Análisis de Half-Life 2 (Xbox)
El doctor Gordon Freeman es un hombre con muy mal pie, siempre en el momento inadecuado, en el lugar equivocado, y en esta ocasión tendrá que salvar el mundo una vez más. En la primera parte del legendario Half-Life, indudablemente uno de los juegos que más repercusión han tenido en la historia del videojuego –inmersión cinemática en un juego en primera persona, introducción de elementos de aventura, revolución en el modding, etc...-, teníamos que salvar a la humanidad de una invasión alienígena en las instalaciones de Black Mesa. Da igual lo bien que hayamos disparado en el primer Half-Life, la humanidad ha sucumbido a los alienígenas de Combine, y ahora está subyugada, dominada por un gobierno títere que, a base de propaganda y mentiras, intenta convertir a los supervivientes en un dócil rebaño integrado en un mundo Orwelliano donde cada movimiento es observado y, al que proteste, a la sala de torturas.
Pero Gordon Freeman tiene todavía algo que decir al respecto, y en esta segunda parte ya no combatiremos la invasión, sino que tendremos que proceder a la expulsión del enemigo alienígena, haciendo frente, además, a las tropas del terror encargadas de meter en cintura a la derrotada humanidad.
Comienza pues nuestra aventura en la ciudad 17, fuertemente vigilada por las fuerzas de seguridad, que se revolucionan completamente al encontrarse con este humilde doctor tan hábil con las armas, que acaba de llegar a la ciudad en tren. Viejos conocidos y nuevos personajes se dan cita en esta secuela, que mantiene las señas de identidad de Half-Life y todos los niveles de la versión PC sin recortes de tamaño.
Half-Life 2 es por lo tanto una buena conversión del original del PC, sin que se hayan producido sacrificios de contenido, aunque como es de esperar la calidad gráfica es inferior y, de vez en cuando, la máquina de Microsoft "no puede más" y no tiene más remedio que ralentizar la acción durante un buen rato. Son daños colaterales de una conversión sin pérdida de contenido, aunque menos justificable resulta la ausencia de la nueva versión de Counter-Strike, simplemente desaparecida en la versión Xbox que, como es de esperar, no tiene modo multijugador.
Aún así, Half-Life 2 resulta la misma emocionante e inmersiva aventura de un solo jugador que en versión PC. La acción nunca se interrumpe, únicamente para los tiempos de carga entre diferentes partes del mundo del juego, y absolutamente toda la historia se narra desde el punto de vista, en primera persona, de nuestro protagonista. Esto significa que en las secuencias cinemáticas tendremos libertad para movernos y de hecho tendremos que estar atentos a ver qué es lo que ocurre, lo cual otorga al juego una notable capacidad de inmersión, como decíamos antes.
Al comienzo de la aventura estaremos, prácticamente huyendo, primero indefensos y luego vagamente armados con una palanca y una pistola, mientras las tropas enemigas no paran de perseguirnos y de salir de todas partes, ingeniándoselas para ponernos en apuros. La inteligencia artificial del juego es, como es de esperar, excelente, y a los enemigos les faltará tiempo para atacarnos en grupo, huir cuando estén en apuros, o usar los objetos que tengan a su disposición para intentar acabar con nosotros, como por ejemplo barriles explosivos. Según avancemos y consigamos nuevas armas, seremos nosotros los que pondremos en problemas a los enemigos.
La interacción con el escenario ha mejorado notablemente, y de hecho como prácticamente se puede interactuar con todos los objetos, la exploración del escenario para saber por dónde seguir es muy interesante, ya que no se produce el clásico efecto "ese objeto tiene pinta de ser interactuable" de muchos juegos. De este modo, podremos destruir muchos de los objetos del escenario, empujarlos o cogerlos, y a veces para avanzar tendremos que tener cierta inventiva y, por ejemplo, coger una caja para que nos sirva de plataforma para alcanzar una superior sin que ello esté indicado de forma evidente por el diseño del juego. Este es un ejemplo de uno de los grandes logros de Half-Life 2, la creación de un mundo inmersivo con un diseño de niveles que, aunque lineal, resulta lo suficientemente bien disimulado para que no nos parezca una travesía del punto A al punto B con eventuales obstáculos.
