Análisis de Breakdown (Xbox)
En primer lugar hay que aclarar que Breakdown no es exactamente un juego de acción en primera persona como generalmente se entiende este concepto. Sin duda puede considerarse un FPS con más toques de interacción de lo normal, sin embargo la forma de mostrarnos el mundo a través de nuestra perspectiva subjetiva es notablemente más compleja que la del FPS estándar. En primer lugar, porque los ataques con armas de fuego tienen tanto protagonismo como los de cuerpo a cuerpo, en segundo porque cada acción de Derrick (nuestro héroe) se recrea con más cantidad de detalles (coger objetos o recargar el arma tienen mucha mayor animación que en un FPS normal), y en tercero porque ocasionalmente el juego tomará "las riendas" y nosotros experimentaremos situaciones y escenas desde nuestra perspectiva en primera persona, pudiendo interactuar ligeramente moviendo la cabeza con el stick analógico que se usa para mirar y girar cuando somos "libres". Estos dos últimos puntos hacen al juego mucho más inmersivo, se deduce que la intención de Namco es hacernos sentir como si fuésemos el propio protagonista de la aventura introduciendo tal cantidad de detalles. Especialmente las escenas cinemáticas vistas en primera persona.
Aparte de eso, la historia tiene un peso notable y a medida que avancemos por la aventura iremos obteniendo nuevos poderes. Comenzamos, como suele ser habitual en algunos juegos, sufriendo amnesia. Esta es la excusa para que pasemos por un tutorial que nos familiarizará con los movimientos básicos del juego, para luego ver como el laboratorio en el que descansamos es invadido por soldados que, por suerte, son abatidos por nuestra desconocida amiga Alex, que nos guiará hasta fuera de la instalación mientras nosotros no entendemos nada. La historia se abre así poco a poco ante nosotros, enterándonos a medida que pasamos los niveles de qué es exactamente lo que ocurre y cómo es el mundo en el que estamos. Sin entrar en detalles, el mundo está amenazado por una raza de superhumanos con poderes especiales y nosotros deberemos salvarlo además de recuperar nuestra identidad.
El apuntado es asistido, haciendo que no sea tan necesario tener precisión usando el stick analógico derecho, aunque esto causa que nuestro personaje tenga cierto porcentaje de fallos a la hora de disparar a los enemigos. El uso de armas de fuego no será imprescindible, aunque sí importante a la hora de enfrentarnos a enemigos armados, que no se andarán con chiquitas a la hora de descargar todo su cargador en nosotros si intentamos acercarnos para boxear un poco con ellos.
El combate cuerpo a cuerpo es quizás lo más destacable en el aspecto jugable, más allá de la capacidad de inmersión de la primera persona, debido a que no existen demasiados juegos donde combatamos con puñetazos y patadas en primera persona (pasando por alto el "arma 1" de los FPS habituales). Combinaremos nuestros golpes usando los gatillos izquierdo y derecho (que controlan nuestras extremidades de la izquierda y la derecha), combinándolos con direcciones del stick analógico. Podremos enlazar los golpes en combos, algunos de los cuales pueden llegar a ser realmente contundentes. El bloqueo se realiza presionando el stick analógico izquierdo, y hay que decir que en ocasiones resulta complicado, dependiendo de la fisonomía de cada uno.
Por otra parte, aunque el combate en primera persona es novedoso, acaba haciendo monótono y adolece de un notable defecto: la ausencia de visión periférica. A la hora de disparar con un arma, la ausencia de ésta no es tan importante, pues siempre disparamos a cierta distancia. Sin embargo, a apenas medio metro de nuestros enemigos, nos "perdemos" todo lo que nos venga de los lados, haciendo que combatir cuerpo a cuerpo contra varios a la vez sea una misión imposible, teniendo que huir hacia atrás, volver hacia delante. El apartado jugable también se ve empañado por otro factor: una inteligencia artificial de los enemigos algo decepcionante, que no se rige por un factor de visión sino de proximidad. Da igual que un enemigo nos vea de frente, que no nos atacará a no ser que sobrepasemos el típico punto invisible puesto por los diseñadores del juego. A estas alturas se le exige mucho más a un juego de acción.
En definitiva, no estamos ante un juego de la calidad que se espera de Namco, pero tampoco ante una mediocridad. Se trata de un juego ciertamente original, aunque las ideas que lo hacen original no hayan sido explotadas hasta las últimas consecuencias, salvo quizás la de ver todo en primera persona, lo cual sí que es una novedad y sí que le da al juego un toque único. Su dificultad, aún en nivel normal, es bastante alta, pero el juego nos deja grabar la partida y reintentar cada porción cuantas veces queramos. Mejorando la IA, introduciendo más tipos de enemigos, mayor variedad de escenarios y mayor duración, Breakdown sería un juego de notable justo. Sin embargo, muy hondo tendría que excavar Namco para enderezar las raíces que le impiden convertirse en una compra muy recomendada.