Análisis de Deadlight XBLA (Xbox 360)

Deadlight es uno de esos títulos que nos recuerdan que todavía se realizan propuestas muy interesantes en España. Tequila Works, un nuevo estudio de desarrollo español que cuenta entre sus miembros con antiguos integrantes de MercurySteam, Blizzard, SCE, Weta y Pyro nos ofrecen una aventura muy interesante para Xbox Live Arcade, aunque lastrada por varios problemas entre los que destaca principalmente su breve duración.

Plataformas, supervivencia, puzles y zombis

La historia arranca de una forma muy impactante y prometedora que nos hará esperar lo mejor de su narrativa y guión. Un vídeo con un estilo gráfico de cómic interactivo será el encargado de darnos la bienvenida, en una secuencia donde veremos a Randall Wayne, el protagonista de la historia, matar a sangre fría a una chica porque ha sido mordida por una sombra. Este es el nombre por el que se conoce a los zombis de este universo ambientado en un 1986 ficticio en el que una plaga de muertos vivientes ha destruido la civilización. Tras esto, Wayne y su grupo se verá asediado por una horda de sombras, por lo que nuestro personaje principal decide separarse de su grupo para despistar a las criaturas y que todos puedan salir con vida, algo que según nos comenta, no se sale de la rutina habitual de un día más desde que el mundo "murió".

Por desgracia, a medida que avancemos la historia se irá diluyendo y perdiendo cada vez más fuerza, dejándonos con la impresión de que esta se podría haber explotado mucho más. Intenta hacer algún que otro giro argumental para sorprendernos, pero los momentos más importantes son demasiado predecibles, incluido el propio final.

A pesar de ser un juego de zombis, no se trata de un título de acción (aunque tiene sus pequeñas dosis). Deadlight es una aventura 2D de plataformas y puzles principalmente. A más de uno recordará a juegos clásicos como Flashback o incluso a los primeros Prince of Persia. Tendremos que ir avanzando por los niveles reaccionando rápido a todo lo que sucede y estando muy pendientes del entorno. Se le ha querido imprimir un carácter realista, por lo que no esperéis enfrentaros a una horda de enemigos y matarlos a todos, ya que con solo dos o tres sombras ya lo pasaremos bastante mal para no morir, por lo que la mayoría de las veces tendremos que buscar la manera de pasar evitando el enfrentamiento directo con estos seres.

Para combatir tendremos un hacha, una pistola y una escopeta. Si queremos matar con armas de fuego solo podremos hacerlo apuntando a la cabeza, mientras que para hacer lo mismo con el hacha tendremos que derribarlos y rematarlos una vez estén en el suelo manteniendo pulsado el botón B del mando. Esto es algo que nos ha gustado bastante, ya que le da un toque de tensión a los enfrentamientos que le viene de perlas al juego. No solo tenemos poca vida y nos matarán al mínimo descuido, sino que también tendremos que procurar apuntar bien y saber cuándo rematar, ya que el movimiento de remate es muy lento, por lo que al hacerlo nos quedaremos completamente indefensos durante unos segundos. También es destacable la poca munición con la que contaremos por lo habitual, obligándonos a racionarla cuidadosamente.

A pesar de todo esto, Deadlight es ante todo un juego de plataformas, por lo que preparaos para realizar todo tipo de saltos. Las físicas que se han usado beben también de este componente realista, por lo que Randall es un personaje más pesado de lo que se podría esperar en otros juegos. Esto no quiere decir que se controle mal, en absoluto, ya que los controles responden bastante bien, simplemente significa que hay que acostumbrarse. Para superar niveles tendremos que estar muy atentos a todo lo que nos rodea y averiguar la forma de llegar a la siguiente zona sin morir por el camino. El problema es que a veces esto no se nos permitirá hacerlo con calma, ya que en muchas ocasiones tendremos que reaccionar rápidamente, por lo que nuestros reflejos jugarán también un papel fundamental, especialmente en los momentos de persecución.

Ya os avisamos que lo habitual en Deadlight es morir un buen puñado de veces, aunque eso no significa que sea difícil. Esto se debe al ingente número de puntos de control que hay y a que tenemos vidas infinitas, algo que acaba convirtiendo su desarrollo en un constante ensayo y error, ya que las muertes por lo general son consecuencia de no haber sabido reaccionar a tiempo a una situación que no nos esperábamos, por lo que una vez la hemos visto ya sabremos lo que hacer al siguiente intento.

