Análisis de Kinectimals: ¡Ahora con osos! (Xbox 360)

El círculo de enlace de Kinectimals, en el que eliges a tu animal compañero de aventuras, tiene figuras de piedras de un felino, un plantígrado y un cánido. Los gatitos fueron los protagonistas del lanzamiento del juego (y de Kinect) con un resultado excelente. En espera de que en el futuro llegue el más que probable juego de perros y zorros, estas navidades los protagonistas son los osos, pero no los grandes y poderosos animales capaces de despedazar a una persona que vemos en películas y documentales, sino en forma de adorable cachorro con el que pasarás unas horas entretenidas y muy divertidas.

El mismo esquema pero con malabarismos y pesca

El juego en sí es igual que el original; llegas a una isla habitada por unos animales (los oseznos en este caso) y un bicho volador, Lina, que te explicará la historia y te irá guiando por ella. Tienes cinco tipos de oso inicialmente para elegir el que quieras como compañero (panda, polar, negro, grizzli y canela) y según vayas interactuando con él y cumpliendo minijuegos vas sumando puntos de exploración que abren nuevas zonas de juego y áreas del mapa de la isla. Cada una de estas zonas tiene una prueba especial, y puedes jugarla en multijugador.

Incluso la historia es muy parecida: debes descubrir un reino escondido. No revelaremos nada más sobre lo que sucede en tu búsqueda aunque sí hay que destacar que recupera también el juego original; no se limita a los osos. De vez en cuanto te toparás con un nuevo tipo de osezno y podrás elegir entre quedarte con él o seguir con el que tienes. De hecho, en cualquier momento puedes volver al círculo de enlace a cambiar de animal. No tiene mucha lógica si lo que pretende Frontier es que establezcas algún tipo de vínculo con tu mascota virtual pero tampoco molesta, puesto que se trata de una opción de la que puedes prescindir y recorrer todo el juego en la isla Mira acompañado del panda Chu-lin.

Sí cambian los juegos que puedes realizar con el animal, ya que los osos son muy diferentes a los felinos. Los ronroneos del tigre se ven sustituidos por pequeños gruñidos de placer del oso polar cuando le acaricias. Y los gráciles saltos de la pantera cuando jugaba a la pelota contigo dejan paso a un grizzli que se pone en pie para devolverte el balón.

Pero son algo menos cariñosos. Como hicieron el año pasado los leones y tigres, el oso te llenará de babas la tele para demostrarte tu cariño o te estornudará mientras te pide caricias, te acompañará mientras pescas y se convertirá en un ayudante inestimable para devolver los peces al agua, pero hay actividades en la que de pronto desaparece, sobre todo cuando caces mariposas. Y esta actividad es tan aburrida que tal vez a ti también te gustaría poder irte a otro lado del escenario.

Hasta la pesca es más entretenida; de hecho, resulta tan aburrida o divertida como en el resto de juegos que contienen esta actividad. Mejores son conducir un coche teledirigido con tu cachorro encima y, sobre todo, jugar con tu osezno con la pelota o lanzar proyectiles tan divertidos como un pollo de goma estrambótico contra fichas de dominó o lámparas de papel que se incendian al darlas es mucho más divertido.

Plantígrados demasiado humanizados

Los osos son animales antaño asociados al circo, igual que los leones, pero mientras estos permanecían en estado semi-salvaje, a los osos se les amaestraba y se les hacía bailar y jugar con pelotas. Este tipo de osos es el que recupera Frontier; animales que juegan con malabares y a los que puedes enseñar gestos humanizados. En realidad, lo que puede lograr es que se establezca cierta distancia con tu animal al verle tan humanoide e irreal. Es una pena que haya recuperado estos clichés que merecían desaparecer en lugar de potenciar su parte más animal. Los pequeños bichos voladores que sirven de guía pueden llegar a ser bastante cargantes, y Frontier debe haberlo notado porque ha incluido una opción para no escuchar a Lina tan a menudo.

Técnicamente esta segunda parte iguala a la primera. El pelaje de los osos es muy bueno, y los escenarios no desmerecen. Rápidamente percibes que tu mascota tiene el pelaje sucio y cambia de forma visible cuando lo limpias. Cierto es que en las diferencias físicas entre distintas especies de osos no son tan visibles como en los felinos, si acaso alguno más cabezón o regordete, y no se aprecian diferentes comportamientos entre ellos, por lo que elegir uno u otro depende más de si te gustan los colores del pelaje y los ojos del animal, o el nombre de su especie, porque no suena igual tener un Kodiak que un oso malayo. El mayor problema visual lo tienen algunas caídas escandalosas de frame rate al final de algunos vídeos.

Abrir el inventario es tan fácil como pedirlo en voz alta, pero moverse por él es algo engorroso y si decides ponerle un cascabel a tu oso antes de jugar con la pelota deberás abrirlo dos veces, ya que se cierra después de cada acción.

El sonido es bueno, e incluso las pelotas grandes suenan de forma diferente según sea el material del que se supone están hechas. No obstante, en algunos puntos el doblaje se desincroniza. La música supera la media de los juegos para niños.

Los tiempos de carga son bastante altos, y suele tardar unos segundos en plantearte los retos para cada minijuego que realizas con el animal. Y los cachorros de oso parecen tardar un poco más que los felinos en darse cuenta de que deben alejarse para poder jugar a la pelota o dejarte lanzar, y antes de que lo hagan suelen recibir varios pelotazos.

Buen control mediante la voz

Aunque el reconocimiento del movimiento que hace Kinect es realmente bueno, a veces se queda el objeto que quieres lanzar pegado a la mano y no hay forma de lanzarlo durante un rato. La mayoría de los menús pueden manejarse mediante la voz, y también puedes dar órdenes verbales al cachorro. Este detalle es importante, porque el niño –no olvidemos que es un juego destinado sobre todo a los pequeños-, sentirá que es mucho más realista si puede llamar a su mascota virtual y decirle lo que tiene que hacer que si debe indicarle ese movimiento sólo con signos. Las órdenes son parecidas a las de la primera parte, aunque algunas cambian ya que los osos no pueden dar saltos tan espectaculares como los felinos, y Frontier ha seguido esa línea "humanizadora".

La fórmula de unos animales con los que puedes interactuar a través de Kinect funciona igualmente bien con osos que con felinos. Los chavales podrán ver cómo su osito Teddy cobra vida y hace monerías en la pantalla. Disfrutarán lanzando pollos que suenan al golpear, jugando al voleibol o al fútbol con su grizzli. Y algo muy bueno es que se trata de un juego que un adulto puede compartir con el chaval y divertirse.

Pese a tratarse de una expansión, la parte de la historia de los osos tiene el suficiente interés para quien haya probado la aventura felina, y quien no lo haya hecho no encontrará excusa para no acercarse a jugar un rato. Kinectimals, ¡ahora con osos! Está ya a la venta en formato físico (incluyendo el Kinectimals original) por 49,95 €, y en el Bazar de Xbox Live por 1.200 MS. Points sólo la expansión con los osos.