Análisis de Masacre (Xbox 360, PC, PS3)

En un universo como el de Marvel donde existe una enorme cantidad de personajes asentados desde hace décadas, que uno relativamente nuevo destaque y consiga disparar su popularidad es algo bastante inusual. Pero Deadpool (Masacre en español) no es que sea precisamente un héroe "normal" (perdón, antihéroe). A diferencia del resto, él sabe que es un personaje de cómic y es plenamente consciente de que está dentro de uno, lo que le lleva a romper la cuarta pared constantemente, haya otros personajes cerca suya o no y creando un vínculo muy especial con el lector.

Si a esto le sumamos que no puede estarse callado, su predilección por la violencia gratuita, su particular forma de ver el mundo (a la que él mismo ha bautizado como Deadpool visión), sus distintas personalidades, su insana obsesión por las chimichangas, y el humor negro del que hace gala y que tanto le caracteriza, está claro que poco o nada tiene que ver con el resto de habitantes del universo Marvel.

Tras habernos horrorizado con su debut cinematográfico como el enemigo principal de la película X-Men Origins: Wolverine (cualquier parecido de ese "ser" con el personaje original es pura coincidencia) y de haber podido jugar con él en algún que otro juego como Marvel vs. Capcom 3 o Marvel Ultimate: Alliance, por fin ha llegado la hora de que protagonice su propio videojuego.

Destrozando la cuarta pared

Los chicos de High Moon Studios han sido los responsables de esta aventura. Tras el sobresaliente trabajo que realizaron el año pasado con el fantástico Transformers: Fall of Cybertron, las expectativas estaban bastante altas, ya que se trata de un estudio que a pesar de algún que otro traspiés, ha sabido demostrar su buen hacer y sobretodo algo muy importante: fidelidad y mucho mimo con el material original de un producto licenciado. Con Deadpool esto último se cumple a rajatabla.

La recreación que se ha hecho del personaje es fantástica. Encontraremos todo lo que un fan de Deadpool podría esperar y más. Desde el mismo momento en el que pulsemos el botón Start nos será difícil aguantar las carcajadas. Si en los cómics se encarga de romper la cuarta pared, aquí literalmente la destroza (algo que es de agradecer, tras ver lo poco que se usa este recurso en su nueva serie de Marvel Now!), y es algo con lo que el estudio de desarrollo ha sabido jugar a lo largo de toda la aventura.

No hay más que ver la introducción del juego para hacernos una idea de lo que nos espera, donde Deadpool no duda en amenazar con unos bonitos paquetes de explosivos a High Moon Studios para que desarrollen un videojuego protagonizado por él (cuya propuesta ha sido escrita en lápices de cera). Esto se traduce en un sin fin de situaciones disparatadas, en las que el Mercenario Bocazas pasa de leerse el guion y modificarlo a su gusto, en las que es regañado por Peter Della Pena (director de High Moon Studios) por gastarse el presupuesto del juego en vídeos con explosivos, en las que nuestro protagonista tiene discusiones con las voces de su cabeza o en las que el propio Deadpool nos echa la bronca por no pulsar el botón que nos indican en pantalla, entre otras muchas que no queremos desvelaros para no arruinaros la sorpresa.

El humor lo impregna absolutamente todo, desde la propia forma de indicarnos los tradicionales QTEs, pasando por las descripciones de los objetos y mejoras, y hasta en la descripción de nuestros próximos objetivos. Es un juego que en ningún momento se toma en serio y que parodia todo lo parodiable, algo que se agradece hoy en día, donde la comedia se ha convertido en un bien escaso. Entre el carisma que desprende este anti-héroe y la sucesión de situaciones y momentos absurdos y disparatados que viviremos, el título consigue engancharnos y divertirnos lo suficiente como para que queramos seguir avanzando y así descubrir qué es lo siguiente que nos espera.

Tacos y chimichanga

Por desgracia, este buen hacer a la hora de recrear al Mercenario Bocazas y de escribir su ¿guión? y diálogos, no se ha sabido traducir en una jugabilidad a la altura, limitándose en ofrecer una aventura de acción en tercera persona muy conservadora y con fallos importantes, por lo que nos ha dejado con la sensación de que se podría haber hecho mucho más.

