Análisis de Saints Row: The Third (Xbox 360, PS3, PC)

Cada poco tiempo, hay algunos videojuegos que nos sorprenden marcando nuevos hitos en lo que se puede hacer en el entretenimiento interactivo: mundos vivos llenos de personajes inteligentes, narrativas interactivas que atrapan al jugador o sistemas de animación ultrarrealistas son algunas de las novedades que en los últimos años han dejado boquiabiertos a millones de jugadores. Saints Row: The Third no hace nada de esto, ni revoluciona los juegos de acción de mundo abierto, pero aprovecha todas las posibilidades que dan para que el jugador haga el cafre y se lo pase en grande, algo de lo que muchos videojuegos a veces se olvidan. La tercera parte de Saints Row apuesta por lo salvaje, gamberro y políticamente incorrecto para ofrecernos horas de diversión llenas de excesos y sorpresas. Va a contracorriente y es el mejor en lo que hace.

La saga de THQ y Volition nació hace unos años en Xbox 360 llenando el vacío que había en esos momentos de juegos "a lo GTA" en esta generación. Para diferenciarse del creador del género, su segunda parte apostó por un estilo más salvaje y gamberro, que en esta tercera entrega se lleva al extremo: somos los Saints, los amos del barrio y del mundo, y todo está permitido. Como ya os contamos en anteriores ocasiones, Saints Row: The Third es el juego más macarra y gamberro en muchos años, lleno de posibilidades gratuitas pero muy divertidas, que nos cuenta cómo los Saints se enfrentan a su reto más importante: evitar su caída en desgracia.

Con una intro a lo Star Wars, la primera de muchas parodias a otros videojuegos e iconos que contiene el juego, Saints Row: The Third nos cuenta cómo los Saints son ahora famosos en todo el mundo tras sus andanzas en anteriores entregas. La banda callejera de Stillwater hace películas, tiene una bebida energética que triunfa en Japón y firma autógrafos a los rehenes de sus golpes criminales. Era cuestión de tiempo que alguien intentase ocupar su puesto, y para evitarlo los Saints tendrán que golpearle en su terreno, en una ciudad desconocida para ellos: Steelport, dominada por tres bandas bastante amenazantes y un tanto paranormales. Los Saints tendrán que demostrar que, a la hora de hacer el macarra, nadie puede competir con ellos.

Conquistando Steelport

Para conquistar este territorio desconocido tendremos que llevar a cabo todo tipo de misiones principales y secundarias, comenzando a familiarizarnos con el juego en las primeras. Saints Row The Third tiene unas asombrosas posibilidades de personalización del personaje, y un sistema de progresión a lo juego de rol que irá mejorando sus habilidades y sus armas. El sistema de creación del personaje nos permite elegir su sexo, raza y complexión, así como todo tipo de rasgos faciales o corporales, incluyendo un moreno de obrero, de bikini o de tanga... también podemos configurar el tamaño de sus atributos sexuales (como por ejemplo, el paquete, en el apartado eufemísticamente llamado "atractivo") y hacer que parezca más o menos ajado usando el atributo de edad. Más adelante en el juego podremos cambiar esto, o incluso hacer que nuestro personaje pase por el quirófano para un cambio de sexo.

Hay también una ingente cantidad de posibilidades de personalizar la ropa y la apariencia de nuestro personaje, pero lo que más nos ha gustado es, sin duda, el sistema de habilidades y de progresión del juego. Como todo buen maleante que se precie, todo se basa en el "respeto", convertido en un sistema de niveles en el que ganaremos experiencia cumpliendo las misiones obligatorias del juego, pero también en prácticamente todo lo que hagamos. Comprar ropa nueva aumenta nuestro respeto, matar a tres enemigos al mismo tiempo también, conducir en sentido contrario, evitar choques... toda acción mínimamente relevante o meritoria que hagamos tiene su recompensa en forma de respeto, y a medida que vayamos subiendo nuestro nivel de respeto podremos ir accediendo a mejoras para el personaje: desde correr cansándonos menos hasta recuperar vida más rápidamente, pasando por la posibilidad de usar varias armas al mismo tiempo o mayor ayuda de nuestra banda, el sistema de mejora del personaje es fantástico y nos anima a seguir jugando, a hacerlo de la forma más macarra posible, y a experimentar de nuevo con las habilidades que vayamos obteniendo.

La otra variable que nos permitirá hacer el golfo es el dinero. Con el dinero compraremos estas mejoras, así como armas nuevas y munición para ellas, y también podremos adquirir propiedades y negocios por la ciudad que nos ayudarán a la hora de conquistarla. Estamos en territorio comanche, los cuatro distritos de la ciudad están dominados por las tres bandas, y tendremos que ir arañando poco a poco su dominio, obteniendo además ingresos por las zonas que vayamos tiñendo de violeta en el mapa del juego. El sistema de dominio de zonas es también otro acierto muy adictivo. El mapa está repleto de negocios o propiedades que comprar y actividades que realizar, además de pequeñas misiones ocultas que consisten en acabar con los pandilleros rivales que controlan esa zona. Estas pequeñas misiones de exterminio harán que las bandas nos persigan (aparte de la policía), teniendo luego que escondernos de ellas en nuestros dominios mientras evitamos que sus coches, barricadas e incluso helicópteros acaben con nosotros y nos manden al hospital.

