Análisis de Spelunky XBLA (Xbox 360)
Para los que amamos los juegos de plataformas, en especial los que son en dos dimensiones, las plataformas de descarga digital como Xbox Live, PlayStation Network y Steam han sido nuestra tabla de salvación, ofreciéndonos excelentes propuestas, casi todas indie, en los últimos años. Spelunky, a simple vista, parece un plataformas 2D más, pero basta con jugar unos minutos para sorprenderse con su única y desafiante mecánica.
Spelunky está basado en un juego independiente del mismo nombre que apareció en el 2008 para PC, desarrollado por Derek Yu y Andy Hull, y que todavía se puede descargar gratuitamente desde su página oficial. Los creadores del original repiten en esta versión para Xbox Live en la que cambia la estética, pasamos de un estilo retro 8 bits a algo más depurado y bonito en alta definición, y se ha incluido un modo multijugador local para cuatro jugadores, entre otras mejoras.
Elegimos aventurero, superamos su sencillo tutorial, y ya estamos preparados para sumergirnos en sus minas y cavernas llenas de tesoros y muchos, muchos peligros. Su jugabilidad es súper sencilla, precisa y cómoda, y con un botón para saltar y otro para correr podremos salvar enormes abismos y situarnos en la plataforma que más nos convenga en cada momento sin mayores dificultades, ya que además nuestro personaje se agarra a los salientes. Para hacer frente a los múltiples enemigos podremos saltar sobre su cabeza –no en todos los casos-, o usar nuestro látigo, el arma que siempre nos acompaña.
También contamos con las imprescindibles bombas, que podemos lanzar a larga distancia o dejar en el suelo, son limitadas y destruyen las paredes y barreras de los escenarios así como a los enemigos –y a nosotros mismo, hay que tener cuidado-, y las cuerdas, una herramienta imprescindible para llegar a lugares altos. Los escenarios se recorren de arriba abajo y nuestro objetivo es siempre dar con la salida, que se encuentra en la parte inferior. Suena sencillo, y lo es en teoría, pero entran otros muchos factores en juego que complican las cosas hasta el infinito.
No solo nos enfrentamos a todo tipo de monstruos como serpientes, murciélagos, arañas, esqueletos, trogloditas, ranas, pirañas, plantas carnívoras, monos y un largo etcétera, sino que además tenemos que tener mucho cuidado con las trampas como los pinchos o las nos lanzan flechas cuando nos cruzamos en su línea de visión. Para sortearlas basta con coger y lanzar algún elemento del escenario y que se activen, como ratones o piedras, ya que aquí entra en juego otra de las claves de la jugabilidad: podemos coger multitud de objetos y lanzarlos, ya sean inanimados como rocas y flechas, o incluso enemigos aturdidos y personas.
Hasta aquí todo normal, y suena a un plataformas en dos dimensiones más, pero
Cada mundo cuenta con cuatro fases (1-1, 1-2, 1-3, 1-4) y si vas corriendo y eres lo suficientemente hábil se pueden acabar en 20 o 30 segundos. Los puntos de salud no se recuperan de una a otra –a excepción de que hayamos rescatado a la damisela en apuros de la fase, que nos premiará con un beso que nos da con un punto de salud-, y sí se va acumulando el dinero y los objetos que consigamos. ¿Qué pasa si nos matan en el nivel 1-3? Que se acaba la partida y tenemos que reiniciar en la fase 1-1, además de perder todo el dinero y los objetos, básicamente es como si no hubiéramos conseguido nada.
¿Y qué pasa si nos matan en el segundo mundo, en por ejemplo la fase 2-2? Pues que volvemos al nivel 1-1, sí como lo oís, no hay ningún tipo de punto de control ni guardado. Y estamos hablando de un juego muy difícil, con escenarios estrechos y llenos de peligros, en los que cualquier cosa nos quita uno de los cuatro puntos de salud. Al principio te matarán una y otra vez, te estarás divirtiendo, pero llegará un momento en el que te preguntarás qué estás haciendo, si no estás consiguiendo ningún tipo de progresión. Esto no es así, ya que realmente estás aprendiendo a predecir el comportamiento de los enemigos, sus rutinas de ataque, activar las trampas sin ser dañado, y hacer una buena gestión del dinero que vas consiguiendo. "¿Aprendiendo también el diseño de los niveles?", pues no.
