran variedad de fases y decorados que atesora el título de Tecmo. De los efectos gráficos sobresalen algunos efectos de luces y partículas muy llamativos, como al realizar los Nimpos, los "litros" de sangre que salpican el decorado cuando damos buena cuenta de los enemigos y el sensacional efecto de agua conseguido, reflejos, distorsiones y transparencias incluido. Pero aquí no acaba la cosa. El modelado de todos los personajes del juego es increíble hasta el punto que podrían rivalizar con cualquier detallado personaje de un one vs one actual, hecho que además se ve acompañado por unas animaciones y fluidez (gracias al siempre indispensable motion capture y la bendita opción 60 Hz) impresionantes y muy realistas. Ryu Hayabusa se desplaza por la pantalla con una agilidad, rapidez y potencia sorprendente, lo mismo -para nuestra desgracia- que las múltiples hordas de enemigos que tiene el juego. Destacan por encima de todo los descomunales Final Bosses como esa especie de dragón fósil gigantesco que ocupa varios pisos de altura. Los 60 fps constantes, sabiendo que hablamos del Team Ninja con Itakagi al frente, se da por sabido a estas alturas.
Y como la perfección gráfica no existe (aún) podemos citar como defectillos gráficos menores algún que otro jaggie suelto por ahí y alguna pobre textura –normalmente de suelo- en algunas zonas, un Vsync (sincronización de refresco vertical) inexistente que se nota en algunas fases generando una imagen entrecortada y que hubiera sido deseable una mayor integración de nuestro ninja con el entorno quedando a veces como "recortado". Poca cosa realmente. Para rematar la faena, todo este inconmensurable despliegue gráfico va acompañado de secuencias CG’s intercaladas durante las fases. Algunas están renderizadas con el propio motor del juego haciendo que el tránsito de estas secuencias a las propias in-game sea verdaderamente inapreciable. La tremenda potencia bruta de Xbox ha conseguido que la afirmación "jugar a una intro" nunca haya tenido más significado. Sin duda uno de los hitos gráficos de la era 128 bits.
Unos efectos atronadores, una música envolvente
Tal vez este sea el mejor resumen para el apartado sonoro. Ninja Gaiden desde siempre ha destacado por tener una banda sonora trepidante, llena de melodías épico-orientales y una instrumentación ejemplar. En esta ocasión el Team Ninja nos obsequia con temas bastante variados, con unas melodías que van desde suaves piezas orientales a guitarreos rockeros, pasando por parajes bastante tranquilos y algunas melodías épicas. Hasta aquí muy bien, pero siguen con el mismo mal que adolecen muchas secuelas de juegos ochenteros: La falta de melodías pegadizas, esas melodías con las que fácilmente identificabas un juego como Shinobi, Streets Of Rage o Ghouls’n Ghosts. Esto hace que la fuerte personalidad que tenía Ninja Gaiden en este aspecto baje un poco dentro de las grandes esperanzas que todo fan de la saga tiene. No son malas músicas ni mucho menos, como dije anteriormente están muy bien compuestas, pero su destino aquí es simplemente ambientar, sin que haya ninguna melodía especialmente reseñable, típica que si la escuchas dices "¡anda! esto es del Ninja Gaiden". Ni siquiera se ha ofrecido ni un triste remix de algún tema antiguo, echando de menos sobre todo aquel mítico "Death to a Legend".
En el apartado de efectos de sonido se lleva un notable. Es de agradecer que el paso de las 8 a 128 bits traiga consigo estas mejoras ya que antiguamente los efectos de sonido siempre era el apartado menos cuidado en un juego. Aquí tenemos todo lo necesario para meternos dentro de la piel de Ryu Hayabusha, el sonido de las armas al cortar el viento, escuchar el impacto de los shurikens contra una amplia gama de superficies es simplemente perfecto, así como el sonido de los golpes, contundentes hasta decir basta; los disparos están muy bien recreados también, al igual que los ensordecedores gritos de los diversos tipos de demonios y soldados enemigos al caer abatidos por nuestro amplio arsenal de golpes.
Por otro lado el doblaje está en un correcto inglés (olvidaos del doblaje al castellano) resultando una interpretación normalita para una historia igual de normalita. Simplemente pasa el corte.
La cámara diabólica…
La cámara no será libre
¡No a los juegos fáciles!
