Análisis de Test Drive Unlimited (Xbox 360, PS2, PSP)

Cuando se habla de esta nueva generación de videojuegos, lo primero que la gente espera son gráficos espectaculares, y no hay ninguna duda de que, por el momento, Xbox 360 los está ofreciendo. Sin embargo, por nueva generación también se entiende que los títulos, a nivel jugable, ofrezcan cambios y evoluciones que hagan uso de la mayor potencia de las nuevas máquinas. Test Drive Unlimited quizás no sea el juego de velocidad más espectacular del momento, no tanto como Project Gotham Racing 3 o el futuro Forza Motorsport, pero sin duda es el primero de éstos que se acerca a la idea de "nueva generación" en lo que a juegos de velocidad se refiere.

Como ya hicieron otros títulos anteriores, especialmente los juegos de tuning, Test Drive Unlimited prescinde de los circuitos para ubicarnos en un gran escenario de juego que está a nuestra disposición para todo tipo de carreras y desafíos, que van surgiendo a medida que avancemos en el juego y que son de creciente dificultad y longitud. Esto hace que las carreras sean muy numerosas y variadas, sin que se repitan los circuitos, y además que verdaderamente tengan lugar en un entorno real, no una especie de decorado adaptado al circuito en cuestión que hayan querido diseñar los creadores.

Pero es que además, la isla es enorme, y no está dividida en zonas separadas por tiempos de carga, ni por puentes sospechosamente largos para permitir que estos ocurran sin que el jugador se encuentre con una pantalla de espera. Es un escenario realista, bien hecho, coherente, donde tendremos cientos de kilómetros de carretera que recorrer y miles de hectáreas, tanto urbanas, como rurales o forestales, que recorrer. Además, Eden Studios ha logrado la forma perfecta de que tan enorme escenario no haga al jugador sentirse perdido, y evitar que para llegar a las carreras tengamos que andar y desandar camino. La integración de toda la isla en un GPS al que podremos acceder en cualquier momento –haciendo zoom atrás y delante de forma vistosa, al estilo del Spider-Man 2 de Activision-, y que nos orientará en nuestro periplo por la isla.

En el mapa GPS podremos marcar cualquier punto, y automáticamente el juego calculará una ruta que nos irá indicando cuando estemos conduciendo. Además, todo el camino que hayamos recorrido será registrado por el juego, de forma que cuando queramos ir rápidamente a un lugar de la isla podemos acceder a la pantalla GPS y seleccionar esa posición –o la carrera que hay en esa posición-, trasladándonos a ese punto, o a la carrera, de forma instantánea, pero siempre y cuando hayamos pasado antes por ahí. Ése es el término medio perfecto entre los sistemas de menús de acceso directo de unos juegos y los largos y aburridos recorridos por escenarios de otros; tendremos que pasar por todos los sitios al menos una vez, pero luego ya no será necesario.

Recorrer la paradisíaca isla es divertido, porque hay multitud de cosas que ver, y el juego no solo se reduce a carreras. Cierto es que la mayoría de desafíos a los que nos enfrentaremos son de ese tipo, pero también tendremos contrarrelojes, y retos en los que tendremos que pasar por una serie de controles de velocidad lo más rápido posible para superar una cierta marca con nuestra velocidad media, entre otras cosas. Pero aparte también tendremos a nuestra disposición retos y desafíos esporádicos, como llevar un coche de lujo de una parte a otra de la isla sin que éste sufra demasiados daños o, algo que recuerda a Outrun, pasear a supermodelos que vuelven de irse de tiendas sin chocar o hacer el cazurro, o de lo contrario nos sugerirán que relajemos un poco nuestra tensión. Otra opción que tenemos es retar a corredores manejados por la inteligencia artificial del juego que pasen por ahí, haciéndoles luces, y diseñando los recorridos usando el GPS.

La variedad de carreras es digna de mención, hay una gran cantidad, y a medida que avancemos por el juego, y recorramos un mayor número de millas, iremos ascendiendo de categoría –comenzamos como novatos-, y accediendo a nuevas carreras que el juego nos irá ofreciendo. Mientras que las primeras carreras del juego estarán centradas en la zona más urbana del juego, a medida que vayamos avanzando el área de juego se irá expandiendo, y las carreras nos alejarán más y más del área inicial. Por suerte, como contamos antes, tenemos el GPS para hacer las transiciones de forma prácticamente instantánea.

