Análisis Crackdown 3, alocada acción en mundo abierto (Xbox One, PC)
La historia de Crackdown es curiosa. Tres entregas, firmadas por tres estudios diferentes, pero con muchos otros equipos que han trabajado en ellas las sombras. El desarrollo de Crackdown 3, estamos seguros, ha tenido que ser un auténtico infierno para Microsoft. Originalmente concebido para aprovechar el poder de la nube de Xbox One, es muy posible que hubiese que desechar esta característica de la campaña para que pudiese jugarse offline cuando la consola abandonó el modelo siempre conectado con el que se anunció.
Videoanálisis
Para que os hagáis una idea de lo caótica que habrá sido su creación, originalmente se anunció su lanzamiento para 2016, y se ha ido retrasando poco a poco hasta ahora, 2019. Y no es que los desarrolladores hayan ido sobrados de tiempo.
El juego llega sin la opción de invitar a amigos en el multijugador competitivo, lo que nos da a entender que ha habido prisas. Pero contra viento y marea, Microsoft y Sumo Digital han demostrado su compromiso con la saga y han conseguido ofrecernos esta nueva entrega.
Acción, plataformas y muchas explosiones
Crackdown 3 es un juego de acción de mundo abierto que, como manda la saga, derrocha disparos, explosiones y todo tipo de vistosas situaciones. En esta entrega nos vamos a New Providence, donde varias organizaciones criminales y la maligna y gigantesca compañía TerraNova Worldwide llevan acabo sus cuestionables actividades. ¿Nuestro objetivo? Devolver la libertad a la isla.
Esta tercera entrega, protagonizada por Terry Crews, tiene una estructura relativamente similar a la primera. Tenemos que derrotar a una serie de jefes, y para ello necesitamos recopilar información sobre su paradero. Esto se consigue haciendo misiones que vamos desbloqueando poco a poco, pero cuya dificultad varía en función de cuándo decidamos enfrentarnos a ellas, algo que se indica en el juego en forma de porcentaje de éxito.
Es una idea interesante, ya que somos nosotros quienes decidimos si lanzarnos a por una misión a sabiendas de que va a ser bastante difícil, o si preferimos entretenernos con secundarias y coleccionables para subir de nivel antes de pasar a la acción. Esto, también es un arma de doble filo porque, incluso si no quieres distraerte con secundarias, va a llegar un punto en el que vas a tener que hacer cosas para subir de nivel sí o sí.
La buena noticia es que las secundarias y los coleccionables son muy ágiles, rápidos y relativamente fáciles de conseguir. Puedes desviarte de tu misión principal menos de un minuto y hacer un objetivo secundario por el camino, lo que fomenta la exploración y que estemos siempre probando estos desafíos. La mala noticia es que echamos de menos algo más de variedad, tanto en misiones primaras como en secundarias, ya que al final se acaba haciendo todo un poco repetitivo, a excepción de las peleas con los jefes.
Es una pena que Sumo Digital no haya sido capaz de ofrecer más variedad a lo largo de la aventura, porque las primeras horas son divertidísimas. En particular, nos han gustado mucho las pruebas de plataformeo, como las torres que tenemos que escalar o las carreras. Y no es que las otras pruebas estén mal, sino que se repiten constantemente y acaban perdiendo la gracia.
En cooperativo, al menos, se hace todo más ameno. Podemos jugar toda la campaña en cooperativo con un amigo, y cada uno de los jugadores puede mantener el progreso de manera independiente. Es decir, si quieres continuar tu campaña en solitario con un amigo en cooperativo, puedes hacerlo, y cada uno jugará con su progreso, permitiéndonos alternar entre ambas sin perder nada.
Tampoco nos ha convencido el sistema de agentes. Tenemos una buena cantidad de personajes entre los que elegir, pero lo único que varía entre ellos es la apariencia y la velocidad a la que mejoran nuestras estadísticas. No hay ningún cambio a nivel jugable, algo que nos ha resultado un poco decepcionante.