Otro detalle curioso lo encontramos en un movimiento que nos permitirá hacer ruido para llamar la atención de las sombras. Esta función no llega a explotarse demasiado, lo cual es una pena, ya que las pocas veces que tenemos que usarlo son bastante obvias. Por ejemplo, al otro lado del abismo hay tres zombis, si hacemos ruido estos avanzarán hacia nosotros a pesar de haber una caída entre ellos y nosotros, por lo que se caerán por el precipicio despejándonos el camino.

El desarrollo de la aventura también resulta variado y entretenido. Tan pronto estaremos matando zombis como huyendo de ellos, resolviendo pequeños puzles con cajas y palancas, evitando todo tipo de trampas, siendo perseguidos por un helicóptero, intentando sobrevivir sin armas, etc. Gracias a esto, en ningún momento nos llegaremos a aburrir, aunque este punto nos lleva al mayor problema que arrastra Deadlight: su duración.

Según hemos podido comprobar en los marcadores online, finalizar el juego nos ha llevado una hora y cincuenta minutos con el 75% de los objetos coleccionables encontrados, y eso que ni siquiera nos paramos a buscarlos. Contando las muertes podríamos sumarle unos 15 o 20 minutos más. También hemos podido comprobar que otros compañeros de prensa se lo han pasado incluso en una hora y media. Su rejugabilidad tampoco está muy allá, ya que como decimos se basa en encontrar los objetos coleccionables ocultos por los escenarios. A todo esto también hay que sumarle que cuesta 1.200 Microsoft Points, un precio que nos parece algo elevado para lo que ofrece.

Luces y sombras

A nivel gráfico no tenemos casi nada que objetar, ya que probablemente estemos hablando del mejor apartado del título. La ambientación que ha conseguido Tequila Works con Deadlight es simplemente apabullante. Algunas estampas, como la carretera que recorreremos al principio del juego, son realmente memorables. La recreación que se ha hecho de un 1986 está muy cuidada y se nota todo el mimo que han puesto sus desarrolladores en este apartado, con innumerables guiños a la época. Además, el uso que se ha hecho de la iluminación es también digno de elogio, mostrándonos un mundo lleno de luces y sombras, donde los personajes se ven oscurecidos, como siluetas, por lo que podéis haceros una idea del peligro que esto conlleva a la hora de pasar cerca de una zona oscurecida, ya que si hay algún enemigo ahí estará camuflado, obligándonos también a prestar atención a nuestro oído.

Los escenarios están recargadísimos de detalles y algunos de los efectos conseguidos son muy buenos, como cuando vemos una horda de zombis corriendo hacia nosotros desde el fondo de la pantalla. Las animaciones han sido hechas a mano y se sienten muy naturales y fluidas en todo momento, por lo que es otro punto a favor en este sentido. Sin embargo, nos hemos encontrado con una buena cantidad de bugs que en más de una ocasión nos han obligado a cargar punto de control debido a que nos impedían avanzar o a que nos mataban directamente. Cosas como atravesar el suelo como si no existiera, quedarnos pegados a una caja o nuestro favorito, zombis voladores, consiguen hacer que la experiencia no sea todo lo limpia que nos habría gustado.

Respecto al sonido destacar especialmente los sobresalientes efectos de sonido, que ayudan a realzar más todavía la genial ambientación que se ha conseguido, con todo tipo de ruidos ambientales y de gruñidos y gemidos. La música apenas tiene presencia y suena poco, por lo que en este sentido no hay mucho que destacar más allá del fantástico tema del menú principal, a pesar de que la banda sonora se adapta bastante bien a lo que vemos en pantalla. En cuanto al doblaje, mencionar que nos llega en inglés con subtítulos en español. No vamos a negar que nos habría encantado escuchar las voces en nuestra lengua, especialmente considerando que ha sido desarrollado por un estudio patrio, pero es innegable la buena calidad de las interpretaciones de los dobladores, especialmente la de Randall.

Conclusiones

Deadlight es un título que desprende personalidad y buen hacer en muchos aspectos, pero que se ve lastrado más de lo debido por otros. Su corta duración, lo previsible de la historia, su elevado precio, su baja dificultad, sus bugs y su falta de explotación en algunas mecánicas que podrían haber dado mucho juego, acaban por hacer mucho daño a su perfecta ambientación, a su variado desarrollo y a su interesante propuesta jugable en general. Un buen título que se hace muy entretenido mientras dura, pero que nos deja con la sensación de que podría haber dado mucho más de sí, ya que potencial no le falta precisamente.