Otro de los puntos fuertes de esta segunda parte, y que también se ha trasladado con fidelidad desde la versión PC, es el excelente sistema de físicas del juego. Podremos comprobarlo lanzando todo tipo de objetos, tanto grandes como pequeños pero, sobre todo, usando la pistola gravitatoria, una de las características más famosas de la versión PC que también está presente en la de Xbox. Con esta arma podremos tanto atraer como impulsar objetos, y esto nos permite tanto usarla en el combate –evitar que objetos que nos arrojen nos impacten, e incluso devolverlos a quien nos lo arrojó- como para otros usos. El problema del sistema de físicas es que a veces, como otros elementos del juego, le queda un poco grande a la consola Xbox, provocando ralentizaciones cuando hay muchos objetos –especialmente si son de cierto tamaño- implicados. Las explosiones siguen siendo tan repentinas y devastadoras como en la versión PC.
Otra de las novedades de Half-Life 2 respecto a la primera parte son los vehículos, que no utilizaremos en todo el juego sino en partes bien diferenciadas y limitadas de él. Como ya ocurría en la versión de PC, estos fragmentos del juego son probablemente los más aburridos, con una duración un tanto larga, y han sido traspasados de forma intacta a la versión Xbox. Como también ha ocurrido con los combates a gran escala en los que tomaremos parte, haciendo frente a gigantescos enemigos, a veces con aliados, que se comportarán según su propio albedrío sin estar directamente a nuestras órdenes. Esto hace que no tengamos que preocuparnos de dárselas y, tampoco, de que sobrevivan, recibiendo de vez en cuando nuevas "visitas" de humanos dispuestos a luchar contra los malvados aliens.
A nivel gráfico Half-Life 2 era espectacular en PC y lo sigue siendo en Xbox, cuya versión no ha sufrido recortes de contenidos aunque sí de calidad gráfica. Aún así constituye uno de los juegos más espectaculares a nivel visual que hemos podido ver en la máquina de Microsoft, con unos escenarios enormes y con gran cantidad de detalles, un sistema de físicas muy avanzado y que no tiene rival en la consola de Microsoft, y una expresividad y detalle en las animaciones faciales que tampoco tiene parangón en Xbox. El único defecto es, como hemos comentado en todo el análisis, una gran tendencia hacia las ralentizaciones especialmente en los momentos en los que ocurren muchas cosas en pantalla. Tan solo este detalle le baja nota a un apartado sobresaliente.
El sonido es excelente, con un magnífico doblaje al castellano en el que cada actor interpreta a la perfección cada papel, incluso con diferentes acentos, a veces cayendo en el exceso de estereotipos, pero sin duda uno de los mejores doblajes de videojuego en los últimos años. Los FX son también excelentes, mientras que la música ambienta perfectamente y cambia dinámicamente según el momento de la acción.
Half-Life 2 para Xbox es una muy buena conversión, completamente fiel al original, pero que se ve lastrada por dos puntos muy negativos. En primer lugar está la falta de estabilidad del motor gráfico, que sufre continuas ralentizaciones, aunque quizás para evitarlas tendría que haberse sacrificado algo del juego original de PC. El segundo punto negativo es menos justificable y consiste en la ausencia de un modo multijugador online (Counter-Strike), que habría hecho las delicias de los millones de jugadores de Xbox Live. Aún así, Half-Life 2 es uno de los últimos grandes juegos que verá la consola Xbox y, por su calidad y duración media (entre 10 y 15 horas), una compra muy recomendada para los usuarios de la consola.