El propio Tomonobu Itakagi comentó en una entrevista hace muy poco, con su habitual grandilocuencia, que Ninja Gaiden tiene esa dificultad desde el mismo nivel Normal (no existe nivel Fácil) totalmente a conciencia. Algunos han criticado esta ¿gran? dificultad de manera bastante contundente tachándola incluso de "defecto" del juego. Craso error y nada más lejos de la realidad. En una época en donde los juegos son claramente cada vez más fáciles y cortos, títulos como el primer Maximo (en el segundo disminuyeron sensiblemente su dificultad), Contra, Viewtiful Joe o el que nos ocupa reivindican un estilo, un planteamiento y en definitiva una forma de juego ya casi extinguida que requiere tardes enteras (y no sólo un par "horas" como es habitual últimamente) de habilidad, estrategia y paciencia para ir superando esa zona, esa plataforma atestada de enemigos o ese condenado Final Boss que parecía imposible pero que cuando retomas el juego al día siguiente, en frío y con las ideas claras, te pasas a la primera y sin un solo rasguño en tu barra de energía. Ninja Gaiden exige eso y más, mucho más… Ninja Gaiden exige mucho entrenamiento y practica, exige conocer de memoria los puntos débiles y patrones de ataque de cada enemigo, exige aprender a defender y atacar en el momento preciso y adecuado, exige dominar distintos estilos de combate en forma de combos y a emplear armas y magias en según que momentos (nada de aporrear los botones a lo loco), exige plantear estrategias concretas para cada Final Boss, exige saber racionar las pociones de vida y exige por encima de todo… emplearnos a fondo –si no queremos hacer el ridículo en el Ranking dispuesto en el Live!-. A decir verdad, más que una razón de excesiva dificultad, en este juego concreto se trata de enormes desequilibrios.
Sí, es cierto que se le puede echar en cara alguna descompensación en según que fases así como las descaradas "trampas" de la mayoría de enemigos quitándonos casi toda la barra en un santiamén sin venir a cuento pero es que todos estos detalles en conjunto, resulta que en vez de desanimar o frustrar en demasía al jugador, lo "pica" y lo lleva irremisiblemente a una adicción, en mi modesta opinión, antológica. La cámara además también ayuda lo suyo a complicar las cosas. Eso unido a las enormes 16 fases de las que consta el juego con su gran componente de exploración y dosificados puzzles hace que el tiempo total de juego la primera vez pueda rondar fácilmente las 25-30 horas. Sensacional. Nótese que más de una vez nos enfadaremos, más de una vez blasfemaremos y nos parecerá una tortura china pero ya dice el famoso dicho: "sarna con gusto no pica". Eso es lo que hace grande este regreso de Ryu Hayabusha. Y qué decir de los niveles Difícil y sobre todo Muy Difícil… que hacen del mítico Dante Must Die de DMC un simple juego de niños. A sufrir tocan… que ya iba siendo hora. Por cierto, más os vale abalanzaros como posesos cada vez que veáis un punto de grabar partida.
La nueva compra obligada de Xbox
Es obvio que Ninja Gaiden es desde ya mismo referente obligado cada vez que se hable del catálogo de la X. Es tan simple como decir que por derecho propio ha entrado en el podio de los tres mejores juegos de la máquina del mismo modo que el genial Devil May Cry hizo lo mismo en PS2 o Viewtiful Joe en GC. Sin duda este trío constituye el glorioso regreso de los clásicos arcades de toda la vida (readaptados a los nuevos tiempos) a primera línea de juego. Con la ya reciente confirmación de una secuela para la próxima generación, al futuro Ninja Gaiden 2 sólo se le puede pedir unos juegos de cámaras más pulidos y funcionales, un mayor equilibrio entre los ataques enemigos y nuestra barra de vida y… poco más, porque el resto del juego que nos ocupa raya la perfección.
Como triste punto final, hay que comentar la jugarreta que volvemos a sufrir los usuarios PaL –cuando no son los 60 Hz es otra cosa…- En este caso se trata de la patética censura impuesta en nuestro continente respecto a las decapitaciones de seres humanos para poder rebajar la calificación por edades hasta 16 años. Nada que afecte al desarrollo, jugabilidad o diversión del juego pero que no podemos dejar de reivindicar desde Vandal Online que aquí queremos los mismos juegos (no capados o en cinemascope) que en el resto del planeta. No creemos que sea mucho pedir, ¿verdad?.
Y ahora, un poco de historia de la saga...