Pero la culminación de las misiones secundaria son, como ya había ocurrido en Saints Row 2, las actividades. Hay varios tipos diferentes, y una vez desbloqueemos una actividad el mapa nos mostrará donde está el resto de actividades de ese tipo. Desde conducir un tanque causando los mayores daños materiales posibles hasta fingir ser atropellados para engañar al seguro, pasando por proteger al camello que acompañamos, cubrir desde las alturas la huida de otro miembro de nuestra banda o, nuestra preferida, una especie de programa de televisión loco, parodiando Humor Amarillo, en el que tenemos que cumplir los retos Profesor Genki, matando a hombres disfrazados de mascota y evitando caer en sus electrificantes trampas. Aunque algunas actividades ya se encontraban en Saints Row 2, el conjunto es tremendamente variado y divertido, y culmina unas misiones secundarias que complementan muy bien a la historia principal.

Ésta, el grueso del juego, nos lleva de misión en misión a establecer la hegemonía de los Saints en la ciudad de Steelport, acabando con las bandas rivales en misiones muy locas y exageradas, llenas de acción y de enemigos que matar, y con algunas sorpresas que nos harán sonreír mientras nos preguntamos qué tipo de plantas crecen en los jardines de Volition. Lo interesante de las misiones principales es que en medio de ellas podremos realizar también esas actividades secundarias. Si de camino al típico punto de control nos apetece comprar una propiedad o limpiar una zona de pandilleros, es posible hacerlo, por lo que aquellos que quieran ir conquistando la ciudad palmo a palmo pueden compaginarlo mientras juegan la historia principal. Existe la posibilidad de jugarla en cooperativo y, aunque no encaja muy bien con algunas misiones, es un extra muy de agradecer.

El botón asombroso y las armas locas

El sistema de juego ha cambiado un poco respecto a Saints Row 2. No se han adoptado las coberturas para los tiroteos, lo que hace que el juego tenga como una sensación rara. No negativa, sino poco común: acostumbrados durante los últimos años a los tiroteos con coberturas, en Saints Row: The Third "como toda la vida", cubriéndonos agachándonos o moviéndonos hacia las paredes, para lograr esos segundos de tranquilidad que permitirán que nuestra vida se rellene. El juego es bastante generoso en este aspecto, permitiéndonos afrontar a una decena de enemigos al mismo tiempo con facilidad, con un sistema de apuntado manual con un botón de zoom.

Los tiroteos son convencionales, pero las armas no. Aparte del repertorio de pistolas, escopetas y demás que uno puede esperar, tenemos armas cuerpo a cuerpo como un consolador gigante, la posibilidad de ordenar ataques aéreos desde prácticamente el inicio del juego, y un enorme repertorio de armas secretas que nos dejarán boquiabiertos. Pero, sin duda, el mejor añadido del juego es el "botón asombroso", un botón de turbo con el que esprintaremos, pero que convierte cada acción en un espectáculo. Si pulsamos el botón triángulo/Y robaremos un coche, pero si estamos pulsando también el botón asombroso, ¡entraremos rompiendo el parabrisas! Sin lugar a dudas, los mejores usos del botón mágico son los ataques cuerpo a cuerpo. Haremos de forma automática llaves de lucha libre, acrobacias y otros movimientos, incluyendo tirar al suelo al enemigo y deslizarnos sobre él como si fuese nuestra tabla de snowboard. Es difícil cansarse de usarlo.

El modo "hordas"

Aparte de la campaña cooperativa y del contenido descargable que habrá en el futuro para el juego, The Third incluye el "modo Hordas", que como podéis sospechar se parece mucho al modo Horda de Gears of War. Puede jugarse tanto en solitario como en cooperativo online, y consiste en oleadas de enemigos a los que tendremos que matar usando el arma que nos propone el juego. Abundan los homenajes y parodias, como por ejemplo un nivel en el que tenemos que acabar con numerosos zombis usando una motosierra, titulado "Hank East" (el protagonista de Dead Rising se llama Frank West).

Vistoso visualmente

Saints Row: The Third no es el juego más espectacular en gráficos, especialmente "con la que está cayendo" este año, pero sí progresa respecto a Saints Row 2, mostrándonos unos buenos modelados de personajes, una animación facial mejorada, algunos efectos muy vistosos, como las explosiones, y un motor gráfico que mueve a las mil maravillas la ciudad, independientemente de que estemos en un camión de basura o en un deportivo a toda velocidad, o incluso en un avión o una moto voladora. A nivel sonoro, por desgracia el juego no está doblado al castellano, pero sí subtitulado. Esto es un contratiempo que la excepcional banda sonora del juego, llena de temas míticos en muchas de sus emisoras, logra compensar. Los efectos de sonido cumplen a la perfección, y hay una enorme variedad en ellos.

Alocado y único

Saints Row: The Third no va a revolucionar el género de los juegos de mundo abierto o "sandbox", pero es uno de los juegos más divertidos del año. Aprovecha al máximo todas las posibilidades que nos da un juego de este tipo para hacer el gamberro, y la cantidad de armas y pequeñas sorpresas locas que guarda es memorable. Los que esperen una historia profunda y emotiva, o un mundo abierto y complejo en el que tomar complicadas decisiones morales, no deberían ni considerar acercarse al juego. En cambio, los que quieran acción desenfrenada y políticamente incorrecta, coger como escudos humanos a chicas en bikini y luego lanzarlas por los aires, golpear a los malos con un consolador violeta y sembrar el caos en una ciudad que les teme... éste es su juego. Y es el mejor en lo que hace.