Pero un juego de coches no solo se basa en las carreras, por muy variadas o bien ambientadas que sean. Tiene que estar definido en un estilo de conducción, y ofrecer a los jugadores la suficiente variedad de bólidos para motivarles a seguir adelante. En este sentido Test Drive Unlimited vuelve a acertar. No se trata de un simulador ni de un arcade, estando en un término medio entre ambos que permite que el juego sea accesible pero que se tarde un rato en dominarlo. Por otra parte, la selección de coches es extensa y bastante refinada. Cuenta con modelos de gama alta de numerosas marcas, entre ellas Ferrari o Maserati, y además con una selección de coches clásicos entre las que se encuentran Lotus o Chevrolets antiguos. Por otra parte, también hay motocicletas, y el control de éstas es mucho más flojo que el de los coches, sin ser ninguno de los dos perfectos. Para comprar nuevos coches necesitaremos dinero, que naturalmente obtendremos ganando carreras. También pondremos alquilar algunos coches, pagando más o menos dependiendo del tiempo –en minutos- que queramos conducirlos. También podremos comprar nuevas ropas, y varias casas para guardar nuestra creciente colección de coches.

Otro aspecto importante en un juego de coches es el de la inteligencia artificial y los daños. En este sentido hay que indicar, en primer lugar, que la isla de Oahu cuenta con un cuerpo de policía interesado en que no se rompan las normas de tráfico. Aunque con los excesos de velocidad harán la vista gorda, con las colisiones no tanto, y si un policía nos ve colisionar se organizará una persecución. Ésta no será demasiado atosigante, únicamente algo molesta, y terminará en cuanto les hayamos perdido durante cerca de un minuto. A la persecución podrán unirse varios coches patrulla, y un pequeño radar nos indicará a qué distancia están y por qué lado se acercan. Aunque la policía cumple su función de impedir que se nos permita absolutamente todo, las persecuciones nunca llegan a ser un reto como en otros juegos más propicios a ellos como puede ser la saga Need for Speed.

En cuanto a la inteligencia artificial de los rivales controlados por la máquina, estos se ciñen por norma general a una ruta previamente trazada, con cierto margen de maniobra para cometer errores, pero distan de tener ese ansia por la victoria con la que sí cuentan los rivales que nos encontramos en otros juegos del género. Finalmente, los daños en los coches son inexistentes para los competidores y nosotros –sí para el abundante tráfico rodado de la isla-, y no afectarán al rendimiento. Esto es una lástima ya que hace que nuestra conducción solamente se vea penalizada por la pérdida de unos segundos al chocar, los que necesitaremos para recuperar nuestra velocidad, y no con una pérdida de rendimiento, ni con daños que se puedan apreciar visualmente.

Aparte de una gran variedad de pruebas, Test Drive Unlimited tiene el modo online muy bien integrado en el modo para un solo jugador. Como otros juegos como Moto GP, el juego se conectará automáticamente a Xbox Live, y el multijugador se integrará a la perfección en nuestro periplo por la isla. En cualquiera de nuestras casas podremos poner a la venta un coche en el mercado online, y recorriendo el mundo del juego podremos participar en desafíos online que otros jugadores hayan diseñado, o bien diseñar nuestros propios retos. También podremos simplemente retarlos haciéndoles luces, diseñando una ruta, como ya contamos antes en el caso de la inteligencia artificial. El modo online está, como decíamos, muy bien integrado, aunque limitado (no es un juego masivo online, el número de jugadores por isla virtual es mucho menor, y no hay apenas interacción), y es algo de lo que otros diseñadores de juegos del mismo estilo deberían tomar nota.

A nivel gráfico Test Drive Unlimited es sólido, con un buen modelado de los coches –aunque no excelente- y un sobresaliente trabajo en el diseño de los escenarios y los entornos que veremos en el juego, especialmente desde el punto de vista técnico, al modelar toda una isla para nuestras carreras y hacer que el juego no se resienta al mover los enormes escenarios. Es notable en todo el apartado pero quizás lo más flojo sean los efectos especiales, demasiado genéricos, con una iluminación y unos efectos de humo que parecen de la anterior generación.

El apartado sonoro del juego cuenta, sorprendentemente, con un doblaje al castellano de las indicaciones GPS, las conversaciones con los personajes del juego y la radio de la policía, que se agradece mucho. También cuenta con unos muy buenos efectos de sonido, naturalmente diferentes para cada coche, y con una banda sonora bastante variada –las emisoras de radio de la isla-, que va desde la música clásica, con temas como la Flauta Mágica de Mozart o la Cabalgata de las Valkirias de Wagner, hasta el rock contemporáneo, con Queens of the Stone Age.

Test Drive Unlimited es un muy buen juego de velocidad que verdaderamente llega hasta la "nueva generación" en lo que al apartado jugable se refiere. La integración de las carreras en la inmensa isla, así como la mezcla entre el modo para un solo jugador y el multijugador, es sobresaliente, aunque quizás le podrían haber sacado algo más partido a estas opciones online, con más tipos de carreras. También el modo para un solo jugador, aunque muy completo, podría haber tenido algo más de chicha, con más opciones para modificar coches, o más tipos de carrera, o incluso una historia que le quite el aire "genérico" a todos los eventos que ocurren en el juego. Con un apartado técnico y gráfico notable, y muchas horas de diversión por delante, Test Drive Unlimited es un juego muy recomendable para los usuarios de Xbox 360.