Los primeros pasos del ninja
La historia de Ninja Gaiden es cuanto menos, curiosa. Programado inicialmente para máquina recreativa en 1988, Ninja Gaiden se nos presentaba como un típico beat´em-up callejero al más puro estilo Double Dragon, Dragon Ninja o Final Fight. Con un apartado gráfico bastante bueno para su época y con un número de movimientos superiores a sus competidores, NG nunca estuvo por encima de éstos debido a que su jugabilidad era bastante mediocre a pesar de permitir dos jugadores simultáneos y poseer una dificultad también más alta que la de Double Dragon o el título de Data East (pero no que Final Fight). Este juego fue convertido con más pena que gloria a Mega Drive, Atari Lynx así como las inevitables conversiones para los ordenadores de 8 y 16 bits de la época cortesía de Ocean. Apenas un año más tarde se lanzó lo que sería el primer capítulo de la saga más exitosa de Tecmo (junto a Dead Or Alive) para la NES con poco o nada que ver respecto a la recreativa original. NG en su versión NES nació como un clon de Castlevania tanto en manejo, estructura, plataformeo... y por supuesto, calidad general. Gracias al famoso "Tecmo Theater" se explicaba la historia de Ryu Hayabusha que recibe una carta de su padre Ken Hayabusha que ha muerto en un duelo. En la carta, Ken le pedía a Ryu (curiosos nombres) que viajase a América y hablase con un antiguo amigo suyo llamado Walter Smith. Este es el resumen de aquella mítica introducción en la que podíamos ver a Ken batiéndose en duelo singular a espada con un desconocido en un campo lleno de scroll parallax.
El juego como ya comentamos antes, tenía una mecánica semejante a Castlevania, es decir, recorrer un escenario de una punta a otra matando a todo píxel viviente hasta llegar al Boss de final de fase, el cual teníamos que matar siguiendo una sencilla (o no tan sencilla) rutina. Al final de cada fase se nos iba recompensando con más escenas cinemáticas de gran calidad -estamos hablando de de un juego de NES del año 1989- en las que se nos narraba el interesante argumento lleno de giros, acción y unos personajes repletos de carisma. No quisiéramos desvelaros más datos sobre el argumento puesto que merece la pena jugar a la trilogía que Tecmo ha introducido a modo de jugoso extra secreto en el juego que nos ocupa este análisis y que hará las delicias de los amantes de la saga. Técnicamente el juego era muy bueno, con unos escenarios bastante detallados y una banda sonora impecable. La dificultad también era bastante elevada pero con un poco de ganas se podría acabar perfectamente. El manejo era sencillo, rápido y directo, incluyéndose armas secundarias como los shurikens. Aquí Ryu ya podía encaramarse en muros e ir saltando entre ellos para llegar a zonas más altas e incluso el Nimpo de las bolas de fuego que te rodean en el Ninja Gaiden de Xbox hacía ya acto de presencia. Este título fue lanzado posteriormente para varias plataformas como Master System, Game Gear, PC-Engine y un remake para SNES (bastante inferior al original).
Un año después se presentaba la secuela también en NES. Esta nueva entrega seguía el argumento justo después del final del primer NG. El acabado técnico había sido mejorado notablemente, con más planos de scroll en algunas fases, una música bastante superior en calidad instrumental y una jugabilidad mejorada incluyendo nuevos items y la posibilidad de escalar paredes sin tener que saltar entre ellas. El argumento también se hizo más complejo e interesante presentando a nuevos personajes como el nuevo malvado de turno Ashtar, el enigmático Robert T.S., además de Irene, la novia de Ryu que conoció en el primer Ninja Gaiden. Este juego es junto a su precuela, Battletoads y Castlevania 3 algunos de los mejores juegos de la NES y le encantará a todo fan de la saga que se precie. Posteriormente Tecmo lanzó la tercera parte, bastante por debajo de las dos anteriores cuyo argumento es bastante decepcionante, lleno de agujeros, personajes sin gracia (aunque aún podemos contentarnos con la aparición de Irene) como el clon de Ryu Hayabusha o un pobre joven megalómano, en fin, una pena. Además el juego sufría unas ralentizaciones bastante gordas. La música no era nada del otro mundo y las escenas hechas con el Tecmo Theater perdían espectacularidad debido a la ausencia de escenarios.
Por último, comentar también que se creó otro Ninja Gaiden para la vetusta Game Boy llamado Shadow Warriors, un juego adictivo, pero falto de longitud, dificultad e historia; eso sí, con una banda sonora buenísima, de lo mejor de GB. Cabe destacar a modo de anécdota que aquí en Europa a ciertos títulos se les cambió el "Ninja Gaiden" por "Shadow Warriors" debido a que la palabra "Ninja" era malsonante para algunos países como Alemania, conocida por su extrema dureza en la censura videojueguil.Últimos análisis
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