Colores, neones y destrucción
Jugablemente, Crackdown 3 es muy conservador. Los tiroteos mantienen el mismo sistema de apuntado automático que, aunque puede resultar chocante si no conoces la saga, tiene mucho sentido cuando lo juegas. Los combates nos irán incitando a apuntar a ciertas partes de los rivales, mientras le lanzamos cosas, esquivamos, recuperamos munición y atacamos a los objetivos.
También se mantiene el sistema de progresión basado en orbes. Muchos de ellos –generalmente los de agilidad– están repartidos por el escenario, algo que hace que nos encante perdernos para coleccionarlos, y otros se consiguen derrotando enemigos o conduciendo. Es un sistema de progresión que funciona genial y, sobre todo, muy palpable, dejándonos ver cómo cada vez somos más fuertes o más ágiles.
Lo más pobre en el apartado jugable es quizá la conducción. El manejo de los coches deja bastante que desear, y hace que las pruebas de conducción no sean todo lo divertidas que deberían. Hay coches, como el de la Agencia, que son divertidos de controlar, pero más por las habilidades del coche que por la conducción como tal. Al final, siempre preferimos desplazarnos por la ciudad saltando.
En lo técnico, Crackdown 3 también tiene sus altibajos. El juego se ve bastante bien, aunque el salto, quizás, no es el que nos esperábamos después de casi nueve años desde Crackdown 2. En cualquier caso, al menos en Xbox One X, nos ofrece una imagen muy nítida a 4K, con una gran distancia de dibujado, y un rendimiento muy estable a 30 imágenes por segundo.
Quizás donde más destaca es en su apartado artístico, con unos escenarios que mezclan rascacielos y barrios pobres, todo envuelto en luces de neón que le dan bastante personalidad. Además, por la noche y en HDR nos deja algunos momentos muy vistosos, gracias al contraste de sus coloridos carteles y la oscuridad de la noche. Por supuesto, no podemos olvidarnos de esos espectaculares momentos en los que todo empieza a explotar, marca de la saga.
Como nota final, indicar que a España nos llega en inglés, mientras que Latinoamérica tiene un muy buen doblaje disponible. Microsoft ha vuelto a olvidarse del mercado español, y ni siquiera nos da una opción de elegir el doblaje latino desde el menú, obligándonos a cambiar la región de la consola si queremos escucharlo.
Acción competitiva, la nube y destrucción
La mayor novedad de Crackdown 3 es la Zona de demolición, el multijugador competitivo en el que se usa el sistema de procesamiento remoto que solemos llamar "la nube". La idea es poder destruir el escenario por completo durante la batalla, lo que hace que el entorno cambie constantemente mientras jugamos. Lo cierto es que el concepto funciona, y aunque se queda muy lejos de lo que nos prometieron, sí hay momentos de destrucción masiva.
Desafortunadamente, en este momento la Zona de demolición es poco más que una prueba de concepto. No hay ningún tipo de sistema de progresión, sólo hay dos modos de juego, no hay apenas mapas disponibles… No hay apenas razones para volver. Hay una base genial aquí, pero necesita muchísimo trabajo para estar a la altura de un multijugador de 2019.
Buenas ideas, problemas de desarrollo y un resultado mejorable pero positivo
Sumo Digital ha hecho un buen trabajo a la hora de sacar adelante un proyecto complicado, por el que han pasado, que sepamos, Ruffian Games, Red Kite Games, Cloudgine y ReAgent Games, y el resultado es un juego muy divertido durante las primeras horas, que va perdiendo parte de su encanto según progresamos debido a lo repetitivo que se vuelve. Aun así, cuando funciona funciona muy bien, sobre todo jugando en cooperativo.
Es un título con buenas ideas, pero que apenas evoluciona una fórmula que ya tiene más de una década, y cuyo envoltorio tampoco hace mucho por disimularlo. La Zona de demolición acaba siendo una oportunidad desaprovechada, que apenas nos ofrece alicientes para seguir jugando. En cualquier caso, vais a encontrar unas cuentas horas de diversión en Crackdown 3, y si tenéis acceso a Game Pass, creemos que tenéis que darle una oportunidad.
Hemos realizado este análisis en Xbox One X con un código de descarga proporcionado por Microsoft.