Análisis Battletoads, uno de los regresos de 2020 (Xbox One, PC)
Hemos tenido que esperar la friolera de 26 años para poder volver a disfrutar de una nueva aventura de Rash, Zitz y Pimple, los carismáticos Battletoads creados por Rare que tantísimo nos hicieron sufrir y disfrutar en los años 90 con sus desafiantes y geniales juegos. Para alegría de muchos de los que crecimos repartiendo guantazos junto a ellos, ahora nuestros tres sapos favoritos regresan con una entrega completamente nueva para Xbox One y PC que ha sido desarrollada por Dlala Studios, marcando así un nuevo punto de partida para una serie que llevaba demasiado tiempo olvidada. Pero, ¿es este el juego que la saga necesitaba para recuperar su antigua gloria?
Las disparatadas aventuras de Rash, Ziztz y Pimple
Si hay algo que nos ha llamado la atención y nos ha pillado por sorpresa de este nuevo Battletoads es su decidida apuesta por el humor más loco y surrealista, presentándonos su historia casi como si de una disparatada película de animación se tratase en el que el guion va marcando las diferentes situaciones jugables que nos iremos encontrando. La buena noticia es que los diálogos, los chistes y los personajes funcionan de maravilla y son capaces de sacarnos una carcajada tras otra con sus ocurrencias, por no hablar de la cantidad de giros gratuitos que llega a pegar la historia para hacer de su desarrollo algo completamente impredecible.
No queremos dar muchos detalles sobre su trama para no arruinaros ninguna de sus sorpresas, así que solo vamos a decir que todo comienza con nuestro trío de héroes buscando una forma de volver a ser famosos después de que el mundo se olvidara de ellos tras estar 26 años encerrados en un búnker, lo que debería dejaros claro el tono que se gasta la aventura en todo momento. Y ojo a sus bromas, pues no dejan títere con cabeza, con numerosos guiños y críticas al mundo de los videojuegos, el cine e incluso a nuestra sociedad actual.
Mucho más que un beat 'em up
En lo puramente jugable tenemos un juego de acción muy variado que toca varios géneros distintos. La base principal es la de un beat 'em up clásico al más puro estilo "yo contra el barrio", aunque tampoco nos van a faltar fases de plataformas y puzles 2D, niveles a bordo de vehículos en los que tenemos que esquivar multitud de obstáculos, pantallas a modo de shoot'em up, jefes ni minijuegos de diversa índole.
El problema lo tenemos en que estas variantes no terminan de funcionar siempre igual de bien, con unos minijuegos extremadamente simples y poco gratificantes que aportan entre poco y nada y que pierden toda su razón de ser si no jugamos en cooperativo. Los niveles de plataformas y puzles tampoco nos han convencido y rompen demasiado el frenético ritmo por el que siempre se ha caracterizado la serie al cambiar las tortas por insípidos rompecabezas de mover cajas y activar interruptores.
Por suerte, todo lo demás está mucho mejor, especialmente las fases de beat 'em up. El sistema de combos es relativamente simple, pero resulta más que suficiente y nos permite desatar una buena cantidad de dolorosos y espectaculares golpes sobre nuestros rivales, ya sea en el suelo o en el aire. Además, podremos escupir chicle para inmovilizar enemigos, atraerlos con nuestra lengua, cargar ciertos ataques para romper sus defensas, esquivar y cambiar de personaje en mitad de un combo para alargarlo y hacerlo más variado.
Aquí no hay un sistema de progresión ni nada parecido que nos permita obtener nuevos movimientos o mejorar las estadísticas de nuestros héroes, así que las herramientas que tenemos al principio son las mismas que tendremos al final, al igual que en los clásicos. Algo que también ayuda a que estas fases resulten tan divertidas es el hecho de que siempre nos encontraremos con diferentes tipos de enemigos contra los que tendremos aprender a lidiar, obligándonos a priorizar blancos y a hacer uso de todo nuestro repertorio de movimientos. Otro detalle que nos ha gustado mucho de estos niveles es la cantidad de secretos que esconden, con pequeños puzles muy bien pensados y coleccionables genialmente ocultos que nos obligarán a prestar muchísima atención a nuestro entorno para encontrarlos.
Lamentablemente, el título tiene un equilibrio muy cuestionable de sus diferentes tipos de fases, ventilándose casi todas las de beat 'em up en el primer acto y dejándonos con una segunda mitad en la que no paran de repetirse ideas y géneros de forma consecutiva, restándole así muchísima frescura y encanto a su desarrollo. De hecho, nos resulta muy llamativo que el juego original de NES, con todas las limitaciones de la consola, tuviese más creatividad, variedad e inspiración a la hora de plantear situaciones jugables únicas y diseñar niveles que esta nueva entrega, cuya propuesta se acaba quedando a medias y palidece frente a los Battletoads de Rare.
Mejor en cooperativo
Otro aspecto que conviene señalar es que incluye cooperativo local para tres jugadores, la mejor forma de disfrutar de esta aventura. No en vano, hay ciertos minijuegos, fases y mecánicas que pierden casi toda su razón de ser y dificultad si las jugamos en solitario, dejándonos claro que esto es un juego para disfrutar en compañía y echarnos unas risas con nuestros amigos y familiares. Precisamente por ello no se entiende que no se haya incluido la opción de jugar online en pleno 2020, especialmente cuando hay un buen número de logros que requieren de tres jugadores.
Un estilo artístico diferente
Finalmente llegamos al que ha sido el apartado más polémico y controvertido desde que se presentase el juego por primera vez: su aspecto visual, ya que se ha apostado por una línea estética muy diferente a la original para hacerlo todo mucho más cartoon y exagerado, perdiéndose así el encanto "noventero" que tenían sus predecesores. Si bien los personajes siguen siendo reconocibles y este estilo se adapta bien al tono de la historia que nos quieren contar, no podemos negar que nos ha costado un poco hacernos a estos diseños, ya que creemos que la personalidad y la identidad visual de la saga se ha diluido al intentar hacerla más atractiva para las nuevas generaciones. Nos guste más o menos, tenemos que reconocerle unas buenas animaciones que hacen que los personajes sean enormemente expresivos (tanto héroes como enemigos) y unos escenarios que suelen estar muy trabajados y cuentan con multitud de detalles.
Por su parte, la banda sonora nos deja con una selección de temas muy cañeros y con muchos guitarreos que versionan de forma bastante acertada algunas de las composiciones más míticas de la saga, aunque hemos echado en falta una variedad y extensión un poco mayor en su repertorio. Los efectos cumplen sin grandes alardes y el doblaje nos llega en inglés con subtítulos en un español "neutro" repleto de errores que es incapaz de adaptar correctamente los fantásticos juegos de palabras y chistes que se hacen constantemente.
Conclusiones
Battletoads se queda lejos de ser ese retorno triunfal que tantísimos años llevamos esperando. La nueva aventura de nuestros batracios favoritos es divertida y entretenida, especialmente en cooperativo, pero le falta chispa, equilibra muy mal sus diferentes estilos de juego, tiene partes muy irregulares y la segunda mitad deja que desear, por no hablar de ciertas carencias como su falta de online. A pesar de todo, con amigos ofrece un buen divertimento capaz de sacarnos unas cuantas carcajadas con su alocado sentido del humor, así que si echabais de menos a Rash, Zitz y Pimple, por fin os podréis reencontrar con ellos. Eso sí, crucemos los dedos para no tener que aguardar otro cuarto de siglo para verles de vuelta.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Microsoft.