Análisis de Plants vs. Zombies: Garden Warfare (Xbox One, PC, Xbox 360)

No es la primera vez que una saga de videojuegos cambia radicalmente de género, pero pocas veces este cambio de registro se realiza con acierto. Ahora la serie Plants vs Zombies de PopCap Games, que tanto entretenimiento nos ha dado con sus dos entregas en teléfonos móviles y tablets, abandona el género de la estrategia y los tower defense para dar el salto a la acción multijugador, y lo hace con sorprendente acierto, en un juego muy entretenido, simpático y alegre, totalmente alejado de los maestros del género como Battlefield y Call of Duty, que se toman tan en serio.

Plants vs. Zombies: Garden Warfare nos propone acción en tercera persona con batallas hasta para 24 jugadores, con un equipo de plantas enfrentándose a otro de zombis. Una jugabilidad muy sencilla y directa, con un arma principal y tres habilidades por cada clase de personaje, y mucho humor y diversión, en un juego muy bien hecho y equilibrado, en el que se fomenta constantemente la cooperación y el juego en equipo. Además de estas batallas de doce contra doce, también tenemos un modo horda cooperativo, para cuatro jugadores, en el que tendremos que sobrevivir oleadas de enemigos cada vez más complicados.

Al empezar el juego solo tenemos cuatro clases de personajes por cada bando. En el equipo de las plantas nos encontramos con el Lanzaguisantes, el personaje orientado al enfrentamiento directo, el ideal para dedicarse a correr y disparar. Como habilidades especiales cuenta con la Bomba de frijoles, una bomba que atrae la atención de los zombis y que explota pasados unos segundos, el Guisantrall, poder con el que nos anclamos al suelo y nos convertimos en una poderosa ametralladora a cambio de volvernos muy vulnerables, y el Híper, una habilidad que durante unos segundos nos permite correr muy rápido y saltar más alto.

El Girasol es el médico del equipo, encargado de curar y resucitar a sus compañeros, ideal para permanecer en la retaguardia gracias a sus ataques de larga distancia. Puede usar el Rayo de curación, que sana constantemente a un compañero si lo tenemos cerca, el Rayo solar, un haz de luz devastador que para usar nos obliga a permanecer anclados al suelo, y la Flor curativa, un objeto que funciona a modo de fuente de salud para todos los que estén a su alrededor.

La Planta carnívora utiliza tácticas de golpear y correr para acercarse y devorar a los zombis, ya que combate solo cuerpo a cuerpo, a bocados. Puede usar el Pringue, una sustancia viscosa que ralentiza dramáticamente el avance de los enemigos, Cavar, con lo que nos metemos debajo de la tierra y podemos sorprender a un zombi apareciendo por debajo y comiéndonoslo de un bocado, y podemos colocar las Pinchohierba, unas trampas en forma de enredaderas que atrapan a los enemigos y los dejan inmovilizados a nuestra merced.

Por último en el bando de las plantas tenemos el Cactus, el francotirador del equipo, el especialista a larga distancia que dispara agujas a gran velocidad. Puede colocar los Papapum, unas minas explosivas, las Barreras de Cáscara-rabias, que sirven como escudos y para bloquear el camino a los enemigos, y puede desplegar el Dron ajo, un robot volador que controlamos a distancia y que podemos mover por todo el escenario, disparando a los zombis desde el aire o incluso solicitar ataques de maíz devastadores.

En el lado de los zombis tenemos al Soldado, bueno a medio y largo alcance, gracias entre otras cosas a su Salto de cohete, que le permite llegar a lugares elevados que otros no pueden alcanzar. También tiene el ZPG, un poderoso ataque mediante cohetes, que tarda un par de segundos en desplegarse y que hay que calcular bien dónde va a golpear, y la Nube apestosa zombi, una nube de gas que ciega a las plantas y las hace daño.

El Ingeniero –que la verdad no tiene cara de ser muy inteligente- es bueno a corto y medio alcance gracias a su cemento explosivo, y a habilidades como el Martillo neumático, que le permite moverse a más velocidad y dañar a los enemigos si pasa por encima de ellos. Cuenta también con la Granda sónica, que aturde a las plantas cercanas dejándolas vulnerables e incluso obliga a las Plantas carnívoras a salir de la tierra, y el Dron zombot, un robot volador que ataca desde el cielo, de manera idéntica al Dron Ajo del Cactus.

