Análisis de Need for Speed Underground (Xbox, GameCube)
Need for Speed, el buque insignia de EA dentro del género automovilístico, evoluciona e intenta cubrir una de las variantes que pedía a gritos ser explotada: el mundo del tuning.
Pedro Iglesias ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
9
SONIDO
9.5
NOTA
9.2
DIVERSIÓN
9
JUGABILIDAD
9
Análisis de versiones Xbox, GameCube.
De 3DO al tuning
Remontándonos en el tiempo, sin duda lo más llamativo es el sistema elegido para dar el pistoletazo de salida a la saga. Allá por el lejano 1994, en plena guerra por intentar establecer un mercado en la inaugurada generación de las 32 bits, nació de la mano de EA un sorprendente título llamado The Need for Speed, que automáticamente se convirtió, junto con Road Rash, en el principal referente de la consola que lo apadrinó, la flamante y cara 3DO. Dicho debut contaba entre sus alicientes con el principal distintivo de la saga: la posibilidad de conducir los últimos modelos deportivos por carreteras públicas (con su correspondiente tráfico). Dos años más tarde, EA se apresuró en convertir el primer NFS para Saturn y PlayStation, asegurándose con esto el reconocimiento por parte de un público metido de lleno en la batalla entre Sega y Sony.
Las secuelas no se hicieron esperar y en 1997 presenciamos el lanzamiento de su segunda parte. Ésta contaba con las previsibles actualizaciones en el catálogo de vehículos (destacando la aparición estelar del McLaren F1) y una mejora en el motor gráfico. Quizás el mayor problema de NFS 2 residió en la poca evolución que existía respecto a su antecesor, lo que dio pie a pensar en darle nuevos aires a la saga.
Dicho y hecho, sin duda alguna el punto de inflexión en Need For Speed lo supuso su tercera entrega. Con tan sólo contemplar la coletilla "Hot Pursuit" (expresión que viene a significar "pisando los talones" cuando hablamos de persecuciones) podíamos adivinar, como mínimo, un paso adelante que pretendía disipar cualquier miedo al estancamiento. Este NFS contaba con las actualizaciones de rigor, tanto gráficas como jugables, y con el principal añadido de la presencia policial, que daba significado completo al subtítulo del juego. Como suponéis, la misión de la policía en el juego era la de ponernos en situaciones de tensión donde debíamos huir a toda velocidad por circuitos con un diseño totalmente intencionado que aumentaba la espectacularidad de las carreras hasta límites insospechados. Para muchos, este NFS es de lejos el mejor de la saga.
La cuarta y quinta entrega aparecieron cuando PlayStation daba sus últimos coletazos. De la cuarta, bautizada como High Stakes, destacaba por encima de todo la complejidad gráfica que rivalizaba con los grandes del género y la presencia de coches tan elegantes y agresivos como el Mercedes SLK. Need for Speed: Porsche Unleashed, o el que hacía 5, se apuntó a la olvidada moda de homenajear una sola marca. En este caso Porsche fue la afortunada y con el juego pudimos disfrutar de un repaso a toda la historia de la multinacional alemana.
EA, lejos de quedarse atrás, también dio el salto de generación y no tardó en estrenarse en las 128 bits. Sin duda alguna no se equivocaron con la elección y decidieron hacer una secuela del aclamado Hot Pursuit. De sabor reciente para muchos de nosotros, este Need for Speed multiplataforma recuperó toda la emoción de las persecuciones policiales y desde luego sienta las bases de lo que hoy nos ofrece este nuevo Need for Speed Underground.
Emulando a Vin Diesel
Seguro que muchos, por afición o simplemente por influencia de películas como "The Fast and the Furious", han anhelado en sus consolas un juego donde poder dar rienda suelta a su creatividad de esta peculiar manera. Y es que, por extraño que parezca, el mundo del tuning puramente occidental no ha tenido representantes claros en sistemas domésticos, y quizás lo más cercano que hemos visto, por concepto más que nada, ha sido el gran Burnout 2 de Criterion.
Con Need for Speed Underground por fin vemos nuestros sueños cumplidos. Viviremos, desde la iniciación como novato en las carreras ilegales, todos los retos y esfuerzos necesarios para que nuestro utilitario se convierta en una mala bestia de 500 cv de potencia.
Nunca antes se había representado este oscuro mundo de manera tan fidedigna, así que preparaos para conocer de cerca el subidón de adrenalina que provoca conocer la utilidad del óxido nitroso en un coche.