En líneas generales, la mayor parte del tiempo nos la pasaremos rellenando de plomo a los enemigos con nuestras armas a distancia o troceándolos y aplastándolos con nuestras katanas y martillos en el cuerpo a cuerpo, aunque también hay espacio para las plataformas, algún que otro y anecdótico puzle e incluso para momentos de sigilo nada inspirados (eso sí, las ejecuciones que realiza Deadpool con cada una de las armas son dignas de ver).

Cuando luchemos cuerpo a cuerpo, su sistema de combate nos recordará en cierta medida al visto en Batman: Arkham City, aunque salvando mucho las distancias. Tendremos un ataque ligero y otro fuerte, los cuales podremos combinar para realizar una selección de combos muy limitada y donde la técnica de machacar botones funciona perfectamente. Además, podremos teletransportarnos para esquivar y realizar contraataques al pulsa B/círculo cuando dicho botón salga encima de la cabeza de un enemigo. El problema, es que este botón es también el del teletransporte, algo que nos dará algún que otro disgusto en determinados momentos.

Por otra parte, para usar las armas a distancia las desenfundaremos pulsando LT y las dispararemos pulsando RT. Si mantenemos LT presionado podremos apuntar con más precisión e incluso fijar blancos. La munición es limitada, aunque no suele faltar. También existen varias armas arrojadizas, como granadas, minas, bombas cegadoras y trampas para osos, con las cuales podremos despejar fácilmente una zona donde se hayan acumulado muchos enemigos.

Otro aspecto a tener en cuenta es la inercia, la cual nos permitirá recargar nuestras barras de ataque especial a base de golpes para realizar las técnicas más devastadoras del juego, gracias a las cuales podremos salir de más de un apuro. Cada arma tiene sus propios movimientos de inercia, por lo que tendremos que desbloquearlos de manera independiente si queremos tenerlos todos.

Lo que no nos ha gustado demasiado, es lo frágil que resulta Deadpool. Cuando manejas a un personaje al que has visto combatir con el estómago abierto y con sus intestinos colgando, o con miembros amputados, resulta un tanto frustrante ver cómo los enemigos son capaces de acabar contigo con dos o tres golpes, lo que hace especialmente molestos a los que atacan con metralletas, capaces de liquidarnos desde la distancia antes de que nos dé tiempo siquiera a pulsar el botón de teletransporte. Al menos se ha mantenido su factor curativo, siendo uno de los pocos juegos en los que tiene sentido que recuperemos vida de forma automática.

A la hora de la verdad, combatir resulta un tanto simple y repetitivo, lo que se ve agravado por la poca variedad de enemigos que hay, su extrema resistencia (hacen falta muchísimos golpes para acabar con muchos de ellos, lo que nos lleva a repetir un mismo patrón de ataque una y otra vez) y su nula IA, la cual les hará tomar las peores coberturas posibles y les llevará a realizar acciones tan inteligentes como esquivar una granada, para luego correr hacia ella cuando todavía no ha explotado.

Mencionar que existe un sistema de progresión que nos animará a conseguir grandes combos para obtener una mayor cantidad de DPs extras, los cuales podremos invertir en desbloquear nuevo armamento, en mejorarlo (mientras más usemos un arma, más mejoras para ella podremos comprar) o en potenciar a nuestro personaje. La gran mayoría simplemente aumentarán nuestro daño o nos facilitarán conseguir puntos e inercia, pero no llegan a cambiar nuestro estilo de juego ni nos dan demasiadas alternativas a lo que ya tenemos por defecto.

Para romper con la tónica general, existen varios momentos totalmente únicos y diferentes que hacen subir al juego varios enteros por lo alocados y divertidos que resultan, aunque son menos de los deseables, por lo que no vamos a arruinároslos diciendo cómo son. Sin embargo, y a pesar de todos estos problema, tal y como hemos estado comentando, a poco que seáis fans del Mercenario Bocazas, su hilarante desarrollo y su constante sentido del humor conseguirán que le perdonéis sus carencias jugables hasta cierto punto, llegando incluso a amenizar muchos de los enfrentamientos.