El Científico lanza una munición de daño de impacto esparcido y de recarga rápida, y puede usar la Distorsión, modificando el espacio-tiempo para teletransportarse y evitar ataques, o colocarse en la espalda de sus enemigos. Puede desplegar la útil Estación de curación zombi, que emite una sustancia morada que cura a sus compañeros, además de poder lanzar unas peligrosas minas de proximidad llamadas Bola lapa explosiva.

El zombi All-Star es un enorme jugador de fútbol americano, que lanza balones como si se tratara de una ametralladora pesada. Puede desplegar Escudo de maniquíes, una barrera para protegernos de los ataques, el Pateo de zombidito, un pequeño zombi que lleva el cuerpo lleno de explosivos y que se lanza contra las plantas como un kamikaze, y podemos realizar el Placaje en carrera, un poderoso ataque que si coge a un enemigo por el camino le hace mucho daño y lo lanza por los aires.

Aunque pueden parecer pocas cuatro clases de personaje por equipo, además hay evoluciones de las clases básicas, cinco por personaje más la estándar, por lo que tenemos en total 48 clases de personajes. Estas clases avanzadas, además de un aspecto visual diferente, cuentan con las mismas habilidades que la básica, pero características propias, como más o menos velocidad, más daño con el arma, o incluso en algunos casos poder de congelación o de fuego. Para desbloquear las clases avanzadas lo tenemos que hacer mediante las pegatinas o cromos, en lo que juega el factor dedicación y suerte.

En las partidas no conseguimos puntos de experiencia, sino monedas, por todo lo que hacemos: bajas, daño, asistencias, curar y revivir a los compañeros, y un larguísimo etcétera. Con estas monedas podemos comprar sobres de pegatinas, que pueden contener artículos consumibles –las plantas que podemos colocar en las macetas a modo de torretas-, de personalización –gafas, gorros, barbas, tatuajes, adornos, etcétera-, mejoras de armas que podemos equipar, o piezas de personaje, ya que para desbloquear un nuevo tipo debemos obtener las cinco pegatinas que lo forman.

Hay sobres de pegatinas de cinco valores diferentes, y estos nos indican las probabilidades de encontrar pegatinas más o menos valiosas. Este factor suerte y de azar hace que haya que dedicar mucho tiempo para desbloquear todos los contenidos, y sin duda se nota que la estructura del juego está claramente pensada con los micropagos en mente, y aunque estos no están en el lanzamiento, ya han dejado caer que llegarán pronto. En cualquier caso a base de jugar se puede desbloquear todo, pero creemos que hay que dedicarle muchas horas para coleccionar todas las pegatinas.

Además tenemos una manera bastante original de subir de nivel con cada personaje, y es cumpliendo desafíos, algo que nos ha gustado bastante. Se desecha el clásico sistema de experiencia y nos piden objetivos concretos en cada personaje y nivel, como matar a un número de enemigos desde un lugar elevado, desplegar cierto número de veces determinada habilidad, revivir a compañeros, etcétera, siendo cada vez requisitos más complicados, y que van cambiando nuestra manera de jugar si es que queremos subir de nivel.

En el modo Multijugador tenemos cinco tipos de partidas. Felpudo, un combate por equipos de doce jugadores en el que gana el primero que consigue hacer 50 bajas, pero con la peculiaridad de que cada vez que reaparecemos lo hacemos con más puntos de salud, Derrotar por equipos, lo mismo que el anterior pero sin los aumentos de salud, Jardines y cementerios, un modo en el que los zombis tienen que atacar los jardines de las plantas y destruirlos, durante varias rondas en un mapa en el que vamos cambiando de posición, y Derrotar por equipos clásico y Jardines y cementerios clásicos, en los que no se pueden utilizar mejoras, personalizaciones ni personajes desbloqueados, solo las clases por defecto.

Los mapas aunque no son muchos –una decena para todos los modos de juego-, tienen un buen diseño, bastante acertado para escaramuzas entre 24 jugadores, y siempre estaremos metidos de lleno en la acción. Aunque son batallas bastante masivas, pronto descubriremos que la cooperación entre los distintos miembros del equipo es muy importante, con el médico curando y reviviendo, el ingeniero poniendo barreras, el personaje de larga distancia manteniendo a raya a los enemigos lejanos, y el más poderoso haciendo estragos con los que consiguen aproximarse demasiado. Las distintas clases se compenetran muy bien, y hay inteligentes decisiones de diseño, como que el revivir a un compañero le reste un punto al equipo contrario, lo que premia mucho esta acción, y no es raro ver a los jugadores reviviendo y echando una mano a sus compañeros constantemente, algo impensable en otros juegos.