Las fases se generan de manera aleatoria, nunca jugarás dos escenarios iguales. En cada mundo se utilizan unos tipos de enemigos y trampas, una estética, pero la estructura del nivel siempre cambia por completo, los peligros se colocan y distribuyen de maneras impredecibles, y nunca una partida es igual a la anterior. Aleatoriedad en la creación de fases a muchos nos suena a mal diseño de niveles, pero para nada es así, y el algoritmo que se utiliza para colocar los distintos elementos es francamente brillante, cualquiera podría creer que cada nivel lo ha diseñado una persona a mano.
Por tanto nos matarán una y otra vez, y de nada servirá aprenderse los niveles, aunque sí los peligros que esconden y su comportamiento. Estamos ante el Dark Souls de los plataformas 2D, por extraño que resulte, y de hecho Spelunky a veces nos parecerá incluso más cruel que el juego de From Software, aunque eso sí es casi igual de adictivo. Aquí no hay hogueras que sirven de puntos de control, y de nada sirve aprenderse los escenarios y dónde salen los enemigos y se activan las trampas. Aunque el hecho de que no hay puntos de control es matizable, y sus creadores nos han dado un respiro.
Si conseguimos superar las cuatro primeras fases, el primer mundo, nos toparemos con el hombre del túnel, que primero nos pedirá que le donemos unas bombas. La segunda vez que nos lo encontremos, al superar nuevamente las cuatro primeras pantallas, nos pedirá unas cuerdas, y la tercera vez una cantidad de dinero. Si cumplimos estos tres requisitos, abrirá un boquete en la sala inicial, y desde este momento podremos comenzar el mundo 2 sin pasar por el primero. Esto no es fácil, primero porque no es sencillo superar las cuatro primeras pantallas sin que nos maten, y luego porque puede ocurrir que al toparnos con este hombre no tengamos las bombas, cuerdas o dinero suficiente, algo que nos ha pasado y da mucha rabia.
Al superar las cuatro pantallas del segundo mundo, nos toparemos con otro hombre del túnel, cuyos requisitos serán más exigentes todavía, pero que si cumplimos nos abrirá una acceso permanente para el mundo 3, y así sucesivamente. Si ya nos costará mucho superar de un tirón las cuatro pantallas del primer mundo, la dificultad se dispara en el segundo, y ya no digamos en el tercero y el cuarto, es un juego dificilísimo y por momentos frustrante, solo apto para los más pacientes, aunque también muy adictivo y satisfactorio, siempre y cuando te gusten los grandes retos.
Saltar, matar bichos, encontrar todo tipo de tesoros, esquivar trampas o activarlas, abrir boquetes con las bombas en el escenario para encontrar el camino más apropiado, rescatar a la damisela en apuros y llevarla hasta la meta, ser más valiente e intentarlo con el ídolo de oro, que cada vez que robamos se activa una terrible trampa, etcétera, son muchas las cosas que podemos hacer en cada partida, y entra en juego tanto la habilidad del jugador como su capacidad estratégica. Muchas veces daremos al traste con una partida que estaba siendo impecable por nuestra avaricia, por querer atrapar un tesoro más, y es sorprendente esa exigencia que pide al jugador de mitad pericia mitad inteligencia a la hora de tomar decisiones.
Tanto tesoro y dinero sirven para comprar a los tenderos, unos tipos que se encuentran escondidos en el escenario con todo tipo de herramientas, muy útiles. Comprar más bombas o cuerdas, armas como una escopeta, un machete o un líquido congelante, una brújula que nos guía hasta la salida, los anteojos nos permiten ver cosas que normalmente no podríamos, los guantes para escalar nos permiten aferrarnos a todo tipo de paredes, el pegamento cubre las bombas para que se peguen a cualquier superficie, con la azada cavamos el suelo, el paracaídas nos salva de un gran caída, y la capa nos permite flotar en el aire, así hasta un larguísimo etcétera.
