Análisis de Turning Point: Fall of Liberty (Xbox 360, PS3, PC)
Seremos directos y francos. Turning Point: Fall of Liberty, desarrollado por la empresa encargada de las adaptaciones a consola de Call of Duty, Spark Unlimited, nos ha traído un título flojo, muy flojo. Muchas veces una buena historia o un buen punto de partida no garantizan la correcta funcionalidad de un producto. Y creednos si decimos que estamos ante uno de esos casos. La idea de una invasión nazi a los Estados Unidos es algo que lleva rondando la imaginativa de diversos escritores y guionistas desde hace años. Cuando hablamos de un pasado ficticio, o de un tipo de hecho histórico pasado que cambia el curso de la historia hacia una nueva realidad, nos referimos a una ucronía. Turning Point: Fall of Liberty nos mete de lleno en una. Como hemos comentado, no es la primera vez que vemos algo parecido, pues diversos autores nos han traído historias muy parecidas. "El Hombre del Castillo" de Philip K. Dick nos plantea una situación similar.
La historia en Turning Point: Fall of Liberty brilla por su ausencia. Aunque en un primer momento nos veremos desbordados por la cantidad de sucesos y descontrol durante la primerísima media hora, conforme avancemos, nos veremos batallando sin motivos, realizando misiones por inercia y deseando que alguien nos explique cualquier cosa. Argumentalmente, estamos ante un título desaprovechado, pues siendo sinceros, la historia daba para mucho más. Muchísimo más. Para muestra, varios ejemplos. En un determinado momento de nuestro devenir por los Estados Unidos lucharemos en varios puntos de Nueva York.
Inmediatamente después, y tras una paupérrima secuencia de video pregrabada (otro de los aspectos que trataremos en el apartado gráfico y visual de este análisis) nos veremos en la capital, Washington, rodeados de soldados y personajes que no conocemos, pero que se comportan como camaradas. La historia nos llevará por varias ciudades del mundo (Nueva York y Washington en los Estados Unidos, y Londres en Europa) y nos propondrá luchas contra las tropas nazis, contra el gobierno impuesto por los mismos y contra científicos en laboratorios secretos. ¿Parece tentador? Pues tristemente, nada es como se pinta.
Este tipo de situaciones serán las habituales durante el desarrollo de Turning Point: Fall of Liberty. Momentos, situaciones o ideas que prometen en un principio, y que luego no cuajan o se quedan a medias. Líneas de guión repetitivas y vacías, momentos típicos... Una pena, pues el punto inicial era prometedor.
En los primeros compases de la aventura el apartado gráfico del juego llegó a asombrarnos. Miles de aviones sobrevolando el cielo de la ciudad que nunca duerme, decenas de zepelines con esvásticas, y una gran cantidad de paracaídas entre rascacielos. Conforme avanza el título, tendremos callejones, ruinas y construcciones en llamas, coches abandonados y un repertorio bastante decente de enemigos y aliados. Pero, una vez más, nada es lo que parece. Lo que en un principio parecía ser el inicio de un apartado gráfico muy competitivo, acaba resultando más propio de un juego de primera hornada. Elementos tan trabajados en títulos actuales como la iluminación, en Turning Point: Fall of Liberty dan verdadera lástima. Modelados demasiado sencillos, texturas simples y un problema en la tasa de fotogramas por segundo muy acusado.
Sí, como habéis leído. Turning Point: Fall of Liberty tiene unas bajadas de frecuencia de refresco flagrantes. Duras e imprevisibles. En entornos abiertos y cerrados, con pocos y muchos enemigos o aliados. Hay momentos donde los enemigos incluso parecen ir a cámara lenta, y donde ante la acumulación de disparos, no puedes responder con toda la seguridad y certeza con la que se debería. Es verdaderamente frustrante. Si el apartado gráfico fuera de primera línea, podríamos entenderlo, pero visto el resultado en global, nos hace pensar en el buen hacer de Spark Unlimeted con el Unreal Engine 3.
Turning Point: Fall Of Liberty, acusa sencillez y descuido a partes iguales. No os extrañará ver una y otra vez al mismo enemigo, o entrar en una sala con un contenido idéntico a la anterior. La desgana que han mostrado los desarrolladores en un aspecto tan fundamental como la ambientación hace que nos cuestionemos seriamente el tiempo o el trabajo tras el juego. O está verde, o aquí ha habido tijeretazo. Es imposible, o más bien muy difícil, que un título salga así al mercado. Siendo prácticos, hay momentos en el asalto a uno de los cuarteles generales nazis donde crees haber pasado por la misma sala más de una vez. Casi idéntica distribución y mobiliario. Mismos enemigos. Misma (y chapucera) iluminación. Por un momento, creíamos que estamos en 1995, jugando a cualquier juego en primera persona de la época. A estas alturas, es algo lamentable.
En aspectos artísticos, la cosa no es tan mala y la verdad, la paleta de colores, su utilización en los uniformes y armas (así como su recreación) no son nada desdeñables, pero la verdad, tampoco es un apartado donde Turning Point: Fall of Liberty destaque. De hecho, no lo hace en casi ninguno.
Es más, el control se ciñe a eso. Tras un escondido y escueto (se agradece) tutorial durante los dos primeros minutos de la invasión nazi a los Estados Unidos, os daréis cuenta de que Turning Point: Fall of Liberty trae de vuelta un control fácil y sencillo. Tan fácil y sencillo, como corto de posibilidades, pero accesible a la vez. No nos costará afrontar la acción y el desarrollo del juego, pues el sistema cumple. El problema viene cuando empiezas a notar esas constantes caídas en la tasa de fotogramas por segundo, o esas inagotables y repetitivas rutinas enemigas. Tristemente, y una vez más, nos vemos asediados por enemigos con inteligencia nula.
En los niveles de dificultad más bajos, los enemigos alemanes suelen ir en fila india y se ocultan de vez en cuando. Disparan a bocajarro y suelen acertar cuando te quedas mucho tiempo quieto. Demuestran su inteligencia cuando se ven en inferioridad, que se ponen a dar vueltas en círculos, intentando defenderse de nuestros ávidos y certeros disparos. A mayor nivel de dificultad, mayor es la frustración al no encontrarse con enemigos dignos de nuestra pericia. Una verdadera lástima.