El otro modo principal es Operaciones de jardín, en el que en solitario o junto a otros tres jugadores a través de internet, tenemos que defender un jardín de oleadas de zombis, vamos, el clásico modo horda. Hay cinco mapas disponibles, y podemos elegir entre varias opciones donde colocamos el jardín. Podemos elegir entre cuatro dificultades, y a lo largo de diez o doce rondas, tenemos que aguantar oleadas de enemigos cada vez más difíciles, incluso peligrosos y divertidos jefes finales. Para echarnos una mano a defender la base podemos plantar torretas en los distintos tiestos: Cañón de guisantes, Flor curativa, Repetidora, Guisantralladora, Pringueseta, Boca de dragón, Seta congeladas, etcétera, unas ayudas que gastan cada vez que las usamos, y que tenemos que obtener comprando sobres de pegatinas.

Cuando superamos la última oleada, tenemos que acudir al punto de escape, y esperar a que nos venga a recoger Dave el loco con su autocaravana voladora, unos instantes de la partida muy emocionantes, ya que nos asedian durante unos minutos incansables zombis, en un punto del escenario muy reducido. Además y solo en la versión de Xbox One, tenemos el modo a Pantalla partida, que prácticamente es idéntico a Operaciones de jardín, solo que jugando desde la misma consola y televisión, y con oleadas de zombis infinitas. Por último comentar que hay un curioso uso de Kinect y SmartGlass con el llamado Modo jefe.

En casi todos los modos de juegos, como el multijugador por equipos, podemos elegir una de las cuatro clases de personajes, o bien ser el Modo jefe, en el que vemos una vista aérea del escenario y echamos una mano al equipo, recogiendo soles o cerebros, que utilizamos para comprar ayudas en forma de ataques aéreos, salud o estaciones de avistamiento. Esta función se puede utilizar en un tablet o en la propia tele, moviendo la mano delante de Kinect, o lo que es más cómodo, con el mando. Una característica que no pasa de anécdota, pero que puede estar bien para que un jugador no habituado a los títulos de acción nos eche una mano y se entretenga.

Todo lo que hemos comentado suena y funciona muy bien, tanto la jugabilidad, bastante simple en comparación con otros shooters pero muy divertida, sólida y directa, como la progresión mediante un sistema desafíos para subir de nivel, y el desbloqueo de personajes y personalizaciones con sobres de pegatinas. El problema es que evidencia una clara falta de modos de juego, que hacen que su recorrido puede ser corto, y hacerse monótono y repetitivo demasiado pronto.

Por ejemplo se podría haber incluido perfectamente una especie de campaña cooperativa, tanto en el bando de las plantas como de los zombis, en la que fueras superando fases con diferentes desafíos además de las clásicas oleadas de enemigos, como los jefes finales que aparecen a veces. Y otro punto criticable, y sorprendente, es que es obligatoriamente online, en todos sus modos, y con esto queremos decir que hasta para jugar solos en el único modo que se puede, o junto a un amigo a pantalla partida, necesitamos estar conectador a internet, algo se entiende solo en base a que su estructura está más que pensada para albergar micropagos.

Visualmente también nos ha gustado mucho, utilizando el motor gráfico Frostbite 3, que ya hemos visto lucir muy bien en otros juegos de nueva generación como Battefield 4 y Need for Speed Rivals, ofrece un aspecto enormemente colorido y muy simpático, con buenas animaciones, un diseño cartoon muy acertado, y moviéndose a unas impecables 60 imágenes por segundos. Evidentemente ni es ni va a ser uno de los títulos más punteros de Xbox One, pero sí que demuestra lo que pueden dar de sí los videojuegos con aspecto de dibujos animados en los próximos años, que esperamos sean más habituales. Del sonido no podemos decir mucho, efectos y melodías acordes con el tono humorístico que intenta transmitir todo el juego, algo que consigue con creces, pero no hubiera estado de más una música más inspirada.

Un shooter único y diferente

Si quieres un juego de acción multijugador para todos los públicos, sin la violencia, el realismo y la complejidad de otros shooters, Plants vs. Zombies: Garden Warfare es una opción muy recomendable y realmente única. Un juego de acción lleno de buenas ideas, y que aunque ofrece pocos contenidos y modos, todo lo que propone lo hace muy bien, sólido y sin fisuras. Quizás con un poco más de ambición, incluyendo más modos de juego, podría haber llegado un poco más lejos, y aunque sale a un precio reducido, se queda a medio camino entre el clásico título descargable, y un juego de precio completo. En cualquier caso si os llama la atención su distendida y divertida propuesta, probadlo porque puede que os sorprenda.