Estos objetos pueden ser clave y nos conviene aprender a utilizarlos adecuadamente, pero las mazmorras de Spelunky esconden otras muchas sorpresas. Hay altares de sacrificio en los que si ponemos un humano, y eso incluye a la damisela en apuros, recibiremos una recompensa. Hay a veces una tienda de besos, en los que por un "módico" precio recibiremos un beso de una dama que nos otorgará un siempre bienvenido punto de salud, y a los tenderos, esos tipos que nos salvan el pellejo vendiéndonos todo tipo de herramientas, les podemos agredir e intentar robar el botín, pero se volverán locos sacando una escopeta persiguiéndonos hasta matarnos.
Hay una especie de compañeros que podemos contratar para que nos ayuden para matar a los enemigos, y no hemos mencionado que si tardamos mucho en superar la fase aparece un fantasma que nos persigue y que en caso de tocarnos estamos muertos. Hay pantallas a oscuras, teniendo que usar una antorcha para poder ver algo e ir encendiendo otras, en un juego en el que la visibilidad es tan importante, no poder ver lo hace mucho más difícil. En definitiva en su simple y complicada estructura de juego se esconden muchas sorpresas y secretos por descubrir, y es uno de esos títulos que aunque hayamos jugado ya unas cuantas horas seguiremos descubriendo detalles y elementos nuevos.
Para redondear la obra se ha incluido como novedad respecto al original un modo multijugador local para cuatro jugadores. Se puede jugar la propia aventura junto a otros tres amigos, sin pantalla partida ni nada, el jugador uno es el líder –lleva una bandera blanca-, y todos tienen que seguirle. De hecho si los jugadores se pierden pasado un tiempo, unos quince segundos, mueren. Una vez fallecido algún componente del grupo este se convierte en un fantasma y puede seguir acompañándonos. Un añadido interesante aunque no hace el juego más fácil.
El otro modo multijugador es Combate mortal, un todos contra todos en el que nos permiten competir en una gran variedad de escenarios, elegir el número de victorias, vidas, bombas, cuerdas y hasta incluir bots, por lo que podemos jugar solo contra la máquina o con amigos. Muy divertido y loco, con partidas que duran a veces ni diez segundos.
Gráficamente cuenta con un aspecto limpio, colorido y bonito, que permite ver perfectamente todos los peligros que nos acechan, además de moverse con una necesaria y lograda fluidez. Las animaciones son graciosas y simpáticas así como el diseño de los enemigos, y todo cuenta con un aspecto muy agradable que mitiga y enmascara lo hostil que resulta a veces su mecánica. La música con la que nos recibe el juego es bastante bonita, una melodía retro muy inspirada, y la que nos acompaña en los niveles también es del mismo estilo, el único problema es que se acaba haciendo un poco repetitiva, por la gran cantidad de veces que reintentamos las fases.
Una plataformas difícil, distinto y con mucha personalidad
Es toda una joya Spelunky, una más en Xbox Live. Eso de que nos maten todo el rato al principio abruma, pero le acabas cogiendo el gusto, como hemos dicho es el Dark Souls de las plataformas 2D. Es curioso que por más que te matan nos dejas de jugar, es puro vicio, y poco a poco vas descubriendo los mecanismos internos del juego y cómo sortear sus múltiples peligros y desafíos. La jugabilidad es una delicia, el control perfecto, exquisito, y en más de un momento tras llevar unas cuantas horas jugadas, hemos pensado cómo hubiera sido llevar esta estética y jugabilidad a una estructura de juego a lo "metroidvania", podría haber sido una pasada.
Pero tal y como es Spelunky es sorprendente y único, eso sí solo apto para un tipo de jugador paciente, al que le gusten los retos y no le importe morir cientos de veces sin lograr nada a cambio. Los amantes de lo retro, de los plataformas 2D, deberían probarlo, es de lo mejorcito en Xbox Live Arcade, aunque sí tenemos que hacer una crítica a su precio, que por desgracia no lo eligen sus desarrolladores y lo pone Microsoft. 1200 MP nos parecen exagerados para la ambición de la propuesta, no decimos que no los valga, pero va a echar para atrás a muchos jugadores que no darán una oportunidad a uno de los mejores y más peculiares plataformas de XBLA.
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