La belleza de las carreras clandestinas
Gráficamente estaríamos ante uno de los juegos más preciosistas de PS2 si no fuese por la horrible conversión PAL que nos ha brindado EA. Pero bueno, empezaré hablando de este apartado centrándome en sus numerosas virtudes.
La presentación, una impecable intro en CG, nos introduce directamente en el mundo del tuning enseñándonos una escena (similar a la de cierta película) donde un coche va formándose pieza por pieza hasta convertirse en un bólido de color rosa bastante hortera, que tras trazar mil y una curvas, acaba sobrepasando un puente de un impresionante salto. Siguiendo con el primer contacto, lo más destacable son los menús de navegacion, que no desentonan en absoluto y recogen perfectamente todo el aire vanguardista del juego.
De lleno en una carrera, NFSU a primera vista impacta. Algo muy importante es que el principal reto que ha supuesto el hecho de que todas las carreras sean nocturnas se ha resuelto con suficiente soltura. Pero dejando para más adelante los escenarios, nos centraremos en los actores principales del juego.
Los coches cuentan con una gran carga poligonal y han sido adornados con reflejos acordes con los cientos de tipos de luces que sufren sobre sus capós. El modelado en sí es impecable, y si no llega a ser por la baja resolución usada para evitar bajones en el framerate, estaríamos ante los coches perfectos, título que por ahora lo ostentan joyas como Project Gotham Racing 2 o Gran Turismo 3. Las texturas que podemos aplicar sobre los coches en forma de capas de pintura (o vinilo como pone en el juego) adolecen de la misma baja resolución. De todas formas, al verlos a gran velocidad, los coches de NFSU cumplen perfectamente y sin duda nos entusiasmará ver con tanta claridad los cambios que vamos añadiendo progresivamente.
La gran virtud y posiblemente lo mejor del juego son los escenarios. Como dije más arriba, todas las carreras son nocturnas, algo que puede parecer algo negativo por tender a pensar en monotonía o poca visibilidad, pero no os asustéis: EA ha resuelto la papeleta perfectamente y ha elaborado unos escenarios alucinantes. El asfalto cuenta con un efecto de mojado muy real, donde se reflejan las farolas, chispazos y el resto de elementos de la carrera. Por otra parte, los edificios que dejaremos atrás son variados y tienen texturas decentes que no los hacen pobres ni repetitivos.
Algo que sin duda alguna enlaza perfectamente con escenarios y coches son los efectos gráficos. Los hay de todo tipo y son de esos que la consola de Sony sabe hacer perfectamente. Destacan entre muchos: los charcos y las chispas provocadas al rozar contra la valla de protección.
El motor es una versión mejorada de Hot Pursuit 2 y apenas hay bajones. Una muestra de esto se da en las carreras más complejas, donde llegaremos a ver a los 4 participantes más algún espontaneo del tráfico a la vez sin que el motor gráfico sufra ningún tipo de sobrecarga. La velocidad, obviamente tratándose de lo que se trata, es altísima, por lo que todo forma un conjunto satisfactorio que consigue dar todo el espectáculo requerido.
El resto de puntos a destacar en este apartado se resumen en las cutscenes a lo largo del modo principal del juego. Dichas cutscenes nos pondrán en la piel de un ambicioso novato que debuta en las carreras ilegales con su coche "de serie". Lo más curioso de estas escenas es el hecho de que todas ellas (aparte de estar realizadas tan bien como la intro) son en primera persona, con lo que se consigue con creces el efecto de inmersión. El diseño de los circuitos es bueno y al contrario de lo que pueda parecer no son nada repetitivos. Otro puntazo más es la secuencia de salida y llegada a meta, que pone en pantalla varios personajes (los animadores, gente de las apuestas, etc), todos realizados correctamente, destacando por encima de todos a la chica que da la orden de salida. Por último, los diseños de los secundarios que nos ayudarán o retarán durante el juego son agradables y modernos, así que nada que objetar.
Llegando a las cosas malas, hablaré de lo que he mencionado en la introducción. La conversión PAL respecto a la NTSC es bastante vergonzosa. Primeramente, no se ha respetado ni los 60 hz ni el Overscan, lo que significa que tenemos que sufrir una notable bajada de velocidad y un achatamiento de la pantalla bastante molesto. Un cero bien gordo para una EA que con sus últimos títulos está acostumbrando muy mal a los compradores europeos. De nuevo, la baja resolución es otra de las cosas mejorables, pero quizás por potencia los programadores prefirieron sacrificarla a costa de mermar la velocidad.