Tampoco faltarán cameos de otros personajes del universo Marvel, algunos muy bien implementados como el de Rogue (Pícara) Cable y Death (Muerte), y otros meramente anecdóticos, como los de Domino y Psylocke (Mariposa Mental). Mención especial a un divertido logro relacionado con Wolverine (Lobezno) con el que veremos una de las formas más originales de alargar la duración de un juego durante unos minutos.

Hablando de duración, la campaña es realmente corta y apenas nos ha durado ocho horas en su dificultad máxima, las cuales, irónicamente, se nos han hecho algo largas en su último tramo, ya que el juego llega a quedarse sin ideas y se limita a disparar la dificultad súbitamente mientras nos suelta interminables oleadas de enemigos. Por desgracia, una vez completada no existen motivos reales para volver a ella más que el de desbloquear logros, ya que incomprensiblemente se ha prescindido de incluir coleccionables y secretos ocultos que nos incentiven a explorar, algo que resulta especialmente decepcionante cuando en otros juegos de superhéroes nos hemos encontrado todo tipo de materiales para desbloquear, como trajes, ilustraciones e incluso números de cómics completos.

Lo único que se ha incluido para aumentar su vida útil es un modo Desafío en el que podremos afrontar diversas arenas para conseguir la mejor puntuación posible y subir puestos en los marcadores online, aunque ya os avisamos que cansa pronto y no creemos que le dediquéis demasiado tiempo una vez hayáis terminado la historia.

Un mercenario en Unreal Engine 3

A nivel gráfico volvemos a encontrarnos con el más que sobreexplotado Unreal Engine 3, aunque este no muestra ni por asomo su mejor cara. Las texturas no son nada del otro mundo, los escenarios dejan mucho que desear, el diseño de enemigos es bastante pobre (aunque curiosamente está argumentalmente justificado el que sean casi todos iguales) y los efectos gráficos no van a conseguir sorprendernos. Además, volvemos a encontrarnos con el molesto retardo en la carga de texturas tan habitual de este motor gráfico. También existen ciertas ralentizaciones que empañan un tanto el resultado general en los momentos más sobrecargados, algo que suponemos que no ocurrirá en la versión de PC, ya que solo hemos tenido acceso a la de Xbox 360.

En la parte positiva, mencionar el cuidado y mimo que se ha puesto en el modelado de Deadpool, que si bien no consigue deslumbrar, destaca ampliamente sobre el resto. Las animaciones también están muy bien resueltas y las escenas de vídeo son geniales, haciendo uso de muchos estilos visuales diferentes e intentando respetar siempre su origen de cómic, con bocadillos incluidos, lo que le da un toque muy personal e interesante.

Finalmente, en lo que respecta al sonido, tenemos una banda sonora que pasa sin pena ni gloria y que a pesar de encajar bien con el resto del juego, no nos dirá absolutamente nada. De hecho, os será difícil recordar alguno de sus temas (a excepción de la divertidísima canción de los créditos finales) cuando apaguéis la consola. De los efectos de sonido podemos decir lo mismo. Lo que sí que nos ha parecido absolutamente perfecto, es el doblaje (en inglés) realizado por Nolan North, quien da vida a Deadpool con una interpretación que merece todos nuestros aplausos y con la que ha conseguido clavar al personaje sin hacerle perder un solo ápice de su carisma, más bien al contrario.

Conclusiones

Deadpool es un juego que todo fan del Mercenario Bocazas debería probar, ya que a pesar de todos sus errores consigue divertir y entretener lo suficiente como para que queramos más. Sin embargo, tampoco nos atreveríamos a recomendároslo por su precio de salida, ya que su humor y su fidelidad al personaje no consiguen sobreponerse a su brevedad, nula rejugabilidad y carencias jugables como para justificar los 60 euros que cuesta (50 en PC). El debut en solitario de Deadpool en el mundo de los videojuegos podría haber sido mucho mejor, pero al menos sabrá entretenernos mientras nos echamos unas buenas risas, algo de lo que pocos pueden presumir.