Un poco alejados de los defectos gráficos propiamente dichos cabe mencionar la no inclusión de deformaciones en los coches. O sea, accidentes habrá, muy espectaculares y desgraciadamente habituales, pero olvidaos de ver el morro de vuestro coche completamente destrozado. Una pena, la verdad, pero sea cual sea el motivo, es sólo un detalle que no empaña el conjunto.
Rugido del motor, nitro y hip-hop
Obviamente, tratándose de EA es prácticamente imposible encontrar un juego con un apartado sonoro discreto o incluso malo. NFSU no es una excepción, desde luego que no.
La música es la esperada, la típica y adecuada para un juego así. Durante la navegación por los menús degustaremos una gran variedad de canciones hiphoperas que nos relajarán e incluso inspirarán a la hora de entrar en el taller de reformas para nuestro coche. En carrera, grupos tan famosos y cañeros como Static-x conseguirán atraparnos por completo y hacernos olvidar que estamos en el salón de casa.
En resumen, la selección de canciones es acertadísima.
Los FX son tan buenos o mejores que la BSO y esta vez hay un claro porqué llamado THX, el conocido sistema de digitalización de sonido. Como muestra un botón, un botón que en NFSU son tantas cosas que llenaría un folio entero. El ruido del motor experimentará tantos cambios como nosotros queramos y por supuesto no sólo lo notaremos en el rendimiento del coche. Aparte de motores, roces, derrapes, choques y frenazos, los elementos externos como un tren que advierte su paso también han recibido un buen trato técnico y son plasmados a la perfección en el juego. La versión Xbox, al igual que la de la consola de Nintendo, no ha sido doblada al castellano.
Si queríais buena ambientación, el videoclip formado por el apartado técnico del juego es soberbio.
Tunea y conduce a la perfección
En cuestión de opciones NFSU es un caramelito muy apetecible.
Su principal atractivo como debéis saber a estas alturas es la opción de modificar el coche a tu gusto. Entre estas modificaciones se encuentran las típicas de motor, frenos, suspensiones y neumáticos relacionadas con el tuning más clásico (aumentadas con turbos y nitros de toda clase), y por otra parte las más "americanas", estéticas e inútiles como son las de llantas, faros, capós... sumadas a las de pegatinas, neones, tintado de lunas y las distintas capas de pintura/vinilo. Como veis, todo es modificable, por lo que en cuanto a variedad iréis bien servidos y el único impedimento posible será el de vuestrá imaginación. Tan sólo se echa de menos un "paint" donde poder dibujar nuestros propios logos.
No sorprende para nada que EA se haya hecho con licencias para todo, y por si lo dudábais, podréis modificar a vuestro gusto un Peugeot 206 con las últimas llantas momo. Este es sólo un ejemplo, porque entre las marcas disponibles nos encontramos con casi todos los coches que vemos a diario tuneados, como el Ford Focus o el Honda Civic, y las marcas de accesorios más reconocidas, como por ejemplo BBS. Todo un paraíso para el aficionado al tuning y a los coches en general.
Entre los modos de juego típicos de cualquier título del género destaca el denominado "Underground". Os explico. Empezáis eligiendo un coche entre unos cuantos, todos ellos salidos de fábrica, totalmente limpios. Conocéis a una chica que os adentra en el mundo de las carreras y listo, a ganar dinero para mejorar tu coche y poder ganar toda la reputación posible.
La gracia del modo Underground, aparte de tunear tu coche, está en la variedad de los retos, que si bien no se cuentan por docenas, sí son entretenidos, vibrantes y no caen en la monotonía. Entre los 111 desafíos que debemos completar para acabar el juego, nos tocará correr en distintos tipos de carreras. Éstas son:
La alternativa de la temporada
Concluyendo, Need for Speed Underground es el arcade de conducción del año. Tiene todo lo que han deseado durante años los amantes del tuning y sólo se echa de menos una mejora en la resolución y por supuesto una versión PAL más decente. Si queréis recuperar las sensaciones de frenetismo vividas con los Burnout o incluso con los Ridge Racer, este NFSU puede ser vuestro juego. Últimos análisis
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